Ayuso usa la festividad de la Constitución para reivindicar a Juan Carlos I y atacar a Sánchez

La presidenta de Madrid pide “generosidad” con el rey emérito, al que la fiscalía investiga por supuestas irregularidades

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, preside los actos conmemorativos del 43º aniversario de la Constitución Española. Vídeo: EDUARDO PARRA (EUROPA PRESS) | EPV

Solo un día después de que la fiscal general del Estado concediera otros seis meses de prórroga a los fiscales que investigan las supuestas irregularidades financieras cometidas por Juan Carlos I, Isabel Díaz Ayuso ha aprovechado este viernes la ceremonia por la festividad de la Constitución que organiza la Comunidad de Madrid para reivindicar la figura del rey emérito. En contraste con Pedro Sánchez, e...

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Solo un día después de que la fiscal general del Estado concediera otros seis meses de prórroga a los fiscales que investigan las supuestas irregularidades financieras cometidas por Juan Carlos I, Isabel Díaz Ayuso ha aprovechado este viernes la ceremonia por la festividad de la Constitución que organiza la Comunidad de Madrid para reivindicar la figura del rey emérito. En contraste con Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, que reclama explicaciones al antiguo Jefe del Estado, la líder conservadora ha hecho una encendida defensa de su figura. Una vía más para confrontar con el secretario general del PSOE, que este viernes se ha convertido en la diana de los durísimos ataques de la presidenta regional ―”la libertad está en juego”, ha dicho Ayuso― y de los principales políticos populares presentes.

“Me he dejado a dos héroes, a los dos principales, a quienes les debemos el impulso primero y constante, valiente, imaginativo y decidido, que nos trajo la Constitución: el rey don Juan Carlos y la reina doña Sofía”, arranca Díaz Ayuso, vestida al completo de verde, todo un guiño monárquico porque ese color es el acrónimo de la frase “viva el Rey de España”. “Desde aquí, mi agradecimiento a los Reyes y el deseo de que se tenga con don Juan Carlos al menos un poco de la generosidad que él siempre nos demostró”, sigue. “Viva el rey, y viva España”, cierra.

Entonces estallan los aplausos, que rebotan contra las paredes recubiertas por los tapices rojos que se cuelgan en la Real Casa de Correos en las grandes ocasiones. Suena Estrella Morente, que desde el escenario lanza el torrente de su voz hacia el público, emocionante su canto, impactante la guitarra que la acompaña. Y nada de eso, sin embargo, logra tapar el ruido estruendoso de las críticas en las que se vuelcan desde primera hora los principales representantes del PP, que ven en el acto de celebración de la Constitución una oportunidad para atacar al presidente del Gobierno.

“El partido sanchista debería volver al bloque constitucionalista”, lanza el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que al llegar provoca un estruendoso grito de su compañera de gobierno, la vicealcaldesa Begoña Villacís (Cs), porque las cámaras que persiguen al regidor casi la atropellan. “El partido sanchista está haciendo un enorme daño a España”, afirma.

“La Constitución se tiene que defender y reivindicar los 365 días del año, y eso no lo hace el presidente del Gobierno”, amplía Pablo Montesinos, vicesecretario nacional de comunicación del PP.

Mercedes González, durante su discursoEduardo Parra (Europa Press)

Díaz Ayuso corona la estrategia con mano de hierro en guante blanco. La presidenta de la Comunidad de Madrid pega sin mirar, atiza sin gritar y ataca a Sánchez sin mencionarlo ni una sola vez. Su discurso institucional es de lo más subjetivo, y describe una España rodeada de peligros, el fin de un ciclo, crisis sistémica, que vienen los hunos.

“La libertad está en juego”

“La libertad está en juego”, advierte Díaz Ayuso en su segunda frase de la mañana, cinco palabras como cinco cuchillos para alertar sobre un grupo “que no tiene buenas intenciones” en su propuesta de reformar la Constitución del 78 para “dinamitar el orden constitucional por la puerta de atrás” con “su labor de carcoma de las instituciones”. Y entonces comienzan sus críticas a Sánchez, nunca mencionado y siempre presente en el discurso de la presidenta de Madrid.

La primera: “Los socios del gobierno de la nación no asistirán el lunes a la celebración oficial del Día de la Constitución en el Congreso de los Diputados”.

La segunda: “Es incomprensible que el pueblo español tenga que soportar tanta ignominia”.

La tercera: “Lo es también [una ignominia] que no se sancionen los ataques a la libertad de expresión de los periodistas en el Parlamento como ha sucedido esta semana”.

La cuarta: “Una de las peores trampas ha sido la Ley de la Memoria, llamada ‘histórica’ primero, y ‘democrática’ después. Ahora, además, amenazan con una enmienda que pretende revisar la Ley de Amnistía de 1977. No se engañe nadie: el verdadero objetivo de estas leyes nunca fue Franco sino la Transición”.

Y la lista sigue. Todas esas críticas veladas a Sánchez las escuchan tres expresidentes regionales: Joaquín Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón, y Esperanza Aguirre. Acuden también a la cita la presidenta de la Asamblea, María Eugenia Carballedo, junto a las principales autoridades de la región. Y todos ven cómo se pasa de reivindicar la Constitución de Almudena Grandes a reivindicar la Constitución de Juan Carlos I.

Lo primero lo hace Mercedes González, la delegada del gobierno, que recuerda que el cambio de los tiempos se puede medir porque el acto lo presidan dos mujeres, y luego se lanza a recordar a una tercera, fallecida la pasada semana y olvidada institucionalmente por las autoridades madrileñas.

Termino recordando a Almudena Grandes, una madrileña insigne, digna de todos los reconocimientos, tomando prestada la belleza de sus palabras en su obra Las tres bodas de Manolita para definir el verdadero espíritu constitucional”, dice la socialista González. Y lee: “Con el tiempo comprendí que la alegría era un arma superior al odio, las sonrisas más útiles, más feroces que los gestos de rabia y desaliento”.

Lo segundo lo hace Díaz Ayuso, que mienta a Juan Carlos I, y a Felipe VI, antes de que el acto acabe al son del himno de España, que repiquetea mientras los políticos comentan en los corrillos todas las críticas que ha recibido Sánchez.

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