_
_
_
_
GUERA EN SIRIA

El ISIS pierde dos tercios de califato en Siria en cuatro meses de derrotas

La batalla del valle del Éufrates representa el acoso final al Estado Islámico en la frontera con Irak

Juan Carlos Sanz
Un soldado ruso vigila desde un helicóptero la ciudad siria de Palmira.
Un soldado ruso vigila desde un helicóptero la ciudad siria de Palmira. AP

El Estado Islámico agoniza tras encadenar cuatro meses de derrotas consecutivas. En Siria, donde controlaba un 39% de la superficie del país el pasado mayo, ha visto reducido ahora su ámbito de poder a solo un 12,3%, arrinconado en un último reducto oriental y en zonas desérticas. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ONG con informadores sobre el terreno que mantiene un relato independiente del conflicto, destaca que el Ejército del régimen de Damasco ha sido el gran beneficiado del repliegue de los yihadistas, al multiplicar por 2,5 su dominio territorial hasta alcanzar este mes el 48%.

Tras la perdida de Mosul, donde se proclamó el califato en 2014, el ISIS apenas conserva una presencia residual en Irak. La batalla final en Siria se está librando en el valle del Éufrates, entre Raqa, su capital asediada desde junio, y la provincia de Deir Ezzor, rica en yacimientos de petróleo.

El Ejército sirio ha concentrando tropas de élite y blindados en torno a Deir Ezzor, en la frontera oriental con Irak, para expulsar con el apoyo de la aviación rusa y de combatientes aliados chiíes al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) de su último gran reducto en el país árabe. El Observatorio confirmó ayer el avance gubernamental sobre el distrito de Al Jafra, una maniobra que ha cortado las líneas de suministro del ISIS y estrechado el cerco sobre la ciudad. A los yihadistas, que aún controlan un tercio de la capital provincial, solo les queda el Éufrates como vía de escape. Los militares leales al régimen han pasado en una semana de asediados a sitiadores, en una clara señal de la volatilidad de las líneas de resistencia del califato.

La operación del Ejército coincide con la ofensiva lanzada en la misma provincia por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza dirigida por las milicias kurdas de Siria y sostenida por la coalición antiyihadista encabezada por Estados Unidos. Ambos frentes se han aproximado hasta acercarse a escasos kilómetros, lo que ha incrementado el riesgo de fuego amigo entre teóricos enemigos que combaten simultáneamente al ISIS. EE UU alertó el sábado de que la aviación rusa había bombardeado en la zona a combatientes del FDS, entre los que causó varios heridos. El Ministerio de Defensa ruso negó haber atacado a los rebeldes kurdos y aseguró que había comunicado al mando estadounidense su actividad aérea contra los yihadistas.

“Sin especular sobre un cambio de estrategia del ISIS, está claro que planteó una lucha mucho más dura en Mosul, dado que se trataba de su autoproclamada capital en Irak”, puntualiza en un intercambio de mensajes el coronel estadounidense Ryan Dillon, portavoz de la coalición internacional. “De hecho, en Raqa estamos asistiendo a la misma resistencia suicida desesperada”. Más de 50.000 combatientes del FDS rodean el antiguo centro de mando de la campaña terrorista global.

“No se ha fijado un plazo para la liberación completa de Raqa, pero se puede asegurar que la erradicación del ISIS está asegurada. Nuestros aliados de las FDS ganan terreno cada día. Controlan la histórica Gran Mezquita y dominan ya más del 60% de la ciudad”, asegura el coronel Dillon. “Pero queda pendiente una intensa batalla en una densa zona urbana, donde se lucha casa por casa”. El portavoz de la coalición achaca la cautela de su avance “a las bombas trampa y las minas colocadas para impedir la salida de los civiles”.

Tras la caída de Mosul el 10 de julio, después de nueve meses de asedio, el Estado Islámico ha encadenado un rosario de derrotas. Conserva en Irak algunos enclaves fronterizos y la región de Hawija, al este de Kirkuk. En Siria resiste en el minúsculo reducto de Yarmuk, en la triple frontera entre Siria, Jordania y los Altos del Golán (ocupados por Israel), y en un bastión en pleno desierto central. Los yihadistas tuvieron que retirarse de Qalamun, en el límite con Líbano, atrapados entre el fuego cruzado del Ejército de Beirut y el de las tropas de Damasco y sus aliados chiíes de Hezbolá. Escaparon en un convoy de autobuses que fue bloqueado durante una semana por la aviación de la coalición internacional.

Desbordados en Irak

También huyeron en desbandada de Tal Afar, su último feudo en la frontera siria de Irak, que se rindió tras poco más de una semana de combates. “La principal razón de la decisiva victoria de Tal Afar fue el incremento de la capacidad de combate de las fuerzas de seguridad iraquíes. Desbordaron en número y potencia de fuego al ISIS atacando en cinco frentes simultáneamente con todas sus unidades: Ejército, cuerpos policiales, unidades antiterroristas, milicias tribales y peshmergas [milicias kurdas]”, detalla el coronel Dillon en nombre de la coalición internacional.

La pinza contra el ISIS se está completando en los últimos días con el avance de las tropas gubernamentales sirias, que han roto los cercos que mantenían unos 2.500 yihadistas sobre bases militares terrestres y aéreas en Deir Ezzor, dividida desde hace tres años, y se disponen a recuperar la ciudad.

La reconquista de los yacimientos de petróleo de Teym —situados aguas abajo del principal río de Siria, también en la provincia de Deir Ezzor— ha privado al ISIS de una de sus principales fuentes de ingresos, al tiempo que ha quedado cortada la carretera que conduce a Mayadin, población próxima a la frontera iraquí donde se sospecha que se ha refugiado el líder del califato, Abubaker al Bagdadi, y el Estado Islámico trata de reagruparse.

Aron Lund, exinvestigador del programa para Oriente Próximo de Carnegie, define en IRIN, una publicación de la ONU, el valor estratégico de Deir Ezzor. “Cerca de 100.000 civiles cercados han dependido para sobrevivir en gran medida de la ayuda que les ha arrojado Naciones Unidas desde el aire desde hace dos años”, analiza. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU llevó a cabo 300 misiones para enviar con paracaídas 6.000 toneladas de ayuda a los enclaves asediados. Los convoyes terrestres con auxilio internacional han regresado ya a la capital provincial del este de Siria.

Gracias a las treguas negociadas con la mediación de Rusia en otras zonas del país, el régimen del presidente Bachar el Asad ha conseguido enviar tropas de refresco desde el oeste de Siria para expandir su control territorial. El portavoz de la coalición internacional, el coronel Ryan Dillon, ha advertido de que “el Daesh no tendrá nunca su último refugio en el valle del Éufrates”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_