Cataluña aplaza toda la asistencia sanitaria no urgente para hacer frente al auge de la covid
Los hospitales catalanes tienen 2.015 pacientes con coronavirus y 480 pacientes en las UCI
Cataluña prepara sus centros de atención primaria y hospitales para hacer frente a un auge de las hospitalizaciones por covid 19 tras el aumento de casos de las últimas semanas. La Generalitat ha aprobado este sábado una resolución por la que acuerda reservar, a partir de ahora, toda la capacidad de su red sanitaria a actividades “urgentes, emergentes y no aplazables” ante la situación “crítica” de presión asistencial por la covid 19. Así, todo lo que no sea urgente se aplazará para dejar sitio a los casos de coronavirus. El objetivo es mitigar el riesgo de colapso ante el temor de que el alto número de hospitalizaciones continúe así en los próximos 10 días. En los hospitales catalanes hay 2.015 hospitalizados por el virus y 480 en la UCI.
La quinta ola de covid 19 sigue azotando el sistema sanitario catalán. Según los datos del departamento de Salud, en las últimas 24 horas se han notificado 5.908 nuevos contagios. La velocidad de transmisión del virus (el indicador Rt) está en 0,95, una centésima menos que el día anterior, lo que muestra que la propagación de la covid 19 se está frenando lentamente, algo que se ve también en la reducción paulatina del riesgo de rebrote, un indicador que por encima de 100 se considera alto, y que está en 1.145 puntos (la primera semana de julio estaba casi en 2.000 puntos). Sin embargo, este freno todavía no llega a los hospitales, donde el número de hospitalizados y críticos es muy alto. Cataluña es la comunidad con mayor incidencia de casos, con 1.231,31 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y en la última semana ha informado de 44.813 contagios, según los datos aportados por Salud. Más del 40% de las camas UCI están ocupadas por pacientes de covid 19, cuando la media en el conjunto del Estado es del 14%.
Por esta razón, la Generalitat ha decidido “optimizar al máximo posible” todos los recursos sanitarios disponibles, sometidos a una alta presión “proporcional a los niveles de la primera ola”, que reciben tanto la atención primaria como la atención telefónica del 061 y la red de hospitales. Varios hospitales catalanes han avisado ya este sábado de que el sistema “está extremadamente saturado”. En una entrevista en Rac 1, Robert Güerri, coordinador covid del Hospital del Mar de Barcelona, ha explicado que la situación es muy compleja y que está adquiriendo una magnitud superior a las últimas oleadas de contagios. “Tiene pinta de que durará unos cuantos días, no terminará ahora”, ha dicho para expresar la preocupación del sector. El director médico del Hospital Santa Clara Caterina de Salt (Girona), Josep Costa, también ha resaltado que esta quinta ola ha tomado por sorpresa a los sanitarios, que no se esperaban un auge “tan importante”, según recoge Europa Press. Prevé que en los próximos 10 o 15 días el hospital recibirá la máxima afluencia de pacientes. La mayoría de los ingresos corresponde a población joven, y aunque presentan menos complicaciones, la incidencia es “muy alta”. También están ingresando pacientes de entre 50 y 80 años que no están vacunados o no tienen la pauta completa. Hoy por hoy, 4,3 millones de catalanes tienen las dos dosis de la vacuna (o una en el caso de la de Janssen). Además de los grupos de edad entre los 16 y los 39 años, que están en pleno proceso de vacunación, la franja que todavía tiene un porcentaje algo bajo de inoculaciones son los de 40 a 44 años (solo un 66,5% tienen la pauta completa) y los de 45 a 49 años (un 74,5%).
El comunicado de la Generalitat destaca que, con respecto a la primera ola, ahora hay más demanda de patología urgente y emergente que no tiene que ver con la covid 19, lo que hace que, dado que el sistema está muy presionado, no se pueda atender también a patologías no urgentes. “Las medidas buscan que se pueda hacer frente a una demanda muy importante y, al mismo tiempo, garantizar el descanso del colectivo sanitario que lleva haciendo un esfuerzo sostenido desde el inicio de la pandemia”, destaca el comunicado. Las mismas medidas se han trasladado a los centros privados, porque los recursos habituales del sistema “no son suficientes”.
La directora del Instituto Catalán de Salud (ICS), Yolanda Lejardi, ha afirmado en una entrevista también en Rac 1 que no se está utilizando la mascarilla “con suficiente insistencia”. El Govern ha sido criticado por haber iniciado la desescalada por la fiesta de Sant Joan, fecha a partir de la cual se empezó a propagar más la epidemia. Lejardi ha argumentado que la responsabilidad es “absolutamente global y compartida” entre el Govern y los ciudadanos. “La situación que vivimos no es por decisiones de unos y otros, sino por lo que hacemos habitualmente”, ha dicho sin hacer una autocrítica explícita. No obstante ha admitido que las autoridades sanitarias no esperaban la “explosión abrupta” de contagios. La responsable del ICS ha pedido guardar las medidas de seguridad contra el virus y ha constatado que en los últimos días cada vez hay más ciudadanos que llevan mascarilla pese a no ser obligatorio.
La plataforma de sanitarios Marea Blanca ha emitido un comunicado en el que considera que este decreto supone un “estado de emergencia sanitario” que solo ha decidido el consejero de Salud, Josep Maria Argimon, y que no ha pasado por el debate en el Govern o en el Parlament. Según la plataforma, la presión que sufre el sistema sanitario es culpa de la falta de refuerzos en presupuesto y personal, y avisa que estas restricciones en la actividad “ponen en peligro” el sistema de salud pública al dejar de lado el seguimiento de pacientes crónicos, entre otros.
Protestas de los familiares de residencias
Los familiares de las personas que viven en residencias de ancianos o de personas dependientes han criticado este sábado las nuevas medidas restrictivas del Govern para evitar que el coronavirus entre en estos centros. El departamento de Salud, ante el auge de contagios con la variante delta, acordó el jueves limitar temporalmente las salidas de corta duración de los residentes y solo se autorizan salidas de tres o más días con una única burbuja de convivencia. El protocolo marca que el familiar que recoge al residente tiene que hacerse un test de antígenos rápido el día de la recogida, y que el residente, al volver de la salida, deberá hacerse cuatro pruebas, una cada tres días. El documento de Salud también restringe las visitas de familiares: pasa de tres a dos el número de familiares que puede ir simultáneamente, y estos deberán hacerse una prueba de antígenos rápida cada vez que vayan. Estas medidas significan que los residentes podrán ir de vacaciones en estancias largas, pero no podrán salir simplemente a dar un paseo o comer con la familia y tampoco tendrán la posibilidad de visitas sin restricciones en los centros. La coordinadora de residencias 5+1, que representa a familiares de centros de Barcelona, considera que estas medidas son “ilegales” porque en la práctica son un confinamiento domiciliario “que no ha sido validado por los tribunales”.
La adopción de nuevos protocolos implica un paso atrás tras el éxito de la campaña de vacunación, pero es la manera de hacer frente a la propagación del virus. El 89,6% de la población residente está vacunada con la pauta completa, pero los índices de contagio han empeorado: la incidencia acumulada en los últimos 14 días en las residencias es de 909 casos por cada 100.000 habitantes (a principios de mes estaba tan solo en 74 casos), la positividad de las pruebas realizadas es de más del 7% y en esta última semana ha habido 49 ingresados y 8 defunciones por covid 19, cifras muy inferiores a las que sufrieron los centros anteriormente —desde el inicio de la pandemia han muerto 8.815 ancianos residentes— pero que suponen un aumento con respecto a la mejora que se había conseguido.
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