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Los ultranacionalistas desafían el poder de Poroshenko en el oeste

Un tiroteo desata la tensión entre Kiev y un grupo de combatientes voluntarios

Pilar Bonet
El presidente ucranio, Petró Poroshenko, el viernes en Kiev.
El presidente ucranio, Petró Poroshenko, el viernes en Kiev.Sergei Chuzavkov (AP)

El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, se enfrenta a un peligroso desafío a su autoridad y también a la autoridad del Estado. El reto viene del Sector de Derechas (SD), la organización nacionalista radical forjada en la revolución del Maidán (noviembre de 2013 a febrero de 2014). El escenario esta vez no es el frente de Donbás, en el este del país, donde el SD lucha contra los separatistas, sino el oeste plácido y turístico, la región de la Transcarpatia, fronteriza con Hungría y Eslovaquia.

Allí, en el pueblo de Lavka, una docena de hombres armados del SD se han negado a entregarse tras enzarzarse el sábado en Mukáchevo en un aparatoso tiroteo con la policía y la escolta de Mijail Lanio, un diputado de la Rada Suprema (Parlamento estatal) oriundo de esa ciudad. Los miembros del SD llegaron en jeeps en traje de camuflaje y con abundante armamento, incluidos fusiles ametralladores, según los vídeos del suceso. Conversaron con sus interlocutores locales (el diputado Lanio y su escolta) en unas instalaciones deportivas y después se produjo el tiroteo. El resultado fueron una quincena de heridos —de todas las partes implicadas— y varios muertos (dos o tres, según las fuentes).

Operación antiterrorista

Hay dos versiones sobre el origen de la refriega: la primera es que los forasteros y sus interlocutores locales no llegaron a un acuerdo sobre el control del contrabando, un lucrativo negocio en esta región fronteriza. La segunda, mantenida por el SD, es que sus hombres querían acabar con el contrabando, sobre todo de cigarrillos, reinante en Transcarpatia y en el que supuestamente están implicadas las autoridades y la policía.

Contrabando de tabaco

La fiscalía ha citado a declarar a los diputados Mijail Lanio y Vítor Baloga, un oligarca local que fue gobernador de la provincia. Medios ucranios consideran que Baloga y Lanio rivalizan por el control de los negocios de la región y aventuran que Baloga pudo usar a los combatientes del SD.

Hace varios años se descubrió en la Transcarpatia un túnel de 700 metros de largo, que unía Uzhgorod con Eslovaquia. Según explica un abogado de aquella región, por el túnel circulaban vagonetas hacia la UE con millones de cigarrillos de producción ucrania.

Fuera como fuera, el resultado es que Kiev ha lanzado una operación antiterrorista en la Transcarpatia con impresionante despliegue de medios (fuerzas de intervención especial, equipo pesado y helicópteros). El líder del Sector de Derechas, Dimitri Yarosh, se desplazó el domingo a Mukáchevo para tratar de lograr una solución pacífica, pero hasta este lunes por la tarde no lo había conseguido y los combatientes del SD permanecían atrincherados cerca de Mukáchevo. En diferentes zonas de Ucrania otros miembros del SD y de los batallones de voluntarios que han combatido en el Este esperan el desenlace.

El asunto es peliagudo, porque no se trata esta vez de divergencias entre los grupos que coexistían en el Maidán de Kiev, cuando aún no proliferaban las armas, sino de un desafío protagonizado por hombres curtidos, que no confían en las autoridades.

En teoría, los combatientes del SD dependen del Ministerio de Defensa de Ucrania. En la práctica, las unidades del SD y otros grupos de combatientes voluntarios actúan muchas veces por su cuenta y mantienen la tradición local de la rebelión y el motín. “El pueblo no confía en el Estado y el Estado no merece que confíen en él, pero el pueblo carece de la idea política para cambiar la situación y reacciona recurriendo a las armas que circulan con abundancia, sin entender que cuando golpea las instituciones destroza también el Estado”, afirma en Kiev el historiador Vladímir Dolin.

En respuesta a lo sucedido en Mukáchevo, Kiev ha relevado a la cúpula directiva del servicio de aduanas en la Transcarpatia y ha mandado sustituirla por funcionarios de otras regiones.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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