Barroso logra el apoyo inicial de la Eurocámara tras retirar del Ejecutivo electo a dos comisarios
El presidente designado de la Comisión cuenta ya con el beneplácito de los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 países miembros
El presidente designado de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, ha obtenido hoy el beneplácito de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea para la nueva lista de comisarios que ha tenido que elaborar después de que su equipo inicial fuera tumbado por la Eurocámara. Después de que el máximo escollo, el italiano Rocco Buttiglione, tirará la toalla, Barroso ha nombrado para la cartera de Justicia, Seguridad y Libertades a Franco Frattini, actual ministro de Asuntos Exteriores de Italia.
El presidente del Parlamento europeo, el socialista español Josep Borrell, ha anunciado por su parte que la nueva Comisión será sometida a examen el próximo 17 de noviembre, es decir, en su próxima sesión plenaria. "El Parlamento está dispuesto a habilitar una vía rápida, que empieza mañana mismo y si es necesario el sábado por la mañana, para que a partir del martes las comisiones parlamentarias estén en disposición de interrogar a los nuevos comisarios".
Fue precisamente en este proceso donde comenzaron los problemas para Barroso en su primer intento de formar Gobierno. Cuatro de sus comisarios electos no pasaron el examen de las comisiones parlamentarias correspondientes, o al menos no de forma holgada: Neelie Kroes (Competencia), Laszlo Kovacs (Energía), Ingrida Udre (Fiscalidad) y el citado Buttiglione. El italiano se rindió tras un pulso que puso en solfa a las instituciones europeas, y Barroso le ha sustituido por Frattini. Para el húngaro Laszlo Kovacs ha encontrado una solución menos comprometida: le ha cambiado a la cartera de Fiscalidad, colocando en su lugar en Energía al letón Daris Piebalgs. La compatriota de este último, Ingrida Udre, se queda fuera también.
El líder del Grupo Socialista Europeo, Martin Shulz, ya ha adelantado que estos cambios son "suficientes" para lograr su apoyo, que unido al Grupo Popular Europeo basta para dar luz verde a una Comisión que debería estar en funciones desde el pasado día 1 de noviembre. Así, la holandesa Nellie Kroes sobrevive en la cartera de Competencia, pese a que los socialistas llegaron a denunciar que podía producirse un conflicto de intereses por haber mantenido hasta ahora relación laboral con 52 empresas.
El 'problema Buttiglione'
Pese a que entre los 24 comisarios elegidos en principio por Barroso para su equipo había bastantes que suscitaron recelos entre los parlamentarios, el germen de la discordia lo personificó el italiano Rocco Buttiglione. Sus declaraciones homófobas y sexistas, cuando no directamente racistas e impresentables, empezaron por irritar a gran parte de la Cámara para terminar desesperándola a medida que iba añadiendo perlas a su colección, exacerbando el rechazo hacia su persona, máxime cuando la cartera que debía asumir tiene competencias en la lucha por la igualdad de hombres y mujeres, y de homosexuales y heterosexuales, y los temas de inmigración.
Buttiglione considera que la homosexualidad es un pecado y debe ser considerada una "señal de desorden moral". "Hay muchas cosas que pueden ser consideradas inmorales que no tienen que estar prohibidas. [...] Puedo pensar que la homosexualidad es un pecado y que ello no afecte a la política, salvo que yo afirmara que la homosexualidad es un crimen", ha asegurado. Respecto al matrimonio y a las mujeres, el italiano ha dicho: "La palabra matrimonio viene del latín y significa protección de la madre, y por tanto la familia existe para permitir a la madre tener hijos y tener la protección de un varón que cuide de ellos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.