El cerco judicial y el político asfixian al abandonado candidato Fillon
El partido conservador convoca con urgencia a su cúpula para decidir si apoya o no al aspirante mientras la policía registra otra de sus casas
François Fillon, el candidato de Los Republicanos, celebró el sábado su más amargo cumpleaños. En el día que cumplía 63 años, entraron en máxima ebullición los dos principales frentes que hacen tambalear la candidatura: el judicial y el político. Los jueces que investigan los irregulares sueldos oficiales de la esposa del candidato han registrado su mansión en su feudo electoral de Sarthe. A su vez, el partido ha convocado el lunes a la cúpula para determinar si busca un plan B.
“Esta campaña es un extraño combate”, dijo el sábado Fillon en el que podría ser su último mitin, celebrado en Aubervilliers, en el norte de París. Extraña y con una imparable guerra interna por la investigación judicial contra Fillon y los inusitados ataques de este contra los magistrados.
Son ya más de 200 los colaboradores y cargos públicos del partido que han decidido públicamente abandonar al candidato por su deriva contra la justicia y contra la prensa. Entre ellos, todos los próximos a Alain Juppé, el aspirante derrotado por Fillon en la recta final de las primarias y al que ahora apoyan para sustituirle.
“Se os quiere intimidar. Me atacan a mí pero, a través de mí, buscan abatiros. No renunciéis, no abdiquéis", gritaba en la tarde a cerca de 2.000 seguidores que aún le son fieles.
Este domingo, el candidato quiete contar cuántos leales le quedan tras escudarse en que será "el veredicto de las urnas" el que determinará su futuro, y no una investigación judicial que considera “ilegal” y lanzada ad hoc para perjudicarle.
Por eso, ha convocado para primera hora de la tarde una manifestación en Trocadero, en las proximidades de la torre Eiffel. Se esperan seguidores de toda Francia. No estará casi ningún alto cargo del partido, pero sí muchos seguidores de Sens Comun, el brazo político de la Manif pour Tous, el movimiento contra el matrimonio homosexual.
Líderes nacionales y regionales del partido se niegan a ir a una manifestación convocada por el candidato
Mientras Fillon aún intentaba ayer arengar a sus escuálidas tropas, uno tras otro los principales dirigentes nacionales y territoriales del partido difundían al mismo tiempo en Twitter que no estarán en un acto convocado para atacar a la justicia. “En la República no se silba a la justicia”, decía, por ejemplo, Xavier Bertrand, presidente de la región de Calais.
La propia alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo, le pidió que, “por dignidad”, desconvoque este inusitado evento convertido en un último gesto de fuerza de Fillon frente a quienes le zarandean la silla en su propio partido.
Mientras, la cúpula del partido, el Consejo Político en el que están los siete participantes en las primarias de otoño, ha sido convocada para el lunes —24 horas de lo previsto— por el secretario general, Bernard Accoyer, y el presidente del Senado, Gérard Larcher. Los dos se han reunido con el expresidente Nicolas Sarkozy. Si este se alía con su antiguo rival Juppé, la suerte de Fillon estará echada.
El registro a la mansión de los Fillon, que se hizo el viernes, se suma al realizado el día anterior en su casa de París.
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