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Jaca, entre románico y modernismo

La catedral de San Pedro, su imponente Ciudadela, el moderno Ensanche y dos imprescindibles cercanos, el monasterio de San Juan de la Peña y la estación de Canfranc

Vista área de la Ciudadela de la localidad oscense.
Vista área de la Ciudadela de la localidad oscense.

La muy noble, muy leal y muy vencedora Jaca podría pasar por un fortín enclavado en el bastión de los Pirineos. Todo en sus calles destila el carácter defensivo de una localidad fronteriza que se ha pasado los siglos eligiendo bandos. Fue primera capital del Reino de Aragón, cuenta con la que apunta a ser la primera catedral románica de España y hay quien presume de que allí se inició el germen de la República. Su ubicación ha sido codiciada por muchos y de ese anhelo nace su insigne Ciudadela, cuya onda pentagonal domina una ciudad orgullosa y hospitalaria.

9.00. Dulce desayuno jaqués

Desayunar unos lazos de Jaca es el imprescindible bautizo jaqués. Estos postres de hojaldre de mantequilla y yema confitada son la especialidad de la pastelería La Suiza (Mayor, 40) (1), que elige los nombres de sus dulces creaciones en función de los accidentes geográficos de la zona de Huesca.

Capitel expuesto en el Museo Diocesano de Jaca. Datado en el siglo XII, y restaurado en 2014.
Capitel expuesto en el Museo Diocesano de Jaca. Datado en el siglo XII, y restaurado en 2014.getty images

10.00. Hogar de ciervos

En un corto paseo se llega a la impresionante Ciudadela (2). Comenzó a construirse en 1592 y se conserva prácticamente intacta, aunque su foso ya no tiene agua sino una nutrida familia de ciervos que habita aquí desde hace casi medio siglo. El acceso a la fortificación, cruzando el puente de tres arcos que enlaza con el levadizo, ya presagia que aquí se alza uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar de la época: sus muros bajos preparados para la artillería, sus ubicaciones para cañones y su curiosa forma pentagonal protegida por sus cinco baluartes. Acoge el Museo de Miniaturas Militares y ambos recintos pueden visitarse por libre, en una ruta guiada o con una teatralizada que se remonta a cuando Felipe II ordenó levantar la fortaleza.

Frescos del Museo Diocesano, en la catedral de Jaca.
Frescos del Museo Diocesano, en la catedral de Jaca.alamy

11.00. Del templo a la Torre de la Cárcel

Jaca sobresale por ser cuna del románico con la catedral de San Pedro (3), aunque luce menos de lo que debería al estar encajonada entre las estrechas calles del centro. Esto se soluciona entrando en el templo y dejándose impresionar por la magnitud de sus tres naves de cinco tramos con sus cinco ábsides. Es también sede del Museo Diocesano, dedicado al románico, y guarda un precioso fresco que resume el catecismo en imágenes. En unos 200 metros se llega al Ayuntamiento (Mayor, 24) (4), con su gran portada de estilo plateresco y en cuyo patio interior está expuesta la campana de la vecina Torre del Reloj (5), también conocida como Torre de la Cárcel por ser ese su cometido en diversos momentos. En 1599, el Consistorio quiso instalar en ella este reloj-campanario civil (en contraposición al religioso de la catedral).

13.00. Fachadas ornamentadas

Con el derribo en 1915 de la muralla medieval, nace el Ensanche y el modernismo hace su aparición en la ciudad aragonesa. Algo evidente en un tranquilo paseo por la avenida Primer Viernes de Mayo (6), donde se encuentra la Casa Borau (en el número 5), con sus impresionantes molduras, y la emblemática Casa La Rubia (en el 7), inspirada en la Casa de les Punxes barcelonesa y uno de los más bellos edificios modernistas de Jaca. El recorrido continúa en la cercana calle Mayor (7), donde, en el número 32, puede apreciarse el colorido estilo nazarí de una fachada inspirada en la Alhambra o las ventanas decoradas con curiosas formas casi micológicas que esperan en el 34. Para completar la ruta, conviene observar los motivos florales y animalistas de la fachada del palacete del Marqués de la Cadena así como el impresionante mirador del antiguo seminario diocesano, en el paseo de la Constitución (8).

14.00. Tapas o mesa y mantel

Llegada la hora de comer, se puede optar por un tradicional plan de tapas que incluya los rodolfitos (langostinos con salsa) de La Tasca de Ana (9); las cazuelitas de Marboré (Ramón y Cajal, 5) (10); los caracoles de Casa Fau (plaza de la Catedral, 3) (11), o las terrinas de foie del Lilium (Primer Viernes de Mayo, 8) (12). Si se busca algo más contundente, el Cobarcho (13) cuenta con una de esas cartas que avisa de una larga sobremesa: migas, canelones rellenos de carrillera, chuletón, paletilla de cordero, rodaballo o dorada salvaje a la brasa.

16.30. Un claustro bajo la roca

A media hora de Jaca se encuentra el imprescindible monasterio de San Juan de la Peña (14). De camino, puede pararse en el pueblo de Santa Cruz de la Serós y contemplar las austeras y solemnes iglesias de San Caprasio y Santa María. Una vez en el viejo monasterio se está en el que fue el primer panteón real de Aragón, resguardado bajo la inmensa piedra que le da nombre. Contiene, entre otras, una iglesia prerrománica, una capilla gótica y un claustro románico exterior en el que la roca en bruto sirve de techumbre. Su magnetismo es tal que son múltiples las leyendas que le relacionan con la guarda y custodia del Santo Grial.

Con el estreno el pasado abril de una nueva línea férrea y el proyecto de convertir su icónica estación en un hotel, Canfranc busca retomar la conexión con Francia.
Con el estreno el pasado abril de una nueva línea férrea y el proyecto de convertir su icónica estación en un hotel, Canfranc busca retomar la conexión con Francia.GETTY IMAGES

18.30. Un viaje en tren teatralizado

Otra visita cercana es la elegante estación internacional de Canfranc (15), considerada una de las más bellas de España. A unos 20 minutos al norte de Jaca y a 1.194 metros de altitud, se construyó a principios del siglo XX para unir España y Francia y cuenta con unas dimensiones impresionantes: 241 metros de longitud y 75 puertas en cada uno de sus lados. Para conocer su interior se debe concertar una visita guiada, y en julio y agosto habrá trayectos en tren teatralizados desde Jaca a Canfranc en los que se representará Volver a Canfranc, la novela de Rosario Raro ambientada en la II Guerra Mundial.

21.00. Paseo nocturno

De vuelta a la ciudad, Las 3 Ranas (Salud, 10) (16) tiene una bonita terraza en la que disfrutar de la exquisita presentación y los atractivos sabores de una carta llena de aciertos. Además, su céntrica ubicación permite un tranquilo paseo nocturno por Jaca, preciosamente iluminada, para contemplar que las fortalezas también duermen.

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