La Fiscalía quiere que 19 mujeres declaren contra Bill Cosby
Comienza el nuevo juicio contra el actor tras anularse el primero en el que se estudiaba la acusación de abuso sexual presentada por Andrea Constand
Bill Cosby volvió a sentarse en el banquillo de los acusados. Lo hizo ante el mismo magistrado en los suburbios de Filadelfia que en junio anuló el juicio por abusar sexualmente de Andrea Constand. Entonces el jurado fue incapaz de llegar a un veredicto. Esta vez, sin embargo, el clima social es muy diferente por el movimiento MeToo y el proceso contra el antiguo doctor del equipo de gimnasia olímpica Larry Nassar.
El segundo juicio contra el que fuera conocido como el “Padre de América” arrancará el 2 de abril. En la vista preparatoria en Norristown quedó claro cuál es el gran reto para la defensa. El equipo que lidera Tom Mesereau, que representó a Michael Jackson en el proceso por abuso sexual infantil, libró una dura batalla con el fiscal Kevin Steele sobre el número de mujeres que pueden testificar contra Bill Cosby.
Cosby estuvo presente durante el intercambio inicial pese a la muerte de su hija Ensa, hace solo una semana. Entró a la sala un par de minutos antes que el juez Steven O´Neill. Se mostró tranquilo aunque con un semblante más serio de lo habitual. No lo hizo Andrea Constand. “Este es un nuevo juicio”, insistió el magistrado, “completamente nuevo. Los testimonios del anterior proceso no se pueden utilizar”.
El caso se remonta a enero 2004, una fecha que cuestiona la defensa en un intento porque se desestime el caso. El comediante, que tiene ahora 80 años de edad, es acusado de drogar y penetrar con sus dedos a la antigua empleada de la Universidad de Temple, cuando esta estaba inconsciente. Cosby y Constand se conocieron cuando ella dirigía el equipo de baloncesto femenino del alma máter del viejo actor. Los dos establecieron una profunda relación de amistad.
La defensa dijo en el primer juicio que ambos mantuvieron "encuentros romáticos", buscando cuestionar las alegaciones presentadas contra la estrella. También recordó al jurado que Constand mantuvo contacto con Cosby después del supuesto asalto y que esperó un año a contactar a las autoridades para denunciarlo. También indicaron que modificó el relato que hizo a la policía de lo sucedido en la casa del actor.
Listo para el juicio
Aunque con el paso de los años hubo más de medio centenar de mujeres que dieron el paso al frente para acusar a Bill Cosby de acoso y abusos sexuales, solo las alegaciones de Andrea Constand lograron llevar el caso a los tribunales para que sea juzgado por la vía penal. Las otras denuncias prescribieron. Cosby ya admitió haber tenido sexo con Constand, pero dijo que fue consentido.
Bill Cosby dijo hace unas semanas estar listo para encarar el nuevo juicio. Pero es consciente de que esta vez no lo tendrá tan fácil. El pasado enero, durante una cena en un restaurante en Filadelfia con su amigo de la infancia Ed Ford, a la que invitó a periodistas para que documentaran el encuentro, chocó la mano de una reportera y le pidió que no le pusiera por ello en alguna lista del tipo MeToo.
El escándalo de abusos sexuales protagonizado a final del pasado año por Harvey Weinstein provocó un cambio en la percepción del público hacia las víctimas y se anticipa que el movimiento tendrá un impacto significativo en el sistema judicial. Bill Cosby cuenta, sin embargo, con la ventaja de que sus acusadoras no tienen ni el poder ni la notoriedad de las que derrumbaron al productor de Hollywood.
Constand podría haberse convertido fácilmente en uno de los iconos del movimiento MeToo. Pero evitó hasta ahora implicarse directamente, por un acuerdo de confidencialidad que firmó en 2006 con el actor como parte del arreglo de la denuncia que presentó por la vía civil. Tan solo se limitó a lanzar mensajes de apoyo crípticos desde su cuenta en Twitter.
Credibilidad
Como señalan los expertos legales, ahora de lo que se trata es de si el jurado se cree o no a la víctima. Bill Cosby, añaden, ya no puede jugar la baza de ser una persona admirada y respetada. La estrategia de la Fiscalía pasa así por intentar llevar al estrado a 19 mujeres que acusaron al comediante, incluida la modelo Janice Dickinson, para demostrar un patrón de comportamiento que duró cinco décadas.
En el primer juicio solicitó el testimonio de 13 acusadoras, pero el magistrado Steven O´Neill permitió que compareciera solo una, Kelly Johnson. Más mujeres dan el paso al frente, menos margen de duda hay sobre la intencionalidad del asaltante. La defensa trató de torpedear este argumento recordando que estas mujeres dieron la cara después de que Constand contara por primera vez su historia en 2005.
Tom Mesereau insiste en que la defensa es imposible ante alegaciones que datan de los años 1960. También quiere que testifique Marguerite Jackson. Es una antigua amiga de Andrea Constand, a la que comentó que tenía una relación extraña con Bill Cosby que podía utilizar para sacar provecho y establecer su propio negocio. El anterior equipo que representó al actor ya intentó sin éxito que subiera al estrado.
Para convencer esta vez al juez, los representantes legales de Cosby cuestionaron las técnicas de investigación seguidas por la fiscalía al preservar evidencias. “Sabían que lo que dijo Jackson podía causarle problemas”, insistieron los abogados del actor, que consideran que así se violó el derecho de su cliente a tener un proceso justo. “Están viendo que pescan”, respondió la acusación.
Selección del jurado
En un caso como este, en el que las evidencias se basan en testimonios más que pruebas físicas, la credibilidad juegan un papel mayor. El gran resto inmediato, por tanto, estará en el proceso de selección de los 12 integrantes del jurado, previsto para el 29 de marzo. En el primer juicio, el anterior equipo legal que representaba a Cosby logró que se hiciera en Pittsburgh para dar con personas más neutrales.
El fiscal de distrito Kevin Steele, que vuelve a liderar el equipo que procesa a Bill Cosby, espera que este segundo juicio sirva para demostrar a las víctimas de los abusos sexuales que puede ser escuchadas. En su caso tendrá que dar con una composición del jurado que no piense que el péndulo de movimiento MeToo se están decantando en exceso hacia los hombres.
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