Pintura mística de la Movida madrileña en las obras de El Hortelano
Los dibujos figurativos de José Alfonso Morera sumergen al espectador en un recorrido visual por los sótanos culturales de la capital en los años ochenta
Cuadros figurativos, pinturas místicas, ilustraciones de revistas y portadas de discos conforman una muestra de más de 150 obras de uno de los pintores más reconocidos de la Movida madrileña en la exposición El Hortelano. De lo humano, lo natural y lo místico en Alcalá de Henares. Los dibujos de José Alfonso Morera (1954-2016), conocido como El Hortelano, sumergen al espectador en un recorrido visual por los sótanos culturales de la urbe en los años ochenta.
“Yo me considero un pintor artesanal a contracorriente”, se lee en una cita escrita en la pared de la galería, donde se exponen elementos procedentes del taller que el artista tenía en la capital, como su mono amarillo salpicado por la pintura junto a sus botas y su taburete. Su creación La Osa Mayor, formada por cuadros de grandes dimensiones de tonalidades azules, recuerda las constelaciones de su propio universo.
El artista plástico formó parte del mundo artístico del inicio de la Transición, junto al grupo contractual de la época con artistas como Ceesepe, los Costus, Ouka Leele y Javier Mariscal. Su trayectoria destaca por recrear la realidad de su tiempo a través de un lenguaje pictórico poético y enigmático. “Tenía una forma de ver el mundo bastante extraña con una gran carga de crítica social”, cuenta Carmen Alcaide, comisaria de la exposición y directora del Aula de Bellas Artes de la Universidad de Alcalá.
La muestra recorre sus obras desde el inicio de su carrera hasta su muerte en 2016. El pintor falleció hace seis años en Madrid después de que le diagnosticaran un cáncer de pulmón. Su trabajo autodidacta se extendió a revistas transgresoras como Star y Ajoblanco, cuyas ilustraciones de humor gráfico se disponen en las vitrinas del recorrido. Entre los escaparates se observa también su libro Manifiesto Emocional, que recoge su obra gráfica acompañada de textos propios.
Las variaciones fantásticas de personajes extravagantes en formas corporales de televisiones, relojes, bombillas y teléfonos son una de sus marcas personales. En la parte inicial del itinerario se disponen sus primeros óleos, grabados y lienzos creados con tintas y dibujos en pastel. Entre ellos, resalta una lámina de su libro Europa Réquiem (1979), donde hay personajes que avanzan en un mundo distópico en escenarios cotidianos como el metro. Junto a sus ilustraciones de libros y poemas, se distribuyen vídeos, diseños de catálogos, telas, carteles y portadas de discos de grupos de la Movida madrileña como Radio Futura y Gabinete Caligari.
“Sus obras están muy inspiradas en los sitios en los que estuvo, desde Nueva York, Roma, África y Ámsterdam”, cuenta Alcaide. El artista realizó el servicio militar en la ciudad complutense a finales de los años setenta. Cuando lo terminó, decidió quedarse a vivir en Madrid, donde conoció al pintor Ceesepe en su puesto de tebeos en el Rastro. Con el paso de los años, se convirtió en un hito de su generación, reconocido con diversos galardones, como la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes en 2009.
Su vocación de artista partía del mundo del cómic. El valenciano publicó su primera ilustración en una revista de fútbol, Récord, de su ciudad natal a los 16 años, aunque una de sus primeras exposiciones fue en Barcelona, celebrada en 1980 bajo el nombre de Moda. El pintor empezó acercándose al arte figurativo distorsionado hasta experimentar con el lirismo a finales de los años noventa. Sus obras más recientes se alejan de la cotidianidad de la urbe para centrarse en influencias naturalistas.
El recorrido sigue por un tríptico de seis metros con paisajes que representan las hojas de árboles en movimiento, así como lienzos de colores ocres con elementos cotidianos como una taza de café y figuras surrealistas. También, hay una serie de cuadros más menudos que presentan insectos de colores vivos. “Algunas de estas láminas las hizo en el desierto del Kalahari en África”, explica la comisaria. Su última serie, Humano, vislumbra las huellas de amigos y conocidos como el fotógrafo Alberto García-Alix, junto a diversos autorretratos con títulos poéticos, como Autorretrato croando.
Tras el análisis de la obra de El Hortelano, la comisaria llega a la conclusión de que el hilo conductor de su producción completa fue su interés por el ser humano, el mundo natural y el universo cósmico. La exposición, organizada por el Ayuntamiento y la Universidad de Alcalá, ocupa las cuatro salas del Antiguo Hospital de Santa María la Rica, un edificio histórico de la ciudad complutense.
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