Aguirre asegura que admitió que Prada y Granados eran corruptos para “hacerle la pelota” a Villarejo

La expresidenta madrileña alega que lo dijo para conseguir que el comisario jubilado “no recurriera” en la causa abierta contra ella por huir de la Policía tras aparcar mal

La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, en un desayuno informativo, el pasado 4 de mayo en Madrid.Carlos Lujan (Europa Press)

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid involucrada en uno de los audios de José Manuel Villarejo que ha destapado este lunes EL PAÍS, afirma ahora que admitió que varios miembros de su Gobierno eran corruptos para “hacerle la pelota” al comisario y que “no recurriera” contra ella. En las grabaciones, el antiguo policía sostenía que los exconsejeros Alfredo Prada y Francisco Granados eran unos “choricetes”, algo que la...

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Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid involucrada en uno de los audios de José Manuel Villarejo que ha destapado este lunes EL PAÍS, afirma ahora que admitió que varios miembros de su Gobierno eran corruptos para “hacerle la pelota” al comisario y que “no recurriera” contra ella. En las grabaciones, el antiguo policía sostenía que los exconsejeros Alfredo Prada y Francisco Granados eran unos “choricetes”, algo que la líder madrileña confirma en su respuesta: “¡Ese sí [es un choricete, en referencia a Prada], por eso lo eché! Y Granados, también. Por eso lo eché”.

Sin embargo, este martes la expresidenta madrileña le ha quitado hierro en una entrevista en Cuatro, en la que ha afirmado que “eso se lo diría a Villarejo” para conseguir que no pidiera más diligencias en el procedimiento abierto contra ella por darse a la fuga tras aparcar indebidamente en la Gran Vía de la capital. “Yo no tenía ninguna prueba contra Alfredo Prada”, ha dicho para justificar que lo que dijo entonces no era una acusación real, sino una forma de seguirle la corriente al excomisario, clave en el juicio al que se enfrentaba en aquel momento.

Esperanza Aguirre pretendía que el episodio con los agentes de policía que habían intentado multarla se quedara en una falta y no en un delito de desobediencia, como había solicitado inicialmente el excomisario, que actuaba como acusación popular a través de su asociación Transparencia y Justicia. Tras la reunión entre ambos, en la que medió José Luis Armengol, exdecano de los jueces de Plaza de Castilla, Villarejo cumplió su promesa de no pedir más diligencias, y la causa fue finalmente archivada. Eso permitió que Aguirre se presentase a las elecciones municipales de mayo de 2015 libre de cualquier carga judicial.

La afirmación de la expresidenta ante el comisario se produjo en septiembre de 2014, cuando aún faltaban cinco años para que Alfredo Prada fuera imputado por el caso Ciudad de la Justicia, que en su conversación reconocen que adjudicó “por el morro”. En esa causa, todavía pendiente de fallo, la Fiscalía solicita para Prada ocho años de cárcel. Varios años después de este encuentro, Aguirre aseguró en el juicio del caso Púnica que la destitución de Granados se debía a la filtración de informaciones a la prensa, pero no hizo mención alguna a las actitudes corruptas que había reconocido como motivo de su cese años atrás ante Villarejo.

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