Nace ICON DESIGN, la revista de diseño, interiorismo y arquitectura

ICON DESIGN es la revista de diseño, arquitectura e interiorismo de ICON, el suplemento masculino de EL PAÍS: un nuevo medio, y una nueva manera de entender los objetos que nos rodean y los espacios que querríamos visitar. Con rigor periodístico y la voluntad de acercar al público general las imágenes más evocadoras y las historias más apasionantes, ICON DESIGN nace con una sencilla premisa: que los objetos y los lugares interesantes suelen ocultar personas y relatos aún más interesantes. Se puede conseguir gratis con EL PAÍS solo el 29 de abril. Después, se podrá adquirir en el quiosco por 3 euros hasta el 30 de septiembre, día de la salida del número 2 de ICON DESIGN.

Giorgio Armani protagoniza la portada del número de debut. El creador, de 82 años, fundador y líder de una empresa que factura cerca de 3.000 millones de euros anuales, nos abre su casa: un palazzo milanés que en vez de frescos, volutas y demás barroquismos, está decorado con la radical sencillez que también tiene su ropa, perfumes e incluso los muebles que Armani diseña. El diseñador ha construido un imperio del lujo célebre en todo el mundo, pero su hogar es tranquilamente suntuoso. Lucas Arraut, director de ICON DESIGN, lo recorre con su dueño y descubre al radical esteta que habita en el diseñador. "¿Qué prefiere, feo y cómodo o bonito e incómodo?", le pregunta. “Inexorablemente, bello e incómodo”, responde Armani.

Exactamente lo contrario piensa el barcelonés Miguel Milá: un diseñador que revolucionó los años sesenta con sus lámparas TMM y TMC, sencillísimas y fáciles de usar, y que hoy sigue en activo con pragmatismo inquebrantable. “Me preocupa la falta de sentido común”, le cuenta a Begoña Gómez Urzáiz. “En los hoteles, las habitaciones están más pensadas para ser innovadoras que para ser cómodas, y esto es horrible. Prefiero interruptores comunes, que ya sabes cómo funcionan, que un sistema domótico. El lavabo es una especie de palangana, todo salpica… ¿Pero yo para qué quiero que me impresionen?”. Milá nos enseña la casa que ocupa desde hace décadas con su mujer, Cuqui Valcárcel, llena de piezas suyas: las lámparas, el mobiliario de bambú… y sin domótica, claro.

Patricia Urquiola multiplica todo lo anterior, aunque solo sea por su papel de actual líder en la industria del diseño global. Esta ovetense afincada en Milán es, tal vez, la diseñadora más importante del mundo. Crea piezas para los principales fabricantes de mobiliario y también es directora creativa de Cassina, una de las más antiguas. Urquiola le muestra a Carlos Primo la fábrica de la compañía. Quiere que el público conozca mejor Cassina y, de paso, también a ella: “La gente simplifica mucho. Se piensan que yo solo hago trenzados y flores, y que Cassina solo tiene muebles de tubo de Le Corbusier”.

Si Urquiola y Milá son los celosos guardianes de las esencias del diseño de producto (la forma sigue a la función), Lázaro Rosa-Violán lo aplica a los espacios. En poco más de una década, se ha convertido en una superpotencia del interiorismo. Pocos bares, hoteles y restaurantes de éxito se resisten a su característica mezcla de pátina vintage, brillo nuevo y objetos a medida. O a imitarlos: “En España hay cuatro o cinco que lo copian todo. En mi estudio los llaman lazaruelos”, dice riendo.

El primer número de ICON DESIGN tiene esto y mucho más: celebramos los cuarenta años de carrera de Pascua Ortega, el decorador que engalanó Madrid el día de la boda de los Príncipes de Asturias (tromba de agua incluida); fotografiamos Villa Cavrois, el palacio art déco que Robert Mallet-Stevens diseñó 1932 y cuyos trabajos de restauración han costado 23 millones de euros, y accedemos a lugares inéditos de la Fundación Miró.

También tomamos el pulso a la actualidad: descubrimos a Thomas Barger, un diseñador estadounidense de 25 años que fabrica encantadoras sillas inútiles; seleccionamos a los 20 talentos españoles de la arquitectura y el diseño que hay que conocer; repasamos lo más destacado del último Salone del Mobile de Milán y exploramos la relación entre espantos arquitectónicos y horrores políticos. Evidentemente, hablamos de Trump.