Por qué algunos famosos se visten ahora como traficantes de droga
La última tendencia estética entre actores, músicos y televisivos se llama ‘sleazecore’ y consiste, básicamente, en parecer un camello que se ha vestido a toda prisa
Hubo un tiempo en que todos sabíamos lo que éramos, o al menos, lo que no éramos: traficantes de drogas con un problema de consumo del bien del que proceden sus ingresos. Era fácil reconocerlos. Tipos delgados, con una parte inferior o superior de un chándal de táctel, un azucarillo entre los dedos, litrona de cerveza o, si la cosa se había puesto muy seria la noche anterior, Danup.
Hoy vivimos en la era del todo vale y la máxima expresión de ello es la moda. Nadie reconoce a nadie. El colmo de todo esto es el sleazecore, una tendencia desenmascarada este verano por el periodista estadounidense Jonathan Evans, quien tras un rato de observación de los atuendos lucidos en público recientemente por celebridades como Jonah Hill, Justin Bieber, Kristen Stewart, Wiz Khalifa o Pete Davidson llegó a la conclusión de que en su dislocada estética había una constante: todos parecían, de un modo u otro, de una época u otra, de una sustancia u otra, traficantes de estupefacientes.
El Danup era sustituido por esos termos de agua de gimnasio. El táctel ahora era un chándal de marca. La camiseta rota, una camiseta rota de 300 euros. Los tatuajes volvían a lo carcelario.
Camellos de anfetaminas salidos de una bolera de pueblo (Jonah Hill), camellos de LSD en un skatepark (Pete Davidson), camellos de maría en la plaza en obras (Justin Bieber), camellos de cocaína cortada con mucho laxante en un club para turistas (Wiz Khalifa), la novia que manda el camello cuando sabe que la poli lo vigila (Bella Thorne), incluso la yonqui guapa a la que se da siempre un dos por uno (Kristen Stewart).
Hemos pasado por épocas en que las estrellas parecían agricultores, otras en que parecían salidos de las oficinas de una banca de inversión, de una cadena de montaje o incluso de un viaje organizado a Benidorm en invierno.
Ahora es la época en que si consumes drogas tienes un problema (añadido): no sabes si ese tipo al que se acercan todos en el bar es un famoso… o es famoso porque vende cosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.