Barcelona se asoma al final de la sequía

El Govern prepara una relajación de las restricciones para el sistema Ter-Llobregat, cuyos pantanos superarán estos días el 40% de su capacidad, el umbral que delimita la salida de la fase de Alerta

En la imagen, un niño juega en un charco de agua, formado por las lluvias del pasado mes de marzo, a los pies de un árbol en carretera de Sants (Barcelona).Albert Garcia

Las lluvias de los últimos meses han dado una tregua a Cataluña, o al menos a las zonas cuyo suministro de agua depende de los ríos Ter y Llobregat y que han sufrido tres años de escasez de agua. Tras las generosas precipitaciones de las últimas semanas en las cabeceras de estos cursos fluviales, el Govern prepara una nueva flexibilización de las restricciones por sequía que afectará a la ciudad de Barcelona y a 202 municipios de su provincia así como la de Girona. Los cerca de seis millones de habitantes que residen en estas localidades se abastecen del sistema Ter-Llobregat que, según las cifras publicadas en tiempo real por la Agencia Catalana del Agua (ACA), se encuentran este jueves al 35,6% de su capacidad (más de 218 hectómetros cúbicos). Fuentes del Departamento de Acción Climática han afirmado a EL PAÍS que estas poblaciones abandonarán en las dos próximas semanas la fase de excepcionalidad y entrarán en el escenario de Alerta del Plan Especial de Sequía (PES). “Puede que sea la semana que viene o la otra, pero sí, estamos cerca”, explican por teléfono.

La previsión es que los embalses del sistema Ter-Llobregat, compuesto por los pantanos de Sau, Susqueda, La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç, superen el 40% de las reservas a lo largo del fin de semana gracias a la gran crecida de los ríos y a otras precipitaciones previstas para la próxima semana en las cabeceras de los ríos. Es el umbral establecido por el PES para cambiar a la fase de alerta. El consejero en funciones de Acción Climática, David Mascort, afirmó el miércoles que este cambio de escenario era “posible” porque estas fuentes de suministro evolucionan mejor que el resto de los embalses catalanes. El caso más llamativo es el pantano de Sau, que ha pasado de un 2% en marzo a estar este jueves por encima del 38%, según los datos de la ACA.

Aunque las precipitaciones han estado repartidas por toda Cataluña, la realidad es que no todas han evolucionado igual. Los 12 municipios que dependen del embalse de Darnius-Boadella (Girona), con cerca del 23% de su capacidad (13,9 hectómetros), aún se encuentran en el escenario de Emergencia II y tendrán que esperar a que las lluvias de este fin de semana recarguen el pantano hasta los 18 hectómetros cúbicos, la llave que abre la puerta a la flexibilización de las medidas antisequía. “Hace muchos días que no ha vuelto a entrar prácticamente nada de agua. La semana que viene veremos la evolución y si podemos hacer lo mismo que en el sistema Ter-Llobregat”, dijo Mascort en una visita a Colera (Girona). El otro “agujero negro” de la comunidad se encuentra en Tarragona, en los embalses de Riudecanyes, Siurana y Margalef, donde no ha llovido y no han aumentado su capacidad.

La sequía que atraviesa desde hace más de tres años Cataluña, la más dura y longeva desde que hay registros, se ha suavizado en 2024 gracias a los episodios de lluvia que ha habido desde marzo. Según los datos del Observatorio Fabra, que recoge los valores pluviométricos para el Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC), en lo que llevamos de año se han superado los 300 litros por metro cuadrado. Se trata de unos indicadores que están por encima de las mediciones de 2022 y 2023, cuando se registraron 307,7 y 309,5 litros por metro cuadrado, respectivamente. Si continúa esta tendencia lluviosa, se superarán los niveles de 2021, cuando se activaron por primera vez las medidas antisequía y cayeron 327 litros por metro cuadrado.

El nivel de Alerta del PES establece que no se podrán superar los 250 litros por habitante y día. El riego de jardines se acota a las horas de menor insolación, entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana. Las piscinas, tanto públicas como privadas, podrán rellenarse siempre que dispongan de un sistema de recirculación de agua. También las de nueva construcción y las que estén inscritas en el Registro de Instalaciones Juveniles de la Generalitat. Las albercas que utilicen agua de mar están exentas de estas limitaciones. En cuanto al uso ganadero, agrícola e industrial, el consumo queda restringido un 10%, un 25% y un 5%, respectivamente.

Los 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y Girona abandonaron a comienzos de mayo el escenario de Emergencia por sequía a cinco días de las elecciones autonómicas y tras anunciar la construcción de una desalinizadora flotante en el Puerto de Barcelona y de 12 desaladoras portátiles en la Costa Brava. “Es la solución más eficaz y económica para hacer frente a los futuros episodios de sequía en Cataluña”, señaló en abril Mascort, a quien recriminaron que la salida del escenario más grave del PES se utilizó en clave electoralista.

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