Visita al Madrid que la historia borró
Adrián Ponferrada lleva siete años divulgando la historia de la capital española en la web y dos organizando visitas guiadas. Acumula miles de seguidores y ahora, gracias a una recaudación de fondos, publica su primer libro: ‘Maŷrīt, una medina andalusí'
Lo primero que hay que saber sobre Adrián Ponferrada Ugena (Madrid, 30 años) es que no es un gato puro: “Mi padre es andaluz, pero por parte de mi madre todos son de Madrid, así que yo soy medio gato”. Gato es el nombre con el que se conoce popularmente a las personas de cuatro abuelos madrileños, y con esa palabra Ponferrada bautizó hace siete años su proyecto, Gato por Madrid, dedicado a divulgar las historias que se esconden...
Lo primero que hay que saber sobre Adrián Ponferrada Ugena (Madrid, 30 años) es que no es un gato puro: “Mi padre es andaluz, pero por parte de mi madre todos son de Madrid, así que yo soy medio gato”. Gato es el nombre con el que se conoce popularmente a las personas de cuatro abuelos madrileños, y con esa palabra Ponferrada bautizó hace siete años su proyecto, Gato por Madrid, dedicado a divulgar las historias que se esconden en las calles de la capital. El apodo nació por una vieja leyenda que cuenta que quienes escalaban la antigua muralla cuando Madrid era un pequeño asentamiento islámico parecían gatos. Este es, también, el periodo histórico que Ponferrada aborda en Maŷrīt, una medina andalusí, su primer libro, que acaba de financiar gracias a una recaudación de fondos.
Ponferrada sugirió como escenario para esta entrevista la plaza de la Paja, en el barrio de la Latina, siguiendo la temática de su libro, ya que fue en este sector de la ciudad donde se ubicaron los andalusíes entre el siglo XI y su expulsión de España en el siglo XVII.
La música de las fiestas de la Paloma, sin embargo, obliga a abandonar la plaza y moverse con el protagonista por las calles cercanas para que cuente su historia.
No hubo ningún gran momento de revelación. Tenía formación como guía turístico e interés por la historia, así que “una cosa llevó a la otra”. “Al principio era como un hobby. Ya había muchos blogs en aquella época, pero había cosas que no contaban que yo quería contar”, explica.
En 2016 creó el suyo. Acumuló decenas de miles de seguidores publicando curiosidades, relatos, cuestionarios y fotografías antiguas de la capital hasta que un día decidió empezar a organizar visitas guiadas. “Me ayudaron a expandir el proyecto y me permitieron empezar a conocer a mis seguidores, que es algo muy gratificante”.
Ponferrada lleva ya siete años con su blog y dos organizando visitas guiadas. La primera que dio, precisamente, fue sobre los orígenes islámicos de la ciudad, que bautizó Maŷrīt, una medina andalusí, el mismo título que escogió para su libro. Hasta hoy la sigue ofreciendo y dice que es una de las favoritas: “Es la más exitosa de las que no tienen que ver con nazis”.
Ponferrada quiere contribuir a llenar los vacíos que tiene la capital en la divulgación de esta etapa de su historia: “Hay mucha gente que no sabe que es la única capital europea de origen islámico”. Aunque evita entrar en controversias, el guía turístico y ahora autor atribuye el descuido de lo musulmán a “prejuicios” religiosos: “Todo trata de recuperar la memoria islámica que se ha intentado borrar dándole un origen visigodo infundado a la ciudad. Es hacer un poco de justicia”.
Su libro, dice, posee una estructura sencilla para poder ser accesible para cualquier lector. Ponferrada resume un periodo amplio, el de la fundación del asentamiento y su desarrollo desde el siglo IX hasta el siglo XII. Tardó entre cuatro y cinco meses en completar el libro porque el trabajo de investigación ya estaba en su mayor parte hecho. Presentó su proyecto a la editorial Libros.com y comenzaron una recaudación de fondos que cumplió su meta en 13 días. “No ganamos nada ni la editorial ni yo, esto es solo para publicar”, aclara.
Tampoco las visitas guiadas o el blog le dejan ganancias a Ponferrada, que afirma que lo que ingresa es apenas “simbólico” y lo debe cuadrar con otros trabajos. Lo hace porque le gusta, y eso le da completa libertad. “Publico cosas que me parecen interesantes o me llaman la atención. Si fuera algo más organizado sería un trabajo, y yo no quiero que esto sea un trabajo”.
De cualquier forma, requiere dedicación. “Esto exige horas en la biblioteca, estudiando archivos y libros”, asegura. Este gato se siente satisfecho con lo que tiene ahora y no piensa demasiado en el futuro más allá de la publicación de su libro: “Si me llega a gustar la experiencia, ya vendrán otros temas”.