Vox protege ahora a Almeida en el caso de espionaje a Ayuso: “La investigación no tiene sentido”

Hubo un tiempo en que José Luis Martínez-Almeida se levantaba de su asiento del pleno muy indignado. Llegaba al estrado, molesto, y agarraba el micrófono con fiereza para atacar a Vox, el partido que le dio la llave del Ayuntamiento de Madrid:

—¡Ya está bien! ¡Llevan meses atacando a mi persona!

El alcalde de la capital de España sobrevivió los últimos meses de 2021 con un ejercicio de malabarismo inusual en política. Pactó los pr...

Hubo un tiempo en que José Luis Martínez-Almeida se levantaba de su asiento del pleno muy indignado. Llegaba al estrado, molesto, y agarraba el micrófono con fiereza para atacar a Vox, el partido que le dio la llave del Ayuntamiento de Madrid:

—¡Ya está bien! ¡Llevan meses atacando a mi persona!

El alcalde de la capital de España sobrevivió los últimos meses de 2021 con un ejercicio de malabarismo inusual en política. Pactó los presupuestos municipales de este año con tres ediles de la izquierda, a regañadientes. No tenía otro remedio, asediado por las presiones de su socio Ciudadanos, cómodo con su papel de bisagra e impasible a los vientos de mociones de censura. Almeida y su equipo no entendían cómo los emisarios de Santiago Abascal en la Asamblea regional se llevaban a las mil maravillas con la presidenta Isabel Díaz Ayuso y, en cambio, a él le criticaban cada dos por tres en los plenos, en las entrevistas con medios afines y, sobre todo, en las redes sociales, donde publicaban memes con su rostro y el de Manuela Carmena.

“Este es el Madrid de Carmeida”, le decían los ediles de Vox. “Nosotros le dimos la alcaldía para desterrar las políticas de izquierda, pero han vuelto las políticas comunistas”, insistían. Hubo un día, incluso, que fueron con todo: “Señor Almeida, que le vaya bonito porque con nosotros no cuente”. Solo faltaban los mariachis en el pleno para continuar con la hermosa letra del mexicano José Alfredo Jiménez. “Que te den lo que no pude darte, aunque yo te haya dado de todo, nunca más volveré a molestarte. Te adoré, te perdí, ya ni modo…”. Vox y PP. PP y Vox. Dos amantes madrileños que acabaron separándose a finales de 2021, tras un desayuno en el despacho de la Alcaldía entre el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, y el propio Almeida. “No sentimos la traición con Ayuso, nos fiamos de ella y por eso hemos firmado un acuerdo”, explicó Smith. “No me fío ya de este equipo de gobierno [en referencia al alcalde y su equipo] y no podemos apoyar a quien está engañando a los madrileños. Es una política rastrera”.

Hasta ahora. El escándalo del intento de espionaje a la presidenta Ayuso desde el Ayuntamiento de Madrid ha dado un giro sin precedentes a la relación entre Vox y PP. Tanto, que la extrema derecha ha decidido no hacer sangre. Ni a Ayuso en la Asamblea, como era costumbre, ni tampoco a Almeida, por primera vez en lo que va de mandato. Este martes, en el pleno del palacio de Cibeles, que cada vez se monopoliza más con los problemas internos del PP que de los asuntos que preocupan en los barrios madrileños, el edil Pedro Fernández, de Vox, lanzó:

―La comisión de investigación no tiene ningún sentido.

El alcalde de Madrid atraviesa en este mes el episodio más duro de su mandato ―que concluye el año próximo― y en las horas más bajas con Ciudadanos, su socio de Gobierno, a quien ocultó este episodio de intento de espionaje a la presidenta Ayuso desde dos empresas públicas del Ayuntamiento de Madrid. Los trabajadores municipales implicados fueron colocados a dedo por la dirección nacional del PP. Se afanaron en buscar la prueba definitiva de que el hermano de la presidenta de la región, Tomás Díaz Ayuso, habría cobrado una mordida de 283.000 euros por un contrato de mascarillas con la Comunidad. La crisis en el Ayuntamiento fue de tal calibre, que precipitó la dimisión inmediata de Ángel Carromero, amigo personal de Almeida y director general de la coordinación de la Alcaldía. Almeida le defendió a capa y espada y solo tras desayunarse las informaciones que apuntaban a que se pudo tratar de investigar a más familiares de Ayuso, entregó su cabeza. Almeida niega que fuera por estos motivos. Y todavía no ha respondido a la pregunta clave: ¿Por qué dimitió Carromero si, como asegura el alcalde, no tiene nada que ver con todo este escándalo?

Fernández, el edil de Vox, no ha querido indagar más en el pleno de este martes. “Usted es como el Will Smith a la española”, le ha dicho a un edil de la izquierda. “Abofetea a cualquiera que se ponga por el camino”. Más tarde, ha añadido: “Están enturbiando la imagen de Madrid. No sé cómo rellenar mi intervención. Podría contar un cuento, pero esto es absurdo. Le pido a la izquierda que, por lo menos, actúe con decencia”. Al volver a su asiento, miró fijamente al alcalde, que subrayaba en sus folios parte de su discurso.

PSOE, Más Madrid y el Grupo Mixto han continuado pidiendo explicaciones por el caso del espionaje. Almeida, con un tono bronco, se revolvía contra la oposición y atacaba a todos, como cuando arremetía contra Vox a finales de diciembre. El regidor madrileño señaló a Rita Maestre, portavoz de Más Madrid: “En el último pleno le dije que consultara un libro gordo que se llama diccionario, hoy le doy otro [consejo]: honre los 93.000 eurazos que todos los madrileños le pagan, que por ahí fuera no lo tienen tan fácil. ¡Tómese más en serio su trabajo y trabaje un poco más!”. Almeida, según el portal de Transparencia, es el alcalde que más gana de España: 108.517,80 euros al año. Al concluir, miró al edil de Vox, y como al inicio de la legislatura, afianzaron, quizá, un futuro juntos: “Estoy de acuerdo en todo lo que ha dicho usted, menos una cosa. La izquierda no es decente”.

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