Andalucía, un chapuzón de placer
Enamoran por la riqueza de sus dos mares: el apacible y sabio Mediterráneo y el salvaje y emocionante Atlántico. Por la fuerza del sol, generoso y omnipresente. Las costas andaluzas son el pulmón que llena de vitalidad y alegría a sus gentes, más allá del tópico
Comparten litoral la playa más larga de España (Doñana, Huelva), una de las más pequeñas, La Rijana (Gualchos, Granada) y deliciosas calas semisecretas como Cala de San Pedro, en Cabo de Gata (Almería). Una de las tres únicas grutas de origen marino del mundo: la Cueva del Tesoro, en Rincón de la Victoria, Málaga. O la maravilla natural de la duna de Bolonia, en Cádiz. En Andalucía, hablar de playas es mucho más que hablar de tumbonas y castillos de arena.
Costa del Sol, Málaga. Embajadora de Andalucía
Hasta Sotogrande (ya en Cadiz), la Costa del Sol malagueña es desde los años 20 del pasado siglo el destino más deseado por viajeros de todo el mundo. Ofrece tentaciones turísticas de todo tipo, 11 puertos deportivos, instalaciones culturales y de ocio…
Todo, gracias a sus inmejorables condiciones naturales: el clima mediterráneo, unas aguas calmas y transparentes y una riqueza paisajística imponente (y poco transitada), como la Cascada de Maro-Cerro Gordo, en Nerja.
Costa de la Luz, Cádiz. La amiga del viento
Muchos son los atractivos de los 200 kilómetros de la más fina y dorada arena de la península. Como la playa de Bajo de Guía (Sanlúcar de Barrameda), en cuyos restaurantes sirven como en ningún otro lugar del mundo el pescaíto frito y los langostinos de Sanlúcar. O Las Piletas, con la archifamosa carrera de caballos anual. Cada enclave de la costa gaditana tiene su encanto particular: El Puerto de Santa María, Chiclana, Conil, Barbate, Tarifa…
La pesca submarina representa algo más que un lujo en playas como Los Lances, Bolonia, Cabo de la Plata o Valdevaqueros. Junto a Punta Paloma y Playa Chica, son conocidas mundialmente como la meca del windsurf y el kitesurf, tanto por las condiciones del viento y el mar como por el ambiente joven y la energía que allí se respira... y se irradia.
Costa de la Luz, Huelva. En armonía con el entorno
La faja litoral dunar más alta de Europa, el Acantilado del Asperillo, está en Almonte. Pero la provincia presume también de 14 puertos deportivos, ya que atesora mar y vientos privilegiados para la vela. Y una completísima oferta de ocio: con sabor gourmet y marinero durante el día o divertido y cosmopolita en las largas noches de verano. Punta Umbría, Islantilla, Isla Canela...
El Parque Natural de Doñana es el gran tesoro de los onubenses (compartido con sus vecinos sevillanos). Un paraíso para las aves en el humedal más importante de Europa, con una oferta turística de gran calidad.
Costa tropical, Granada. La bella desconocida
Las cumbres de Sierra Nevada protegen al litoral granadino del viento del norte y el sol brilla todo el año. Aquí están algunas de las playas más pequeñas del país, como la de Cantarriján (La Herradura), o La Rijana (Gualchos-Castel de Ferro).
A escasos kilómetros, las playas de Carchuna, de casi tres kilómetros, o Calahonda, con 1.300 metros de arena y aguas cristalinas. La Joya, las siete playas de Albuñol… todas ellas, tranquilas y poco masificadas. Pero tampoco faltan enclaves que laten bulliciosos, como Almuñécar o Salobreña.
Costa de Almería. Entre un mar azul y otro blanco
Desierta en algunas zonas, cubierta de blancos invernaderos en otras, montañosa por momentos o entre dunas, como en un paisaje lunar. Junto a ello, complejos turísticos al más alto nivel. Quien visita el Parque Natural de Cabo de de Gata-Nijar, con sus playas vírgenes y desiertas, nunca lo olvida.
Un listado de sus mejores playas es misión –casi– imposible. Las playas de Mónsul, Los Muertos, Los Genoveses, Las Negras, Los Escullos, Las Salinas, Aguadulce, Agua Amarga, el Playazo de Rodalquilar… Inolvidable, Almería. E imposible elegir.
Regalos de la naturaleza
Más allá de sus puertos deportivos, sus campos de golf y sus paseos marítimos, su espléndida oferta hotelera y de restauración, la naturaleza ha regalado a las costas andaluzas los parajes más bellos y sorprendentes que se puedan imaginar. Como el Parque Natural Bahía de Cádiz, entre el Parque Nacional de Doñana (en la imagen superior) y el Estrecho de Gibraltar. Allí conviven marismas, pinares, caños y dunas con playas excepcionales como Levante, Camposanto, La Barrosa o la playa de Punta Candor. También son un regalo de la naturaleza las dunas fosilizadas de la Cala de Enmedio (Almería), lenguas de piedra blanca que se adentran en el mar atravesadas por pequeñas pozas naturales de aguas cristalinas. Entre los mejores puntos para el buceo, perfecto para principiantes, está la playa de Estepona, (Málaga) con extensas praderas de posidonia que hoy son espacios protegidos.
Contenido ofrecido en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía.