Cuatro hoteles de diseño en Bremen

La ciudad de Bremen es el arquetipo de Alemania del norte: tejados a dos aguas, iglesias con torres verdes, cafés chapados a la antigua, viento gélido, una fábrica de cerveza y muchos puestos de salchichas. Como contrapunto a este aluvión de estereotipos, tradición y olor a col, proponemos una selección de hoteles diseño modernos que, como pequeñas perlas contemporáneas, actualizan la imagen de la ciudad y ofrecen una perspectiva diferente al visitante. Con amplia variedad de precios y localizaciones, hay una opción creativa de alojamiento para todos…

Überfluss Design

Inspirado en los países nórdicos y diseñado en Ámsterdam, este elegante hotel acoge a sus huéspedes con un interior de tonos oscuros y aires masculinos. Durante su construcción se descubrieron unas ruinas del año 1184 antes de Cristo que ahora forman parte de su spa. Por supuesto, un alojamiento de estas características tenía que incluir un magnífico centro termal que incluye sauna finlandesa entre sus servicios. También dispone de gimnasio, aunque para quemar las salchichas es más recomendable el paseo que discurre a lo largo del río Wesser y pasa justo a los pies del hotel.

La suite del Überfluss Design, ideal para los más caprichosos, cuenta con un bonito mirador sobre el río para disfrutar del paisaje, sobre todo por la noche, cuando se iluminan os barcos anclados en los muelles. El restaurante del hotel es uno de los mejores de Bremen: platos de influencia italiana y francesa cocinados en un horno español. Uno de los mejores hoteles de Bremen para quienes busquen sofisticación.

• Precio: desde 130 euros la noche.

7 Things

Siete logotipos definen el espíritu de este hotel que basa su cuidada imagen en la expresión alemana “ich packe meinen siebensachen, algo así como “coger solo lo necesario”. Y es que el 7 Things ofrece lo justo para sentirse cómodo, sin grande lujos, en una ambiente desenfadado pero pensado con esmero: maderas y tonos verdes, diseño alemán, baños minimalistas dignos de un hotel de mayor categoría y una preciosa terraza para disfrutar del desayuno cuando el tiempo lo permite. Su localización, cercana a la Universidad, es ideal para disfrutar de la naturaleza y para dar largos paseos en bicicleta, que por supuesto se puede alquilar en el hotel.

Bien conectado con el centro de la ciudad por autobús y tranvía, si viaja con niños merece la pena reservar una de sus habitaciones familiares divididas en dos estancias independientes, una de ellas amueblada con literas muy chulas. En el bar del vestíbulo se pueden tomar pequeños tentempiés, pero no hay que dejar de probar las salchichas hechas en tostadora, invento de un estudiante de la universidad cercana.

• Precio: desde 61 euros la noche.

Prize hotel

El diseñador egipcio Karim Rashin está detrás del diseño de este hotel y se nota. Colores fuertes y vibrantes, muchas formas redondeadas y toques futuristas. Las habitaciones son divertidas, con imágenes que hacen guiños al arte urbano. Sencillas pero muy agradables, están diseñadas en torno a las camas, enormes y entre las más cómodas de la ciudad. Los detalles en el Prize Hotel son curiosos: espejos dobles que dejan pasar la luz al baño o flexos con altavoz a los que se pueden conectar smartphones y tablets.

Lo importante aquí es relajarse y pasarlo bien. En el vestíbulo una pantalla gigante ofrece la posibilidad de ver los partidos de la Bundesliga (liga alemana de fútbol) en un larguísimo sofá de formas sinuosas y color pistacho. Al lado, el comedor donde se sirve el desayuno propone una atmósfera completamente distinta, con sillas blancas de formas geométricas y un constante aroma a café. La localización es práctica: está situado detrás de la estación y en frente del recinto ferial.

• Precio: desde 59 euros la noche.

Zollhaus

Nominado al German Design Award en 2013, esta curiosa mezcla de hotel y albergue fue proyectada por dos arquitectas locales que querían alejarse del concepto tradicional de hotel. De hecho, Zollhaus recuerda a un colegio mayor. Es el epítome de la imagen creativa alemana: muebles aparentemente reciclados, rasgos industriales, mesas comunes y colores básicos. Uno podría pensar que está en Berlín. Las habitaciones (individuales, dobles , triples y dormitorios para 6 u 8 personas) siguen el aire náutico del barrio, Überseestadt, y buscan su inspiración en los camarotes de barco. Eso sí, todas tienen televisión y baño.

Este hotel con vocación de albergue está muy preparado para recibir grupos de jóvenes, mochileros, viajes de fin de curso, etcétera, y ofrece paquetes muy interesantes para grupos que incluyen visitas organizadas a la ciudad y museos. No tiene restaurante pero en recepción se puede comprar una buena sopa hecha cada mañana en una tienda gourmet del centro de la ciudad.

• Precio: desde 45 euros la noche.

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