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El primer ministro de Sudán sobrevive a un atentado

Miles de ciudadanos salen a la calle para expresar su apoyo a Abdallah Hamdok, que resultó ileso

José Naranjo
La policía sudanesa junto a los vehículos que formaban parte del convoy del primer ministro Abdallah Hamdok, atacado este lunes en Jartum.
La policía sudanesa junto a los vehículos que formaban parte del convoy del primer ministro Abdallah Hamdok, atacado este lunes en Jartum.Marwan Ali (AP)

El primer ministro de transición sudanés, Abdallah Hamdok, sobrevivió este lunes a un atentado con coche bomba en Jartum, la capital. Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana cuando se dirigía desde su residencia hasta la sede del Gobierno para presidir un consejo de ministros. A la altura del puente Kober y al paso del convoy presidencial un vehículo explotó y, acto seguido, hubo un intercambio de disparos. Solo hubo un herido leve. Horas más tarde, miles de ciudadanos salieron a las calles para mostrar su apoyo al primer ministro. La comunidad internacional ha condenado el atentado de forma unánime.

Las reacciones fueron inmediatas. “El objetivo de este ataque es la revolución sudanesa, pero lograremos que continúe adelante”, aseguró el ministro de Cultura, Faysal Mohamed Saleh, en nombre del Gobierno. El propio Hamdok escribió un mensaje en su cuenta de Twitter: “Quiero asegurar al pueblo sudanés que me encuentro bien y que lo ocurrido no impedirá el camino del cambio”. Al mediodía, el primer ministro se reunió con los líderes de las Fuerzas por la Libertad y el Cambio (FLC), el movimiento ciudadano que impulsó la caída del dictador Omar al Bashir el pasado año, y presidió un consejo de ministros extraordinario.

Abdallá Hamdok, economista que trabajó para Naciones Unidas, fue nombrado primer ministro de Sudán a instancias de los civiles del FLC como una fórmula de equilibrio para compensar el excesivo poder de los militares en el Consejo Soberano de transición, dirigido por el general Al Burhane. Durante su mandato ha puesto en marcha una profunda reforma de la estructura de poder del exdictador Al Bashir así como ha impulsado un proceso de diálogo con varios grupos rebeldes, conversaciones que se llevan a cabo en Juba (Sudán del Sur).

La transición sudanesa no gana para sustos. Este intento de magnicidio se produce menos de dos meses después de que el Ejército sofocara un intento de rebelión protagonizado por agentes próximos al régimen anterior de Al Bashir, que se encuentra encarcelado tras ser condenado por corrupción y a la espera de una decisión sobre su posible entrega a la Corte Penal Internacional para ser juzgado por crímenes de guerra, contra la Humanidad y genocidio.

El Alto Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, condenó el atentado con celeridad. “Los ideales de la revolución deben preservarse”, dijo a través de un comunicado. Por su parte, el primer ministro etíope y Premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed, expresó su respaldo a las autoridades sudanesas: “Este incidente no puede descarrilar el proceso puesto en marcha para asegurar la estabilidad en Sudán”. Estados Unidos, la ONU, la Unión Africana y todos los países del Golfo se han sumado a la condena.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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