Los militares amotinados en Filipinas aceptan rendirse y volver a sus cuarteles
La presidenta del Gobierno anuncia el final de una crisis de 19 horas, durante la que no se ha disparado ni un solo tiro
Los militares rebeldes que se atrincheraron anoche en un edificio del centro financiero de Manila tras un intento fallido de golpe de Estado en Filipinas han aceptado rendirse después de varias horas de negociación con el Gobierno, que le permitirá regresar a sus cuarteles sin represalias inmediatas. Los cerca de 300 soldados amotinados han aceptado la solución propuesta por el Ejecutivo de Gloria Macapagal Arroyo tras pasar 19 horas atrincherados en el edificio y sin haber disparado ni un solo tiro, según un miembro del equipo negociador.
Las conversaciones entre los rebeldes y el Gobierno se han alargado durante toda la mañana. A las 10.30, un grupo de 20 militares decidió rendirse y abandonar el edificio sin condiciones. Pero la gran mayoría de los amotinados decidió continuar en el edificio, al considerar una victoria que el Ejecutivo hubiera consentido sentarse a negociar una salida. Ahora Arroyo ha dado por finalizada la crisis, y ha anunciado que los militares rebeldes volverán a sus cuarteles para luego ser investigados y castigados conforme a la ley.
Trampas explosivas
Los rebeldes tomaron el edificio a última hora de la noche de ayer, y se hicieron fuertes dentro tras colocar tramas explosivas en las entradas y amenazar con hacerlas estallar. De madrugada, Arroyo amenazó con desalojarlos por la fuerza si no se rendían antes de las once de la mañana, pero llegada esa hora prefirió seguir negociando antes de forzar una salida violenta. La embajadora de Australia en Filipinas, Ruth Pearce, y otros extranjeros que quedaron atrapados en el edificio tras el asalto habían abandonado el lugar sanos y salvos horas antes.
Arroyo declaró el estado de rebelión en todo el país. Esta figura jurídica, que no supone el estado de excepción, prevé que el presidente, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, puede suspender durante 60 días el privilegio del habeas corpus, lo que significa que se pueden practicar detenciones sin orden judicial. Además, el edificio fue rodeado por tanques del Ejército, al tiempo que Estados Unidos y otros países occidentales (entre ellos, España) anunciaba su apoyo al Gobierno de Arroyo.
Una cadena de televisión difundió durante la noche un mensaje grabado en vídeo de los rebeldes en el que exigían la salida del Gobierno de Arroyo y su equipo, a los que acusan de vender armas al grupo separatista musulmán Frente Moro Islámico de Liberación. Además, según los amotinados el Ejecutivo planeaba declarar la ley marcial en agosto utilizando como pretexto una serie de atentados cometidos en la capital para así continuar en el poder una vez que expire su mandato a fines de 2004.
Aznar apoya a Arroyo
El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha remitido hoy un telegrama a la presidenta de Filipinas, Gloria Arroyo, para expresarle su apoyo ante el golpe de Estado que ha sufrido el país asiático, así como su "más enérgica condena" ante la sublevación militar, según han informado fuente de La Moncloa.
"Deseo hacerle llegar la más enérgica condena de los hechos que han pretendido acabar con el orden constitucional de la República de Filipinas. Puede estar segura de que España apoya con plena determinación la democracia y el gobierno legítimo de Filipinas", señaló Aznar, en el telegrama dirigido a Arroyo.
De igual modo, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha trasladado a su homólogo filipino, Blas Ople, el apoyo del Ejecutivo español, y el embajador español en el país asiático, Ignacio Sagaz Temprano, designado en Manila desde enero de este mismo año, está manteniendo contactos con las autoridades filipinas, según las mismas fuentes.
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