La mujer que le ha quitado el título de marquesa de Bellavista a Alicia Koplowitz

La centenaria hispano-cubana María Elena de Cárdenas consigue arrebatar el título nobiliario que la empresaria española ostentaba desde 1984

MADRID, SPAIN - FEBRUARY 17: Alicia Koplowitz attends 'Premios Nacionales De Investigacion' awards 2019 at the El Pardo Palace on February 17, 2020 in Madrid, Spain. (Photo by Paolo Blocco/WireImage)Paolo Blocco (WireImage)

María Elena de Cárdenas González es una desconocida para los españoles pero no para algunos aristócratas patrios. El Boletín Oficial del Estado publicó el 19 de enero que la noble de ascendencia hispano-cubana, que tiene 102 años, es la nueva marquesa de Bellavista, un título que ostentaba hasta el momento y desde 1984 la empresaria Alicia Koplowitz.

El conflicto entre ambas se remonta a años atrás y la publicación en el BOE es solo la ejecución de una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de fecha 20 de...

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María Elena de Cárdenas González es una desconocida para los españoles pero no para algunos aristócratas patrios. El Boletín Oficial del Estado publicó el 19 de enero que la noble de ascendencia hispano-cubana, que tiene 102 años, es la nueva marquesa de Bellavista, un título que ostentaba hasta el momento y desde 1984 la empresaria Alicia Koplowitz.

El conflicto entre ambas se remonta a años atrás y la publicación en el BOE es solo la ejecución de una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de fecha 20 de septiembre de 2018, que dio la razón a la noble centenaria en su reclamación. Ahora se hace oficial la revocación del título que poseía Alicia Koplowitz y la expedición del título de marquesa de Bellavista a favor de María Elena de Cárdenas González, después de que abone el impuesto correspondiente.

El marquesado de Bellavista fue otorgado por Amadeo I a Gabriel de Cárdenas y Cárdenas. El tribunal le dio la razón a Cárdenas al mantener que su padre, Luis de Cárdenas y Cárdenas, era quien tenía mejor derecho al título cuando fue rehabilitado en 1919 y posteriormente en 1962 cuando el tío de Koplowitz, José Arturo Romero de Juseu Armenteros, lo ganó en sentencia contra Carlos de Barberías y Lombillo.

La centenaria hispanocubana es ya ducha en este tipo de batallas. Desde 2018 es también marquesa de Almendares, un título que estaba anteriormente en manos de Miguel Mariano Freyre Gómez, nieto del expresidente de Cuba Miguel Mariano Gómez. Y también ganó un litigio similar contra Alicia Alcocer Koplowitz, que vio cómo el BOE también revocaba oficialmente, el 14 de febrero de 2020, el título de marquesa de Campo Florido del que era titular desde 2003.

María Elena nació en La Habana en 1919 y actualmente tiene fijada su residencia en Florida, EE UU. Dicen las crónicas de famosos personajes cubanos que es una mujer sencilla y optimista, que se recrea con los peces del estanque de su casa de Coral Gables y con el jardín andaluz que su hijo, Luis de la Vega, mandó hacer en el patio de la casa por su 80º cumpleaños. En una de las entradas de esta casa hay un escudo de la República de Cuba, y entre sus paredes se han gestado los pleitos que le han llevado a recuperar los títulos nobiliarios que considera suyos: “Lo he hecho para dejarles a mis nietos y bisnietos un legado histórico, no solo de nuestra familia, sino también de Cuba y de España”, explicó a la prensa local en 2017.

La familia, que ha estado representada por el equipo de abogados López Becerra de Solé, ha llevado a cabo un exhaustivo trabajo de investigación para avalar sus reclamaciones y en el caso del marquesado revocado a Alicia Koplowitz defendió que María Elena de Cárdenas González era la legítima heredera del título a causa de la relación con su antepasado Gabriel de Cárdenas y de Cárdenas, que lo heredó de Amadeo I en 1871, y que ahora ella era la heredera de preferente derecho frente a Koplowitz.

La aristócrata cubana María Elena de Cárdenas en su casa Coral Gables, Miami, en una imagen tomada en marzo de 2017.RODRIGO MIRAGAYA (EFE)

María Elena de Cárdenas González, Manana como le gusta que le llamen, se instaló en Florida junto a su familia en 1961 escapando de la revolución de Fidel Castro. Se trata de una acomodada dama de la sociedad hispanocubana, de pelo cano y aspecto señorial a pesar de su avanzada edad, que ha dejado el grueso de esta batalla judicial en mano de su único hijo, Luis de Vega, que tiene 73 años y es fruto de su matrimonio con el exbanquero y promotor inmobiliario, ya fallecido, Vicente de la Vega Elozúa. Se trata de una de las sagas más importantes de Cuba y descienden de españoles; el primero que llegó a La Habana fue Bartolomé de Cárdenas Vélez de Guevara, que había nacido en Baeza (Jaén) y viajó hasta allí como auditor de galeras, y se casó con una bisnieta de Vasco Porcallo de Figueroa, un cacereño que se convirtió en uno de los conquistadores más temidos de la isla.

Según un reportaje publicado por la revista Vanity Fair en 2019, la vivienda de la familia está adornada con obras de artistas cubanos y retratos de los antepasados más relevantes de la estirpe. Manana recordaba en este encuentro a algunos de sus ascendientes de raíces españolas y de cómo su madre nunca perdió su acento sevillano ni su afición por las seguiriyas y las castañuelas. Como ella, también toca el piano y ha sido agraciada con una vida longeva que le ha permitido ver cómo sus reclamaciones han triunfado en los tribunales. Su hijo, que habla nueve idiomas y es presidente de Protranslating, una de las empresas de traducción más importantes de Estados Unidos, será el heredero de estos títulos recuperados cuando su madre fallezca, y es él quien ha guiado las reclamaciones. Hace dos años De la Vega declaró: “No tenemos nada ni contra Alicia Koplowitz ni contra su sobrina —Alicia Alcocer Koplowitz—, no tenemos trato con ellas, aunque sabemos quienes son por los periódicos y respetamos que les gusta la privacidad. Pero mi madre tiene derecho a solicitar el título y acreditar que tiene preeminencia en llevarlo”.

Desde 2018 la ya nueva marquesa de Bellavista es también española porque solicitó la nacionalidad por descender de madre sevillana, pero uno puede llegar a preguntarse por qué decidió reclamar los títulos nobiliarios cuando ya tenía casi 95 años. Fue también su hijo quién dio una explicación: “Un día mi madre me dijo que tenía una deuda con mi abuelo, él le había pedido que luchara para traer de vuelta esos marquesados a la familia. Me dijo que no quería morirse sin cumplirla”. Su hijo hizo suyo el deseo materno y viajó a Cuba para empezar a recopilar papeles hasta que encontró un testamento de principios del siglo XIX que le dio la primera gran pista para proseguir su propósito.

El resto es historia, tanto como madre e hijo encontraron sobre el papel de sus antepasados. En la actualidad, los títulos nobiliarios no sirven en la práctica para mucho, pero el valor de hacer valer la historia familiar sí puede ser un gran acicate para algunos, como lo ha sido para María Elena de Cárdenas González, Manana, y su hijo.


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