Moreno se da otra semana de reflexión para decidir si adelanta las elecciones en Andalucía
Las dos fechas posibles para celebrar los comicios antes del verano son el 19 y 26 de junio
Dos semanas se dio Juan Manuel Moreno para “reflexionar” sobre el anticipo de las elecciones andaluzas. La pasada y esta. La agotará, según fuentes del entorno del presidente de la Junta de Andalucía, por lo que no se celebrarán el 12 de junio, la primera fecha posible, ya que deben transcur...
Dos semanas se dio Juan Manuel Moreno para “reflexionar” sobre el anticipo de las elecciones andaluzas. La pasada y esta. La agotará, según fuentes del entorno del presidente de la Junta de Andalucía, por lo que no se celebrarán el 12 de junio, la primera fecha posible, ya que deben transcurrir 54 días desde la disolución del Parlamento hasta la apertura de las urnas. Los otros dos días posibles antes del verano (la ley electoral andaluza prohíbe los comicios en julio y agosto) son el 19 y 26 de junio. Moreno preside mañana martes en Málaga, su ciudad de origen, la reunión del Consejo de Gobierno. La decisión de la convocatoria electoral es una competencia de su exclusiva responsabilidad, pero sí debe cubrir el trámite de someterlo a la “previa deliberación” del Ejecutivo autónomo.
Según la ley orgánica del Régimen Electoral General, los decretos de convocatoria se publican al día siguiente de su expedición, por lo que Moreno tendría que haber convocado este lunes a su Gobierno para ser escrupuloso con el texto de la norma, señalaron las fuentes consultadas. Al aplazar la decisión, el presidente de la Junta evita la incómoda coincidencia con la toma de posesión de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de Castilla y León tras pactar un Gobierno de coalición con Vox. Tampoco estará el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien tiene previsto entrevistarse con los principales dirigentes de la patronal y de los sindicatos. La hipotética entrada de la ultraderecha en San Telmo, en función de los resultados, marcará la campaña andaluza.
En el PP andaluz se da por hecho que habrá elecciones en dos meses. Todos sus dirigentes repiten el argumento del presidente de la Junta de que Andalucía debe tener unos presupuestos nuevos (los actuales están prorrogados) para afrontar la crisis energética y la subida de los precios, un argumento que al resto de los partidos les parece una simple excusa.
Además, su vicepresidente y candidato de Ciudadanos, Juan Marín, no tiene tan claro que una vez celebradas las elecciones, las cuentas autonómicas estén listas antes de final de año. En una entrevista a Canal Sur, Marín ha desechado la tesis de Moreno de ligar el adelanto con tener unos presupuestos. “Yo no entiendo por qué. ¿Qué necesidad hay? Los intereses de los partidos no tienen nada que ver con los intereses de los andaluces, cuyos intereses en estos momentos son tener un empleo, seguir creciendo y recuperarse de la situación que han padecido”, ha afirmado.
No solo sus socios de Ciudadanos se oponen al adelanto. En el Gobierno, el consejero de la Presidencia, portavoz del Ejecutivo y coordinador general del PP, Elías Bendodo, es de la opinión de que es mejor agotar y primar la estabilidad política; frente al equipo económico, con el consejero de Hacienda, Juan Bravo, a la cabeza, que apuesta por el adelanto.
Los socialistas, que habían preparado su calendario de trabajo con la fecha del 12 de junio, apuestan ahora a que será el 26. Así daría tiempo a que el Parlamento celebre su último pleno la próxima semana (27 y 28 de abril) para aprobar las conclusiones de la comisión de investigación de la Fundación Andaluza de Formación y Empleo (Faffe), cuyo dictamen considera responsables políticos a los expresidentes de la Junta Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz, todos del PSOE. También daría el visto bueno a la ley de Economía Circular, pactada por PP, PSOE, Cs y la abstención de Unidas Podemos y la oposición de Vox, un grupo muy crítico con la “revolución verde” acuñada por Moreno. Si el presidente andaluz opta por la fecha del 19 de junio este pleno no se celebraría. Ese día tiene como inconveniente el puente con motivo de la celebración del Corpus en Sevilla y Granada, fiestas locales. Y la del 26 es un día también con interrogantes, porque ya hay curso escolar y muchas familias están ya de vacaciones.
A la espera de la fecha definitiva, las maquinarias de los partidos llevan semanas en marcha. El PSOE andaluz aprobó el pasado 7 de abril el calendario para la elaboración de las candidaturas que ha ratificado este lunes la comisión ejecutiva federal. Se esperan tiranteces, pero no graves encontronazos, por cuanto se da por hecho que el futuro grupo parlamentario responderá a la nueva mayoría en torno a su candidato, Juan Espadas.
El secretario general del PSOE andaluz pretende combatir la idea de que el PP de Moreno tiene ganadas las elecciones, como dicen todas las encuestas. Su objetivo es ser la fuerza más votada, como ocurrió la última vez, pero en realidad su meta es no bajar ni en votos ni en escaños a los obtenidos por su antecesora, Susana Díaz: 33 diputados y 1.010.889 sufragios, los peores resultados de toda la serie histórica del PSOE en las 11 elecciones autonómicas. Descender de ahí abriría otro debate interno sobre la idoneidad de Espadas que, no obstante, afirma en círculos internos que su proyecto es a largo plazo.
Preocupa en el PSOE la escasa movilización que por el momento perciben en las agrupaciones locales. “Después de dos años de pandemia, el partido está oxidado”, asegura un dirigente provincial que confía en que la convocatoria electoral movilice, sobre todo, a los alcaldes que serán los próximos en examinarse en las municipales de mayo de 2023. “Los alcaldes van a lo suyo y piensan que lo que ocurra en Andalucía no se va a notar en las municipales. Pero si Vox obtiene un buen resultado presentará candidaturas locales. Las andaluzas nos conciernen a todos porque son la primera vuelta de las municipales”, añade esta fuente.
Los socialistas andaluces aseguran no tener datos propios de la penetración de la ultraderecha en los pueblos del interior, su zona más segura. Se mueven con los que le proporciona la ejecutiva federal. En 2018, el PSOE fue la fuerza más votada en 614 de los 785 municipios andaluces, pero la suma del bloque de derechas (PP, Ciudadanos y Vox) superó por primera vez al del conjunto de la izquierda. “Vox se alimenta más del voto del PP”, afirma un dirigente de la ejecutiva regional que confía en que sus alcaldes “se activen”. Otro dirigente es más cauto y apunta que las nuevas generaciones “no tienen el componente ideológico” de sus padres y abuelos. “Cada vez hay menos memoria histórica”, asegura.
Normalización de Vox
A la preocupación añadida de que “la gente le ha perdido el miedo a Vox porque lo ha normalizado” se añade además la confusa situación a la izquierda del PSOE. A día de hoy, Unidas Podemos no tiene cabeza electoral y el “frente amplio” que promueve con Más País y otras fuerzas minoritarias de izquierda y andalucistas no ha culminado en nada. El problema sigue siendo, como siempre, el nombre del candidato y buscar una nueva marca en la que todos se sientan representados.
Lo único seguro de este nuevo experimento electoral, que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, observa desde la distancia, como también el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, es que Teresa Rodríguez, líder de Anticapitalistas y portavoz de Adelante Andalucía, no estará. En el mejor de los casos para este bloque, puede haber tres papeletas de izquierdas (PSOE, el frente amplio innominado y la de Teresa Rodríguez); y en el peor, cuatro o más.