Pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Madrid para apoyar la Constitución: “Tenía que estar también Otegui”
El alcalde de Madrid convoca un pleno este viernes con un único punto del día que incluye “mostrar el absoluto rechazo al pacto del PSOE con Junts Per Catalunya”.
Había muchas dudas, se entiende. El alcalde de Madrid ha convocado este viernes un Pleno extraordinario a las nueve de la mañana con un único punto del día: mostrar el “total apoyo de la ciudad de Madrid a la Constitución y a los principios esenciales de nuestra democracia” y, también, para visibilizar “el absoluto rechazo del Ayuntamiento de Madrid al acuerdo del PSOE con Junts Per Catalunya”. En Madrid ha...
Había muchas dudas, se entiende. El alcalde de Madrid ha convocado este viernes un Pleno extraordinario a las nueve de la mañana con un único punto del día: mostrar el “total apoyo de la ciudad de Madrid a la Constitución y a los principios esenciales de nuestra democracia” y, también, para visibilizar “el absoluto rechazo del Ayuntamiento de Madrid al acuerdo del PSOE con Junts Per Catalunya”. En Madrid hay muchísima libertad, pero, según el PP, estaba en duda el apoyo de la capital de España a la Constitución. La Constitución en Madrid va por dentro.
Tampoco ha venido ningún diputado de Junts como invitado a este pleno tan extraordinario, que ha durado poco más de una hora y que, como estaba previsto, PP y Vox han votado que sí, que sí muestran su apoyo a la Constitución y que sí critican los pactos con los independentistas. PSOE y Más Madrid han dicho que no, pero quizá por las dudas, han solicitado también otro Pleno extraordinario –se prevé que sea a finales de este mes– para que el Ayuntamiento de Madrid se pronuncie también sobre los “actos violentos” en la sede del PSOE de Ferraz y, cómo no, que la capital de España muestre “el absoluto respeto” de los resultados de las elecciones generales del 23 de julio y “las decisiones del Parlamento español, la democracia y la Constitución”. Vox no ha convocado ninguno porque tiene cinco concejales y se necesitan 19.
No es nada fácil ser la Constitución en estos momentos. Tampoco es sencillo hablar de Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. Almeida, muy cómodo en los plenos que evitan hablar sobre la gestión de la ciudad, ha iniciado su discurso criticando la entrada de los concejales de Más Madrid y PSOE al Pleno. Los 23 ediles han caminado juntos, han sonreído juntos y casi se han sentado a la vez. “Han hecho una performance”, ha dicho el alcalde, sin mencionar que la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, de rojo, llevaba una chapa blanca con el eslogan de “Perra Sanxe”. Sin embargo, Almeida sí ha echado en falta a alguien en esta puesta escena:
—Tenía que estar también Arnaldo Otegui.
Inmediatamente, ha explicado la importancia de este pleno tan extraordinario. “Porque ayer vivimos uno de los momentos más amargos de nuestra democracia”, ha dicho. “Sánchez es presidente, pero lo hará con la deshonra de haber sido apoyado por los enemigos de la España constitucional, los herederos de ETA y los del Golpe de Estado de 2017, que no solo no se han arrepentido, sino que reivindican lo que hicieron y dicen que lo volverán a hacer”. La vicealcaldesa de Madrid señaló este jueves que al Golpe de 2017 hay que sumar también otro, el de la ley de amnistía. ”Es el hecho más grave de la democracia española en 45 años”. Algunos concejales del PP al hablar de tantos golpes han optado por mirar el móvil. No así los de Vox, muy atentos.
En una mañana de hipérboles —un clásico de los plenos madrileños, donde siempre se habla de España y muy poco de Madrid— Almeida ha dicho que Sánchez es “la mayor amenaza” para la democracia. “No tiene un horizonte, tiene un precipicio. Certificó la quiebra de la igualdad del artículo 14 de la Constitución. Ya no somos todos los españoles iguales, porque si unos se llaman Otegui, Junqueras, Maroto –se entiende que en referencia a Reyes Maroto, la edil del PSOE y no a Javier Maroto, el portavoz del PP en el Senado— puede romper la ley”. Almeida también ha animado a los madrileños a acudir este sábado a la manifestación contra la amnistía, que se celebrará en los alrededores de la fuente de Cibeles.
Tras Almeida, ha sido el turno de Javier Ortega Smith, portavoz de Vox y diputado también en el Congreso, que ha ido con todo desde el principio. “Buenos días. Miles de españoles en este momento nos estamos preguntando: ¿Por qué tenemos que pagar impuestos?, ¿por qué no podemos aparcar por dónde nos dé la gana?, ¿por qué no puedo destrozar un monumento? Porque no lo permite la ley. El PSOE ha hecho carta blanca para que cada uno haga lo que le dé la gana”. Y ha calificado a Sánchez como “la mayor aberración contra la verdad y la objetividad”. Y que en 1934 el PSOE también dio otro Golpe de Estado más. Al concluir, ha mirado al horizonte, y ha dicho:
—Viva la libertad y viva España.
Un concejal de Vox se ha puesto de pie inmediatamente y ha dicho: “Muy bien, muy bien”. Fue entonces cuando la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, ha tomado la palabra. “Pues muy buenos días”. Con el ambiente tenso entre ambas bancadas, Maroto ha mostrado el decreto por el que se ha nombrado este viernes a Sánchez como presidente del Gobierno:
—Esto representa a 12,6 millones.
La también exministra de Sánchez ha recordado a Almeida que llegó a la alcaldía tras perder unas elecciones. El edil de Vivienda, del PP, muy molesto ha señalado a la bancada socialista y ha dicho:
–Y [Manuela] Carmena también.
Maroto ha dicho que el PSOE ha defendido la democracia en España durante más de 40 años. Los ediles de Vox han interpretado esta frase como un chiste y se han echado hacia atrás de la butaca. A ellos se ha dirigido la edil: “Hablemos de los pactos. El PP ha elegido a la ultraderecha. ¿Los pactos de PP y Vox cumplen con la democracia?”.
Los de Vox han contestado inmediatamente:
—Sí, sí, sí.
Una, incluso, ha soltado con lectura de labios —es urgente contratar ya en la política española a intérpretes de labios—:
–No te jode.
Es entonces cuando Maroto ha sacado una portada de ABC del año 1996, con el acuerdo de Aznar y el entonces presidente catalán, Jordi Pujol, conocido como Pacto del Majestic, que dio la investidura al PP. “¿Qué opina de esta foto?”, inquirió Maroto a Almeida. La concejal de Vox que acababa de decir “no te jode” dijo ahora apuntando con el dedo:
–Muy bien, muy bien.
“En esta portada”, continuó la edil socialista, “Aznar calificó el pacto de hito histórico y se recogía que la Guardia Civil salía de Cataluña”. Aquí la edil de Vox se sumó a otro a su causa y ambos soltaron:
—Sí, sí. Muy bien.
Maroto, con un discurso muy elaborado, quizá el mejor hasta la fecha, criticó también las palabras de Ayuso el pasado miércoles, cuando tachó de “hijo de puta” al presidente Sánchez y luego dijo que había dicho “Me gusta la fruta”. Maroto pidió a Almeida condenar estas palabras: “¿Le gusta la fruta?”. Almeida no dudó. “Me gusta la fruta”.
Tras Maroto fue el turno de Rita Maestre, la portavoz de Más Madrid, que criticó a Almeida la utilización del Pleno para apoyar la manifestación de este sábado en Cibeles. “¿Por qué estamos aquí?”, se preguntó. “Esta sensación de que el mundo se va a terminar tiene un objetivo: que las personas de izquierdas tengamos que pedir perdón por existir. Mi primer mensaje es para los madrileños y para los españoles. Somos la España que ha parado a los que gritan maricones como insultos. Somos la España que ha parado a los que insultan a las mujeres de izquierda. Somos tan españoles como ustedes. Si fuera por el PP, hoy estarían en los ministerios quienes quieren tener a los niños cantando el Cara al sol”. Una concejal de Vox respondió:
—Por favor.
Ortega Smith simplemente se rio hacia atrás.
Al concluir, Almeida finalizó el Pleno recomendando a la edil Maroto tomar “sales de frutas” porque, a su juicio, estaba nerviosa. Y preguntó entonces por el acuerdo de Bildu. “¿El siguiente paso es amnistiar etarras?, ¿entregar Navarra? Finalizo, señora Maroto. Hay una frutería en el rastrillo y voy a comprar un poco de fruta”. Almeida se refería al rastrillo navideño que hay estos días en el interior del palacio de Cibeles, a cinco metros de donde se ha celebrado el pleno y donde no se venden, sin embargo, ejemplares de la Constitución.
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