El Parlamento portugués se dispone a acabar con los ‘diputados-fantasma’
Los grupos políticos se comprometen a evitar que los diputados tengan vías para fingir su presencia en la Cámara
“Algunos diputados, pocos, están cuestionando el prestigio de la democracia representativa”. El presidente del Parlamento portugués, el socialista Ferro Rodrigues, hizo esta declaración ante las sucesivas investigaciones periodísticas sobre las falsas presencias de los diputados, los viajes que cobran pero no hacen o las ayudas por residir lejos del Parlamento cuando viven a unos metros.
El caso del diputado Silvano, que estaba a la vez en el Parlamento y fuera de él, no ha sido el único. Si primero el semanario Expresso denunció su caso, el diario digital Observador extendió el escándalo a otros tres diputados que también tenían el don de la ubicuidad. Los cuatro parlamentarios afectados pertenecen al Partido Social Demócrata (centroderecha) y no acudían a la Cámara, pero accedían en sus ordenadores a sus cuentas, pese a que para ello se requiere emplear una contraseña personal y exclusiva dada por la presidencia del Parlamento. "Parece indispensable distinguir la simple conexiones del ordenador del registro de las presencias", ha apuntado Ferro a este respecto.
“Es incuestionable” que existen irregularidades, ha reconocido el presidente tras una reunión de urgencia, celebrada este miércoles, con los líderes de los diversos grupos parlamentarios. Todos los grupos se han mostrado de acuerdo en poner remedio, pero difieren en el método. La mayoría rechaza el control biométrico, el único medio infalible para evitar votos de gente ausente. La clave personal e intransferible ya se ha demostrado que no vale para nada. La solución de los grupos pasa por añadir un paso más a la identificación, la tarjeta personal, aunque esta también puede prestarse. En cualquier caso, las irregularidades anteriores quedan sin castigo. Para el portavoz del grupo del PSD, Fernando Negrão, lo fundamental es la "sensibilización" de los infractores.
“Es indispensable distinguir entre el simple encendido del ordenador —que cada diputado tiene en su escaño— y el registro de la presencia del diputado”, ha explicado Ferro Rodrigues, que se niega a ser el policía de los 230 diputados, pero que sí exige a cada miembro y a los líderes de cada grupo más "responsabilidad”.
Pero el caso de los diputados-fantasma no es el único caso en el que diputados portugueses se han visto envueltos en irregularidades. El informe anual del Tribunal de Cuentas (TC) afea a la Asamblea de la República la falta de fiscalización de los gastos y pagos. El pasado año, la Cámara pagó, sin comprobantes, tres millones de euros por diversos gastos a los diputados. Algunas investigaciones periodísticas han demostrado abusos varios. Además, el TC llama también la atención acerca de la falta de actualización de los datos de sus señorías, sobre todo en lo que respecta a sus residencias.
El ex secretario general del PSD, Feliciano Barreiras Duarte, decía vivir fuera de Lisboa para cobrar los gastos de deslocalización, aunque de hecho vivía a escasos metros de la cámara. Es el mismo caso de media docena de diputados, aunque todos se acogen al argumento legal de que el fin de semana se suelen ir al pueblo, según una investigación de RTP.
Más flagrante es el caso de los viajes que se cobran dos veces. Los diputados isleños (de Madeira y Azores) tienen derecho a 500 euros y siete de ellos, sin embargo, pasaban los gastos a la Cámara, que les reembolsaba las cantidades. En este caso, los parlamentarios pertenecían a PSD, PS (centroizquierda) y Bloco (izquierda). Entre ellos se encontraba el portavoz y presidente del PS, que consideró que el procedimiento "en el plano legal y en el plano ético" era "absolutamente correcto”.
No opinó lo mismo el diputado del Bloco de Esquerda Paulino Ascenção, que dimitió por lo mismo y devolvió el dinero a asociaciones sin ánimo de lucro. Algo similar prometió la diputada del PSD Sara Madruga.
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