Una brújula orientada al emprendimiento

La oferta de programas relacionados con la innovación en negocios online es rica y los que más destacan son aquellos en los que se combina profesores con formación académica y profesionales con práctica en la creación de empresas.

Echar adelante un negocio en la era digital nunca ha sido sencillo. Elon Musk ha dicho en repetidas ocasiones: “Emprender es como comer cristal y mirar al abismo”. La intuición y el esfuerzo son pilares fundamentales, pero no siempre son suficientes. Muchas veces se requiere del empujón y consejo de un Pepito Grillo (o de un grupo de ellos) que desde una tarima explique cómo funciona el mundo de la innovación y que a su vez empape a los emprendedores con ese elixir, no para triunfar en el mercado, sino para resistir y, en caso de equivocarse, volver a empezar. En esto han coincidido los expertos consultados para este reportaje. En el mercado, dice Carlos Grau, ex-CEO del Mobile World Capital, hay una gran cantidad de programas de escuelas de negocios que se sumergen en el mundo emprendedor. No es de extrañar. “La digitalización está jugando un papel muy importante, casi un 40% de las transacciones económicas se mueven a través de canales digitales”, arguye.

“El programa ideal para el emprendimiento digital no existe”, agrega Nacho Mateo, vicepresidente de South Summit. “Al final, hay muchísimas variables cuando una persona decide lanzarse”, agrega. Pero la formación, cualquiera que esta sea, afirma Mateo, tiene que contener algunos aspectos básicos. “Una visión global en temas clave, como el desarrollo de modelos de negocio, estrategias de mercado, gestión financiera, un conocimiento mínimo de cómo funciona el mundo del venture capital y nociones legales básicas para la hora de montar tu start-up”, afirma. Para Enrique Dans, profesor de Innovación y Tecnología en IE Business School, uno de los aspectos importantes a considerar es el cuerpo docente.

“Debe haber un mix adecuado entre personas que tienen sensibilidad del mercado, es decir, profesores a los que se denomina practitioners [con amplia experiencia y gran dominio sobre ciertas habilidades relacionadas con su puesto de trabajo o sector], que están en la industria y que han montado empresas, y otra serie de profesores que son los académicos, que se encargan de proporcionar estructura, que investigan”, destaca Dans. Además de ello, subraya Josemaria Siota, executive director del Entrepreneurship and Innovation Center (EIC) del IESE, la formación para emprender de forma digital tiene que incorporar un ecosistema y mecanismos que apoyen al alumno, incluso después de haber pasado por las aulas. “La comunidad es importante, porque con ella se comparte la experiencia, los triunfos y los éxitos, además de que se crea una red empresarial que se soporta y que, en ocasiones, se complementa a sí misma”, añade el experto.

“No podemos olvidar que estamos hablando de crear e impulsar negocios, por lo tanto, la parte de ventas y diseño del producto son esenciales”, subraya Joan Riera, colaborador académico del departamento de Dirección General y Estrategia de Esade y colaborador de Esade Entrepreneurship Institute. “La principal causa de fracaso tiene que ver con estos dos elementos: no saber vender o haber creado algo que nadie quiere o necesita”, dice Riera, que además de impartir formación, invierte en diversas compañías. Por otra parte, este experto recomienda que al momento de elegir un programa de formación se tome en consideración los temas relacionados con el desarrollo de recursos humanos. “Lo más importante que tiene una empresa es su gente. Los inversores invertimos en equipos y personas”, recalca.

Rodrigo Miranda, director general en el ISDI Digital Business, comenta que la respuesta a la ecuación de emprender es hacer un programa de negocio digital y tecnología en una escuela que tenga también un acelerador, un apoyo al emprendimiento y con acceso también a financiación. Miranda, impulsor de más de 40 start-ups, recomienda todas aquellas formaciones que tienen que ver con data analytics, inteligencia artificial, marketing digital, y que cuenten con la metodología de proyectos agile (ágil, y que consiste en proyectos que se centran en la adaptabilidad, la colaboración y la entrega iterativa). Pascual Parada, director académico y de Innovación en IEBS Digital School, considera que en ningún caso la formación de emprendimiento asegura el éxito de una idea. “La formación es útil porque reduce, en muchos casos, los errores que pueden cometer los emprendedores, pero no lo es todo”, asevera.

Los emprendedores digitales, resalta el experto del IEBS Digital School, tienen que aprender a experimentar de una forma rápida para llegar al mercado en el momento justo, validar su producto y darle una vuelta en caso de que el público no lo acepte. “Hay que aprender de ese camino: entender bien cuál es el problema, para luego entender bien cuál es la solución”, detalla. Este experto también hace énfasis en el coste de la formación o el tamaño del centro académico, y asegura que estos factores no son un indicativo de que un negocio logre buenos resultados. “Las escuelas pequeñas también juegan un papel importante, porque democratizan el conocimiento”, abunda Riera, de Esade.

Acceso exigente

El proceso de selección y acceso es fundamental, explica Dans, del IE Business School. “Debe ser un sitio donde no cualquiera pueda tocar la puerta, pagar la matrícula e inscribirse”, afirma este experto. La enseñanza a este nivel, argumenta, está basada en aprender de los compañeros. “El enfoque está en enseñanza participativa, en el cual se aprende de la experiencia de los otros”. ¿Y qué tan importante son los rankings al momento de elegir? Las listas son indicadores relacionados con la calidad de investigación y material científico que ahí se produce, señala Grau, ex-CEO del Mobile World Capital. “Miden el éxito”, recalca Mateo, de South Summit. “Pero lo más significativo es la calidad del claustro. Eso hace la diferencia entre un programa y otro”.