La razón del enfado entre Meghan Markle y Kate Middleton
Una periodista que sigue a la familia real británica asegura que los desencuentros entre las duquesas comenzaron en las pruebas para la boda de la mujer de Enrique
Ahora que se cumple un año del compromiso de Meghan Markle y el príncipe Enrique de Inglaterra van saliendo a la luz más detalles sobre el carácter de la duquesa, que ya lleva seis meses de matrimonio. Desde su llegada a palacio, una de las cuestiones que mayor interés ha suscitado es cómo sería la relación con su cuñada, Kate Middleton, la esposa de Guillermo de Inglaterra. Y, aunque los primeros meses cuando se las vio juntas parecía cordial, ahora ese buen ambiente parece haberse enfriado, y ya se conocen los motivos.
Tal y como ha narrado en el diario británico The Telegraph una periodista con buenas fuentes en la casa real británica, Camilla Tominey —la primera que dio cuenta del romance entre Enrique y Meghan Markle, lo que le da empaque—, "la tentación de situar a estas modernas duquesas como rivales es difícil de resistir". "Las diferencias obvias entre sus personalidades permiten una narrativa fácil: ¿qué tendrían en común, después de todo, una señorita británica y casera madre de tres hijos con una exactriz estadounidense que se siente más a gusto en alfombras rojas que en las desangeladas mansiones reales?". Si no hay rivalidad, que no tiene por qué haberla, sí que hay un distanciamiento desde que arrancaron los preparativos de la boda de Meghan Markle y Enrique.
Según Tominey, que maneja dos fuentes diferentes, todo empezó con las pruebas del vestido de los pajes, entre los que se encontraba la princesa Carlota, segunda hija de Kate Middleton y Guillermo. The Telegraph no aclara qué dijo Markle o qué molestó a Middleton, pero sí que esta última acabó llorando tras las pruebas de la niña. "Kate acababa de dar a luz al príncipe Luis y se encontraba muy sensible", asegura el diario. Lo que se desconoce es si ese encontronazo ha tenido continuidad desde entonces y si ha tenido consecuencias.
Porque las desavenencias entre las dos nueras del príncipe Carlos se han hecho especialmente evidentes estos días, cuando se ha anunciado que los duques de Sussex no van a vivir en Londres al lado de los de Cambridge, como estaba anunciado. A principios del próximo año, cuando nazca su primer hijo, la pareja se trasladará a Windsor, a una hora de Londres, y vivirán en una casa de los terrenos del castillo llamada Frogmore House, donde ya vivieron Eduardo VIII y Wallis Simpson. Una decisión que ha parecido extraña a los británicos: la pareja residía en Nottingham Cottage dentro del complejo del céntrico palacio de Kensington, y acababan de reformar un apartamento vecino al de los duques de Cambridge. Con un coste de más de 1,5 millones de euros, las obras ya estaban casi completadas.
La polémica de la mudanza a Windsor y de la mala relación entre las duquesas se suma a las últimas noticias publicadas por los medios británicos sobre Markle, que parecen intentar acabar con la imagen de perfección y simpatía que se ha tenido de ella a lo largo de este último año. Así, aseguran que su comportamiento profesional ha pillado a traspiés a los ayudantes de palacio, que la acusan de madrugar mucho y de tener "muchísimas ideas" y toda la "energía de la Costa Oeste", además de escribir sus propios discursos.
Todo ello llega tras la primera crisis de la duquesa de Sussex en la corte, por la que los medios afirman que la salida de una de sus asistentes, que apenas llevaba seis meses trabajando para ella, ha decidido renunciar a su puesto. Aunque la asistente, llamada Melissa, alegó razones personales, el problema habría estado en la organización de la boda de la pareja, que supuso mucho estrés para ambos, y donde la duquesa, al parecer, habría tenido comportamientos despóticos y habría sacado a relucir cierto mal carácter. Incluso aseguran que la boda le habría pasado factura al propio príncipe, que se "volvió petulante y dio muestras de mal genio" con el personal. "Alzó la voz en más de una ocasión e insistía diciendo: ‘Lo que Meghan quiera, que lo tenga".
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