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El trabajo en un zoo clausurado en tiempos de coronavirus, en imágenes El zoo cántabro de Cabárceno permanece cerrado hasta nueva orden del Gobierno. Los trabajos de cuidado de los animales siguen como siempre entre nuevas medidas de seguridad, como el uso de mascarillas y guantes y el distanciamiento entre operarios Los parques naturales han perdido la campaña de Semana Santa, un momento clave para sus ingresos y visitas anuales, por el coronavirus. Los responsables del zoo de Cabárceno (Cantabria) confían en que las grandes extensiones de terreno, como en el área de las jirafas, avestruces y antílopes, contribuyan a que se reabra el parque con medidas de seguridad y separación pertinentes LINO RICO El destino quiso que los camellos Félix y Felisa vinieran al mundo el 14 de marzo, fecha en la que Cabárceno decidió cerrar y anticiparse al estado de alarma decretado al día siguiente. Los bautizaron así porque el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente nació un 14 de marzo. El responsable veterinario del parque, Santiago Borragán, los amamanta hasta que puedan alimentarse solos. LINO RICO Los osos pardos, que conforman una población de unos 80 ejemplares, reciben comida una vez al día. Los operarios describen que las madres apenas se alejan de sus camadas porque los machos grandes podrían devorarlos. Cabárceno cuenta con veterinarios 24 horas pendientes del cuidado de la fauna. LINO RICO Los osos pardos, que conforman una población de unos 80 ejemplares, reciben comida una vez al día. Los operarios describen que las madres apenas se alejan de sus camadas porque los machos grandes podrían devorarlos. Cabárceno cuenta con veterinarios 24 horas pendientes del cuidado de la fauna. LINO RICO Uno de los avales del parque, cuenta Bernardo Colsa como responsable de Cantur, la empresa que lo administra, es su oferta de ocio variado. El público puede elegir varios espacios o miradores como el que permite apreciar nítidamente la bahía de Santander. “Si la gente se lo toma en serio, no habrá ningún riesgo de contacto”, explica Colsa. LINO RICO La ausencia de visitantes provoca que muchos empleados trabajen desde sus casas, sobre todo en labores técnicas o administrativas. El mantenimiento del parque, en cambio, provoca que más de una decena de personas cuiden de las instalaciones o, como muestra la imagen, sieguen los terrenos para alimentar con el forraje a los animales herbívoros. LINO RICO Cada recinto está vallado por unas cercas de madera sobre los que las personas habitualmente se apoyan para ver a animales como los elefantes. Los responsables de Cabárceno piensan instalar unas referencias para que la gente no se acerque a esas lindes y no dejen hipotéticos virus en esa superficie. De todos modos, desinfectarán regularmente esos espacios para limitar posibles contagios. LINO RICO Los responsables del zoo creen que la nueva realidad que traiga consigo el coronavirus puede favorecer esta forma de ocio. Se trata de un espacio amplio, donde cada familia se mueve en su coche entre los terrenos, y de gran valor educativo para los niños. En la imagen, uno de los camellos recién nacidos, que en circunstancias normales hubiera generado gran expectación entre los niños. LINO RICO Uno de los cuidadores de los animales da pan a los bisontes, que se acercan a las vallas cuando lo ven venir con comida. Los gastos del parque prosiguen aunque no haya ingresos, pues el cuidado es constante y estas semanas han trascurrido igual que en otros meses sin virus, solo que con mascarilla y guantes. LINO RICO