Dimite el presidente de Kosovo tras ser imputado por crímenes de guerra
Hashim Thaçi se entregará al Tribunal Especial que le acusa de la muerte de un centenar de personas y de participar en torturas, persecuciones y desapariciones forzadas entre 1998 y 1999
El presidente de Kosovo, Hashim Thaçi, ha dimitido este jueves después de que el Tribunal Especial para Kosovo, con sede en la Haya, confirmara las acusaciones contra él por crímenes de guerra entre 1998 y 1999, cuando el mandatario fue comandante del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) durante el conflicto que enfrentó a esta guerrilla con las tropas serbias de la extinta República Federal de Yugoslavia para lograr la independencia, declarada unilateralmente en 2008. La Fiscalía le señala como responsable de cerca de un centenar de muertes de civiles, entre ellos albaneses de Kosovo, serbios, miembros de la comunidad romaní y rivales políticos, y de participar en torturas, persecuciones y desapariciones forzadas. “No permitiré comparecer ante el tribunal como presidente, y dimito hoy para proteger la integridad del Estado”, ha dicho Thaçi en una rueda de prensa en Pristina con medios locales, donde ha avanzado que viajará a La Haya para entregarse de forma voluntaria y defender su caso. El Tribunal ha declinado hacer comentarios por el momento.
El líder del Partido Democrático de Kosovo, Kadri Veseli, que aparecía junto a él en el pliego de cargos, ha anunciado que había recibido la misma confirmación. Veseli fue uno de los fundadores del ELK y considera que el Tribunal Especial para Kosovo “es la oportunidad para rebatir de una vez las falsedades y rumores que han circulado durante años”, sobre los supuestos crímenes de esta guerrilla. Según los medios kosovares, Rexhep Selimi, otro antiguo miembro del ELK, ha visto igualmente confirmada la acusación por supuestos crímenes de guerra y se desplazará a la corte. "El Ejército de Liberación de Kosovo peleó por liberar a nuestro país y nadie puede juzgar nuestra lucha por la libertad”, ha declarado el primer ministro, Avdullah Hoti, tras conocer la noticia. Este miércoles, otro político kosovar, Jakup Krasniqi, antiguo portavoz del ELK, fue trasladado a La Haya, acusado de delitos similares, dijo el Tribunal.
En junio pasado, los fiscales acusaron a Thaçi, presidente desde 2016, de crímenes de guerra y contra la humanidad, y el siguiente paso legal era esperar a que los jueces decidieran si había pruebas suficientes para proceder. Otros nueve miembros del ELK estaban incluidos en el pliego acusatorio, publicado entonces por la Fiscalía “ante los repetidos esfuerzos del político de obstruir la justicia”, según aseguraron. Era la primera acusación del Tribunal, y ante la situación, Thaçi anuló un viaje a Washington para visitar al presidente serbio Alexander Vucic. Serbia sigue considerando a Kosovo una de sus provincias, y el encuentro, en terreno neutral, había sido organizado por Richard Grenell, enviado especial para los Balcanes del presidente estadounidense, Donald Trump.
Thaçi, que ha sido primer ministro en otras dos ocasiones y ministro de Asuntos Exteriores, dijo entonces que no se avergonzaba de nada por considerar que luchó por su país. Un mes después se presentó ante el Tribunal para ser interrogado y añadió: “Nadie puede reescribir la Historia; mi presencia aquí es el precio de la libertad de Kosovo”. La Unión Europea ha emitido un comunicado en el que saluda la cooperación de Thaçi con la justicia, “dada la importancia del respeto al imperio de la ley por parte de Kosovo, que es a su vez un elemento esencial en la ruta europea y para el compromiso de la UE hacia los Balcanes en su conjunto”. Para Amnistía Internacional, la situación de Thaçi “ofrece esperanza a las víctimas de la guerra de Kosovo”.
Constituido en 2015, el Tribunal Especial para Kosovo ha seguido la estela del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), abierto asimismo en La Haya. Como ya sucedió con los procesados por las guerras de los Balcanes, los acusados por estas cortes suelen ser considerados héroes en su tierra. Y de la misma forma, el conflicto con Serbia tuvo carácter étnico: sumó unos 10.000 muertes y convirtió en refugiados a cerca de un millón. Aunque el factor desencadenante fue la represión militar serbia, un informe del Consejo de Europa señaló que varios miembros del ELK cometieron abusos y asesinatos contra civiles de otras comunidades. También acusó a los rebeldes kosovares de traficar con los órganos de los prisioneros serbios. Formado por jueces internacionales, se rigen por las leyes kosovares, y fue necesario ubicarlo en otro lugar para evitar tensiones a domicilio.
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