14 fotos14 personajes de ‘Juego de tronos’ que no nos explicamos cómo siguen vivosEn un mundo de traiciones sangrientas, la bondad de algunos les ha permitido seguir en pie. Pero su suerte puede cambiar 15 jul 2017 - 06:34CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlacePor qué es buena. Porque alguien tenía que serlo en esa familia de psicópatas. Los Targaryen la liaron tanto que las consecuencias de su locura han dado para seis temporadas y una séptima partida en dos tandas. Daenerys ha ido acumulando títulos, soltando discursos en los que habla de sí misma en tercera persona y atravesando fuegos que ella misma había iniciado para impresionar a sus súbditos conforme le cogía el gusto a gobernar para el pueblo, pero sin contar con él. Al fin y al cabo ella es la heredera legítima al Trono de Hierro. Por qué merece acabar bien. Daenerys empezaba su andadura siendo vejada por su hermano y va a acabar sobrevolando los Siete Reinos a lomos de sus dragones y chamuscando a todo el que se interponga en su camino al grito de "¡dracarys!". Ella se lo merece, y nosotros nos merecemos verlo.Por qué es bueno. En los Siete Reinos no existen las fantas, pero Jorah podría pagarlas todas. Su amor hacia Daenerys es uno de esos que ya no se lleva: la admira, la protege y la sigue allá donde va. Pero ella, que no está para aguantar las tonterías de nadie, le destierra cuando descubre que la misión inicial de este escudero era la de espiarla. Lo cierto es que Jorah Mormont sólo ejerció como espía durante unos 20 minutos. Por qué merece acabar bien. Tras ser expulsado de Meereen por segunda vez, Jorah se empeña en regresar a su reina y demostrarle su lealtad absoluta. Al final de la sexta temporada, Daenerys le desterró por tercera vez, pero para disuadirle de sus planes de suicidio y ordenarle que encontrase una cura. Probablemente esto sea lo más cerca que va a estar Jorah de ligársela, pero menos da una piedra, y él se está convirtiendo en una.Por qué es buena. Porque es una niña, o al menos lo fue durante nueve episodios. Arya se ha convertido en una máquina vengativa que aprendió a hacer listas de asesinatos pendientes antes que a hacer la lista de la compra: Cersei, Ilyn, Melisandre... Esta lista de muerte se le iba acumulando, pero Arya tiene mucha paciencia y muy poco que perder. Por qué merece acabar bien. Técnicamente ha dejado de ser buena, pero el público sigue estando de su parte. La felicidad de Arya reside en las pequeñas victorias: matar a un soldado que presumía de haber colaborado en la carnicería de la Boda Roja, servirle a Walder Frey un pastel hecho con la carne de sus propios hijos y, por encima de todos, recuperar por fin su identidad. Tras demasiados años fingiendo ser otras personas, exclama "mi nombre es Arya Stark, quiero que lo sepas".Por qué es bueno. Su humanidad no tiene cabida en este universo y, sin embargo, lleva cinco temporadas librándose de la muerte, del mismo modo que no entiende la guerra y ha sido nombrado caballero a pesar de sus orígenes humildes. Ser Davos es lo más cercano a la bondad (tal y como la entendemos los espectadores) que existe en los Siete Reinos. Por qué merece acabar bien. Porque su amistad con Shireen, la hija de Stannis Baratheon, es quizá lo único bonito que ha habido en 'Juego de tronos'. Y, por supuesto, acabó de la peor forma posible: con ella sacrificada en una pira de fuego por su propio padre. Ser Davos culpa a Melissandre, porque antes que honrado es un poco machista, y alcanzará su venganza en esta vida (la primera tanda de 7 episodios) o en la otra (la segunda, con 6 episodios que se emitirá en 2018). Nadie va a querer perdérselo.Por qué es buena. Porque mientras la mayoría de personajes se mueven por instinto y con un solo objetivo, Sansa ha tenido que evolucionar, sobrevivir a abusos de todo tipo y atravesar una depresión mientras huía sin parar. Empezó como una niñata caprichosa que ansiaba largarse de Invernalia y vivir aventuras. Y aventuras ha vivido, pero ninguna buena. Su prometido Joffrey la humilló sistemáticamente, mientras su futura suegra Cersei le aconsejaba que "cuantas más personas ames, más débil serás". Sansa se aferró a este mantra, se alió con todo tipo de escoria (Meñique, Hediondo) y regresó a Invernalia al encuentro de su hermano Jon Nieve. Le han arrancado su inocencia y su dignidad, pero a cambio se ha convertido en la mujer más fuerte de los Siete Reinos. Por qué se merece acabar bien. El público, desde el siglo XXI, conecta con la valentía áspera de Sansa y verla sonreír al final de la sexta temporada mientras Jon era proclamado rey del norte ha sido quizá el único momento genuinamente entrañable de toda la serie. Sansa Stark es la mayor víctima de la serie, que ya es decir, y lo más parecido al Atlético de Madrid que hay en 'Juego de tronos'. Está por ver si es el de la temporada 95-96 (el doblete) o el de la 99-2000 (el descenso).Por qué es buena. Su sensibilidad y su sentido de la justicia permanecen inalterables incluso cuando Daenerys se distrae con su arrogancia, sus dragones y su Dario Nahaaris. Por qué merece acabar bien. Se mantiene al lado de Daenerys cuando no tendría por qué. Ella no ha elegido formar parte del gobierno de Meereen, donde llegó como intérprete, pero demuestra su valor político al aconsejar a la Khaleesi con mucha más templanza y pragmatismo que los que demuestran el resto de personajes cegados por el rencor y la ambición.Por qué es buena. Todavía no es mayor de edad y ya mola más que ningún otro personaje en la serie, además de ser perfectamente capaz de discernir entre el bien y el mal y entre las causas justas y las traiciones. ¿Quién le ha enseñado todo esto a esta niña? Por qué merece acabar bien. Porque cuando a Daenerys se le vaya la cabeza (es cuestión de tiempo que la enajenación de su estirpe asome la patita), Tyrion se largue del reino a vivir la vida y Jon Snow sea asesinado (otra vez) por alguna cucaracha envidiosa, la única persona que podría mantener la justicia en esa tierra de miserables es Lyanna Mormont. Una muchacha a la que nadie se atrevería a llevar la contraria.Por qué es bueno. Para ser un salvaje, tiene un sentido de la integridad tan campechano como incorruptible. Ha acabado liderando a los salvajes a pesar de sí mismo, y ha entendido que aliarse con Jon Snow es la única esperanza de su pueblo. Eso le convierte en un héroe, aunque quizá él se reiría a carcajadas si le llamas así (y luego te amenazaría de muerte). Por qué merece acabar bien. Aunque solo sea porque es el único personaje que ha generado algo de comedia durante estos angustiosos seis años, Tormund se ha ganado el derecho a terminar sus días en una cabaña sin que nadie le moleste. Sus escenas con Brienne de Tarth, en las que él le mira con picardía y ella no sabe ni cómo ponerse, son lo más cerca que ha estado 'Juego de tronos' de ser una canción de Luis Fonsi.Por qué es buena. Porque no va a rendirse, y gente así hace mucha falta en 'Juego de tronos' (y en el mundo real). Se hace cargo de su hermano Theon a pesar de que él se ha buscado todo lo malo que le pasa, como buena hermana mayor que sabe que es mejor que él en todo, pero no va a restregárselo. Por qué merece acabar bien. Los Greyjoy son un clan bastante podrido: es un milagro que Yara haya salido tan brava. Visto lo visto, la única esperanza para los Siete Reinos es que las mujeres hereden la Tierra, porque siendo gobernados por hombres tampoco les ha ido particularmente bien.Por qué es bueno. El matrimonio Ned y Catelyn Stark tenía una intuición nefasta para ver venir las traiciones, pero fueron grandes padres para sus cinco hijos y medio (Jon Snow, el bastardo). Desde que Jaime Lannister le empujó por la ventana en el primer episodio de la serie, dejándole paralítico, el pobre Bran no ha dejado de ser empujado por la vida, por la magia y por Hodor de un lado para otro. Por qué merece acabar bien. El séquito que acompañaba a Bran ha ido muriendo, uno tras otro, y necesitamos que esas bajas sirvan para algo. Básicamente, porque si no el paso de Bran por la serie (y los tediosos minutos que su trama ha consumido) habría sido en vano.Por qué es buena. Si en 'Juego de tronos' existiera el concepto de honor (no existe), Brienne sería su personificación más pura. Cuando Catelyn Stark le ayuda a escapar, Brienne le jura lealtad con todas las consecuencias: le cae el marrón de acompañar a Jaime Lannister a Desembarco del Rey, se enamora de él por el camino y, sin embargo, ninguna de sus decisiones parece motivada por estos sentimientos, que ella asume como una faena circunstancial. En una tierra en la que todo el mundo parece estar obsesionado con echar un polvo de la forma más violenta posible, Jaime y Brienne se quieren porque se respetan. Por qué merece acabar bien. Brienne intenta ayudar y salvar la vida de Arya y Sansa, y las dos la rechazan con actitud de "déjeme en paz, señora" porque no se fían ni de su sombra (literalmente). Pero Brienne no se rinde, por el sencillo motivo de que le juró a Catelyn que no lo haría. Si todo el mundo fuera tan honorable como ella, los Siete Reinos serían un lugar feliz y apacible. Si todo el mundo fuera tan honorable como ella, no habría serie.Por qué es buena. Sometida sexualmente por su propio padre, Gilly huye con su hijo-hermano y básicamente se pasa toda la serie escondiéndose de asedios. Ella vio el valor y la dignidad de Samwell Tarly incluso antes que los espectadores. Por qué merece acabar bien. Durante una cena con la familia Tarly, Gilly es humillada por el patriarca. Cualquiera que haya sufrido una cena conflictiva con sus suegros reconoce el mérito de Gilly al quedarse ahí sentada por respeto a Samwell. Bien por ella.Por qué es bueno. Es el único personaje de la serie con alma. El único que es bueno por elección, y no por sus circunstancias, y Kit Harrington es el actor mejor pagado del reparto (2,3 millones de euros por episodio). El público ha depositado todas sus (pocas) esperanzas en Jon, un bastardo que desde que se alista en la Guardia de la Noche ha afrontado todas las responsabilidades que le han ido cargando con templanza, justicia y honestidad, a veces a costa de su propio placer. La mayor honradez de Jon quizá sea su obstinación por no discriminar a ningún colectivo, porque aunque su no-novia Ygritte insistiese en que "no sabes nada, Jon Nieve", sí que sabe una cosa: lo doloroso que es vivir marginado. Por qué merece acabar bien. Porque ha rechazado demasiadas oportunidades para dejarse corromper. Que haya llegado a la séptima temporada con la conciencia tranquila tiene tanto mérito que si Jon Snow fuese político en nuestro mundo ganaría las elecciones por mayoría absoluta en cualquier país. Así de buena persona es.Por qué es bueno. Samwell Tarly es el único que trabaja en esta serie. Sus inquietudes intelectuales le han llevado a cultivarse y además ha sacado tiempo para enamorarse de Gilly, salvar su vida docenas de veces, convencer a Jon Snow de que no abandone la Guardia de la Noche, impulsarle al puesto de comandante, matar a un caminante blanco y enfrentarse a su padre racista. En una tierra en la que la fuerza bruta es mucho más valorada que la inteligencia, Sam está destinado a resultar una herramienta clave durante la reconquista final. Por qué merece acabar bien. Porque ha sufrido los insultos, burlas y agresiones de todo el mundo con el que se ha cruzado (excepto Jon Snow y Gilly), y nunca se ha puesto de rodillas. A Sam le da igual lo que piensen de él, y sabe que cuanto más tonto le consideren, menos le verán venir como la implacable fuerza intelectual que es. No parece un héroe, pero lo es. Sin alardes ni discursos. La bondad de Samwell Tarly es de una pureza como no existe otra en 'Juego de tronos', y como tampoco existe en nuestro mundo real. Pero necesitamos creer que sí.