Recetas para tus buenos propósitos en cada momento del día
No podemos hacer que te levantes de la cama para ir al gimnasio ni tampoco pagarte unas clases de inglés, pero sí podemos ayudarte a cumplir tus propósitos de 2018 comiendo bien del desayuno a la cena.
Todos lo hacemos: cuando comienza un año mentalmente nos preparamos para hacer un punto y aparte en nuestros hábitos. El gimnasio, los idiomas y la adicción al tabaco son algunas de nuestras preocupaciones recurrentes. Nosotros no podemos ayudarte a tener fuerza de voluntad, pero sí que te proponemos un menú que te ayudará a conseguir aquello que te propongas en 2018 o, como mínimo, a que si este año también vuelves a ser carne de sofá a mediados de febrero, hayas incorporado al menos unos cuantos platos a tu repertorio.
Desayuno: ¡voy a ir al gimnasio!
Si te has propuesto hacer deporte antes del trabajo cada mañana, puede que te encuentres con uno de los grandes dilemas de la humanidad deportista: ¿qué como antes de salir a la calle para no morirme de hambre pero tampoco morder al primer viandante incauto que me cruce? La fórmula es sencilla: un poquitín de carbohidratos (sin pasarse, eh, que tampoco hay que confundir una clase de aquagym con la Marathon des sables), un poquitín -muy poquitín- de grasa, y algo de proteína. Una granola como la que te sugerimos, junto a un yogur y quizás un plátano es más que suficiente para ponerse en marcha.
Granola mañanera
Dificultad
La de quitarse la pereza de encima.
Ingredientes
- 210 gramos de copos de avena
- Una cucharada de mantequilla de cacahuete
- 100 gramos de mezcla de frutos secos para la ensalada
- 100 gramos de compota de manzana (un tarrito)
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 60 ml de jarabe de arce
Preparación
- Calentar el horno a 150 grados. Forrar una bandeja con papel. Separar las pasas y los arándanos de la mezcla de frutos secos, y reservarlos.
- Mezclar los ingredientes húmedos (vainilla, jarabe, mantequilla de cacahuete y compota) en una jarrita o un vaso, y agregarlos al resto de ingredientes secos (menos las pasas) en un bol grande.
- Extender bien plana la mezcla sobre el papel de horno y hornear durante diez minutos.
- Sacarla del horno, removerla, y hornearla diez minutos más. Volverla a remover y meterla en el horno. A partir de este punto hay que sacarla cada cinco minutos para ir controlando que no se queme (suele estar en diez minutos más, pero cada horno es un mundo).
- Dejar que se enfríe y añadir las pasas. Hay que guardarla en tarro hermético.
Comida: ¡quiero intentar ahorrar!
Ahorrar no siempre depende de uno mismo, y la economía es a veces manifiestamente hostil a ello. No tenemos recetas mágicas contra la crisis ni la precariedad (¡ojalá!) pero si estás cansado de gastarte tu bien sudado dinero en menús del día un poco meh, es el momento de comenzar a tomarse en serio lo de la fiambrera de mediodía. Como no queremos que tengas que intercambiar dinero por tiempo (porque el tiempo es oro), nuestra receta de buenos propósitos está pensada para que la hagas en la olla lenta. Por un lado, te puedes relajar mientras te dedicas a otras cosas más productivas. Por el otro, le sacas el jugo -perdón por el juego de palabras- a trozos de carne más baratos, que se benefician de la larga cocción. Y encima vas a ser la envidia del microondas del despacho. ¿Qué más quieres?
Estofado básico lento
Dificultad
Tirado. Me lo quitan de las manos.
Ingredientes
- 1 kg de carne de ternera para estofar
- 30 gramos de harina
- 350 ml de caldo de carne
- 3 patatas medianas, cortadas a dados
- 3 zanahorias cortadas a rodajas
- 1 cebolla, cortada a dados
- 1 hoja de laurel
- 2 dientes de ajo picados
- 1 cucharadita de salsa Perrins
- Sal
- Pimienta
Preparación
- Salpimentar la carne y enharinarla.
- Meter el resto de ingredientes en la olla lenta y cocinar en bajo entre 10 y 12 horas, o al mínimo en una olla normal durante dos horas y media, controlando la última media hora por si hubiera que destapar para evaporar parte del jugo.
Cena: ¡sí, sí, me voy a poner con los idiomas!
Una de las formas más fáciles y bonitas de motivarse para aprender idiomas es a través de la gastronomía. Aunque el vocabulario que podemos aprender en la cocina es a priori limitado, es, posiblemente, el más básico que necesites para sobrevivir si te vas de viaje (y generalmente las recetas están contadas de un modo simple, porque al fin y al cabo se trata de instrucciones). Un buen truco está en comprarte un libro de cocina sencillo que también esté editado en español y comparar las dos versiones. Puedes encontrar algunos recursos en el blog Cocina en inglés (aunque no está actualizado recientemente) o apuntarte en uno de los cursos de inglés y cocina que proponen Funtalk o Cooking languages o de italiano en Ama l’italiano. Además, los institutos oficiales de idiomas (como l’Alliance Française el Goethe Institut, por ejemplo) y algunos centros cívicos también suelen proponer actividades de este tipo.
Pasta a la griega moderna
Dificultad
Te la damos en versión no original.
Inspirada lejanamente en la spanakopita, es sana, se hace un plis plas (es de esas extrañas recetas en las que pasta y salsa pueden prepararse simultáneamente). Y aún te deja tiempo libre para repasar los verbos irregulares.
Ingredientes
4 personas
- 250 gramos de macarrones
- 1 paquete de feta
- Zumo de un limón
- Cuatro cucharadas de aceite de oliva
- Un ramito de eneldo fresco o una cucharada del seco
- Dos bolsas de espinacas
- Pimienta
- Cuatro cebolletas (de las pequeñas, tipo las que lleva el ramen, no de las enormes)
Preparación
- Poner a hervir agua en una olla grande (sin sal, que el queso feta ya nos dará el punto salado) y cuando alcance la ebullición, añadirle la pasta. Mientras, en un bol, desmenuzar el queso feta junto al aceite, el eneldo picado y la pimienta.
- Añadir poco a poco el zumo de limón hasta alcanzar el punto de acidez que se desee. Picar la cebolleta.
- Cuando quede un minuto para que esté hecha la pasta, echar las espinacas al agua de cocción. Una vez pase el minuto y la espinacas queden mustias, colarlo todo (reservando un cucharón del agua de cocción si se prefiere una salsa más líquida).
- Servir la pasta y las espinacas en platos y mezclarla con la salsa. Espolvorear con la cebolleta picada.
Picoteo: ¡te juro que este año dejo de fumar!
Nuestra receta propone el refuerzo positivo para uno de los hábitos más difíciles de quitarse de encima, y que además suelen conllevar cuando lo dejamos un perverso efecto secundario en forma de aumento de peso, motivado en parte por la ansiedad, y en parte porque nuestro metabolismo nos monta una pataleta cual criatura en el supermercado y se niega a ir al ritmo al que nos tenía acostumbrados. No hay que dejarse vencer por todo ello, así que por eso te sugerimos esta receta de estrellas de chocolate y naranja. Concédete una cada noche, porque si has pasado el día sin encender un cigarro te la has ganado a pulso.
Estrellas de chocolate y naranja
Dificultad
La de no encender ni un piti.
Ingredientes
- La piel de una naranja, rallada, más una cucharada de zumo
- Dos cucharadas de cacao en polvo desgrasado
- 300 gramos de dátiles frescos
- 20 gr + dos cucharadas de coco rallado
- 10 gr de semillas de chía
- 30 gr de avellanas o nueces
Preparación
- Triturar todos los ingredientes menos dos cucharadas de coco rallado en la batidora.
- Extender la mezcla sobre una bandeja de horno cubierta de papel parafinado, y dejar enfriar en la nevera un par de horas como mínimo.
- Poner otro papel de horno encima y aplastar la masa con un rodillo hasta que quede con medio centímetro de grosor. Cortar con un cortapastas, y volver a amasar el sobrante.
- Espolvorear con el coco rallado sobrante y aplastar.
- Guardar en un táper en el congelador, poniendo papel de horno entre una capa y otra de estrellas. Sacar del congelador media hora antes de comerlas.
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
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