Un festival artístico en el cielo de Carabanchel
Creadores, galeristas, coleccionistas y profesionales del sector celebran la nueva temporada con una feria y visitas a talleres
En Carabanchel no se dice “rentrée”. En Carabanchel se dice “obertura”. Como si de un director de orquesta se tratara, Daniel Silvo sacó su batuta y preparó a los músicos que hoy empiezan a tocar en el festival que abre la temporada artística de ese punto de ebullición creativa en el que se está convirtiendo ese distrito del sur de Madrid. Hasta el domingo, la orquesta va a estar sonando sin parar. “Para que haya una excusa para venir y quedarse a pasar el día”, dice este artista, galerista, comisario y gestor cultural, que añade: “Desde las once de la mañana hasta más allá de la puesta...
En Carabanchel no se dice “rentrée”. En Carabanchel se dice “obertura”. Como si de un director de orquesta se tratara, Daniel Silvo sacó su batuta y preparó a los músicos que hoy empiezan a tocar en el festival que abre la temporada artística de ese punto de ebullición creativa en el que se está convirtiendo ese distrito del sur de Madrid. Hasta el domingo, la orquesta va a estar sonando sin parar. “Para que haya una excusa para venir y quedarse a pasar el día”, dice este artista, galerista, comisario y gestor cultural, que añade: “Desde las once de la mañana hasta más allá de la puesta de Sol”. Lo que el cuerpo aguante y las restricciones pandémicas permitan.
Pero que nadie se lleve a equívoco: en Obertura Carabanchel sonará la música; pero, sobre todo, lo que habrá es arte, artes plásticas, creación contemporánea y la participación de muchos de los agentes que conforman este mundo. El festival tendrá varios escenarios, el campamento base es el apartotel Cielo Madrid (a cinco minutos caminando desde la estación de metro de Oporto). Desde allí partirán los grupos para visitar los estudios de artistas que desde hace unos años se han instalado en el barrio.
Si hay un origen en el engranaje artístico ese es el creador. De ellos surge todo. Por eso, las visitas a sus lugares de trabajo es uno de los puntos fuertes y más atractivos de esta apertura de temporada carabanchelera. Allí se podrá departir con ellos, contarán sus proyectos, sus trabajos y también mostrarán su obra. Algunos de estos espacios, además, dedican una zona para exposiciones. En Corner Gallery & Studio, por ejemplo, además de visitar la obra y el taller de Sandra Val y Carlos Cartaxo, se puede disfrutar de Vértigo, una muestra comisariada por Óscar Manrique con obra de Weixin Chong, Alfredo Monge y Rigoberto Camacho.
Cartaxo y Val llevan tiempo en el distrito, les gusta por sus espacios y tranquilidad. No niegan que uno de los motivos de que el circuito artístico esté llegando a esta zona periférica de la capital sea por los precios: “Es más barata que cualquiera de dentro de la M-30. Pero también hay otras baratas y el movimiento está aquí”. Unos atraen a otros y eso les alimenta. Nada nuevo, los gremios ya se agrupaban desde la Edad Media.
Corner es uno de los puntos de atracción de la zona, tienen un goteo constante de visitas e interesados y cada vez que montan un evento, sus fieles no fallan. Reconocen que el comienzo del curso, con Apertura Madrid y ahora con Obertura Carabanchel, es uno de los momentos fuertes de la temporada (siendo el que más febrero con Arco). Cartaxo y Silvo llevan tiempo colaborando, participando en proyectos comunes y retroalimentándose, que es en lo que consiste Obertura. Da igual si fue antes el huevo o la gallina, lo que importa es que los dos atraigan al público.
En el caso de Apertura Madrid y Obertura Carabanchel sí está claro que fue primero. De hecho, Obertura acaba de nacer, con afán de ser la primera edición de muchas, para darle más juego a esas galerías que cuando aparecen en los mapas de la ciudad quedan fuera del cogollo central. Hay un menú fuerte de comienzo de temporada en los espacios más tradicionales de las inmediaciones de la calle del Doctor Fourquet o en los barrios de Malasaña y Salamanca. Hay muchas ganas de degustar un plato principal como puede ser Espacio / Tiempo / Presencia de Esther Ferrer, en 1Mira Madrid, pero eso no quita la curiosidad por saber que están degustando los comensales de la mesa del rincón.
Pintura en el garaje
Y en esta periferia, entre visitas de estudios y la algarabía de los niños en el recreo —que de un taller a otro se pasa por algún patio de colegio lleno de pequeños que vuelven a corretear por allí, el curso ha empezado para todos— la sede de Obertura no cesa la actividad: Garaje Abierto es una microferia, así prefiere llamarla Silvo, en la que nueve galerías, presentan los trabajos de algunos de sus artistas.
Sí, una feria en septiembre y en Carabanchel para replantearse el funcionamiento y crear nuevos modelos. El gestor explica que el hecho de que el número de galerías sea tan reducido ya da una pista. La pandemia ha obligado a todo a reducirse. El garaje del apartotel es pequeño lo que conlleva un mínimo número de expositores y con obra de pequeñas dimensiones. Todo ello, además, reduce los costes. Las galerías son la principal financiación de Obertura, pero el precio del espacio en este festival no es el precio de Arco, por ejemplo; por tanto, para rentabilizar un estand no hace falta vender obras a precios astronómicos. Ese es otro de los puntos de atracción: arte contemporáneo asequible, así se puede comenzar a coleccionar. Pedro Gallego de Lerma, director de La Gran, que tiene su galería en el barrio y participa en la feria, tiene como objetivo esta temporada conseguir la máxima visibilidad, “trabajar, trabajar y trabajar y apuntarme a todo”.
Otro de los efectos de la pandemia es que todo lo virtual se ha acelerado, es decir, que las ferias han comenzado a darle más espacio a lo que ocurre en Internet y, aunque está claro, que la presencialidad muchas veces es insustituible, no siempre es obligatoria y hay proyectos que pueden existir de manera virtual y materializarse en momentos puntuales como por ejemplo los de Espacio Líquido, que se presenta en Garaje Abierto junto con La Gran.
Videoarte en la terraza
Y de la pintura del sótano —la mayoría de las piezas son pictóricas y figurativas— al vídeo de la terraza, donde, a partir de las ocho de la tarde se podrá disfrutar de bebidas, música y videoarte con propuestas tanto de los expositores como seleccionadas por quien ha coordinado todo esto, que insiste en que no hace la función de comisario, ya que no hay un hilo conductor en su elección. Así, en ese momento en el que el Cielo Arde, cuando torna a rosas y naranjas antes de oscurecerse, ese es el nombre de las actividades del final del día, los participantes y visitantes pueden disfrutar de un ambiente distendido.
La asistencia es gratuita, basta con inscribirse en la web de Obertura Carabanchel o dejar el correo electrónico al llegar, siempre que se cumplan los aforos. Sobre el momento de intercambio nocturno se alegra especialmente Amparela Benlliure, gestora cultural y exdirectora de Abierto Valencia, que además se aloja en el Cielo Madrid, como otros 19 coleccionistas y profesionales invitados al festival. “Es una buenísima idea, así no nos dispersamos como en otras ferias y hacemos networking”. Carabanchel: lugar de creación y negocio, que las musas no pagan el alquiler.
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