Sarkozy niega ante la justicia haber sabido de la financiación ilegal de su campaña presidencial
El expresidente francés, ya condenado en otro caso a tres años de prisión, afronta una pena de hasta un año de cárcel en el denominado juicio del caso Bygmalion
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, de 66 años y ya retirado de la política activa, ha vuelto a tener que pisar un tribunal en calidad de acusado. Esta vez, tres meses después de haber sido condenado en marzo a tres años de prisión por corrupción —aunque ha recurrido la sentencia—, el jefe de Estado entre 2007 y 2012 tiene que responder por la financiación ilegal de su fallida campaña para la reelección en unas elecciones que perdi...
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, de 66 años y ya retirado de la política activa, ha vuelto a tener que pisar un tribunal en calidad de acusado. Esta vez, tres meses después de haber sido condenado en marzo a tres años de prisión por corrupción —aunque ha recurrido la sentencia—, el jefe de Estado entre 2007 y 2012 tiene que responder por la financiación ilegal de su fallida campaña para la reelección en unas elecciones que perdió ante el socialista François Hollande. Con su vehemencia y gesticulación habituales, Sarkozy ha negado fehacientemente ante los jueces de París este martes cualquier implicación en el denominado caso Bygmalion, por el que afronta una pena de hasta un año de cárcel en caso de ser declarado culpable.
Pese a que el juicio comenzó el 20 de mayo, Sarkozy acudió al tribunal de París por primera vez en este caso pasado el mediodía de este martes, seguido ávidamente por las cámaras que lo acompañaron hasta la puerta de la sala donde se analiza la denominada operación Bygmalion. Este es el nombre de la empresa de comunicación y eventos que organizó los mítines del intento de reelección de Sarkozy, que se gastó en su campaña casi el doble de los 22,5 millones de euros autorizados por las normas electorales. Para ocultarlo, en vez de asumirlo la campaña, se encargó de gran parte de estos gastos la Unión para un Movimiento Popular (UMP), como se llamaba el partido conservador de Sarkozy antes de que este lo rebautizara como Los Republicanos (LR), en 2015. La operación se disimuló con facturas falsas emitidas por Bygmalion, en las que constaban prestaciones inexistentes como conferencias o eventos que nunca tuvieron lugar.
Por estos hechos, se sientan ante el banquillo 13 responsables de la empresa, contables y responsables de la campaña, acusados de fraude y doble facturación. El cargo al que se enfrenta Sarkozy, el decimocuarto acusado, es de “financiación ilegal de campaña”, por el que, además de una pena de cárcel podría recibir una multa de hasta 3.750 euros.
Sarkozy rechazó haber sabido nada de los tejemanejes de su campaña y de desconocer incluso el nombre de la empresa que da nombre al nuevo caso —que no el último— que constituye un quebradero de cabeza judicial para el exmandatario.
“En esa época, jamás había oído hablar de Bygmalion. Jamás me citaron el nombre de Bygmalion, jamás, jamás”, aseveró ante el tribunal correccional que juzga el caso hasta el 22 de junio. “Le correspondía al director de campaña organizar la campaña y a mí hacerla. Soy conocido por delegar mucho. No puedo ocuparme de todo”, insistió ante la presidenta del tribunal, Caroline Viguier. Esta también quería saber del expresidente “cómo se organizó la campaña (…) ¿quién, cómo, qué?”, y si hubo una “aceleración” de la misma mayor de la que se previó inicialmente, en referencia a la gran cantidad de eventos que celebró Sarkozy en la época: en vez de los 15 mítines previstos, acabó realizando 44, muchos de ellos fastuosos y para los que no dudó incluso en trasladar a seguidores en trenes de alta velocidad desde todo el país a cuenta de la campaña.
“Llevo 40 años haciendo política, es mi vida, en lo que se refiere a campañas, las conozco”, replicó el expresidente, según medios presentes en la sala. “Jamás he visto una campaña, pequeña o grande, que no se acelere”, agregó, para asegurar a continuación que la de 2012 no fue distinta en este sentido de otras, especialmente de la de 2007 que lo llevó al poder. “Me gustaría que me explicaran en qué sentido hice más campaña en 2012 que en 2007. ¡Es falso!”, reclamó Sarkozy, para quien hablar de una aceleración de la campaña es “una fábula”. “Hacíamos las mismas ciudades, las mismas salas que los otros candidatos”, insistió, a la par que afirmó que él nunca dio “directivas” sobre cómo conducir la campaña, ya que se incorporó a esta de manera tardía debido a que debía cumplir sus funciones como presidente.
“Tendríamos que haber sido más exigentes, pero ¿hubo intención de fraude? No. ¿Cómo llegó el sistema Bygmalion a la campaña? No estoy aquí para acusar a nadie”Nicolas Sarkozy
Fue Guillaume Lambert, director de su campaña en 2012 y también imputado, el que “implementaba las decisiones políticas, y las decisiones las tomaba él mismo”, aseveró ante el tribunal. “De ningún modo le di yo directivas”, reiteró el expresidente francés, según el cual solo supo del caso en 2014, cuando el antiguo número dos de su campaña, Jérôme Lavrilleux, reveló en una entrevista televisiva la financiación oculta que ahora está ante los tribunales.
Consciente de que, sobre todo a menos de un año de una complicada campaña presidencial en la que podría ser una figura clave aunque oficialmente esté alejado de la primera línea política, Sarkozy, que es abogado de formación, hizo incluso un alegato ante el público asistente, dándole la espalda al tribunal que decidirá su destino, destaca Efe.
“Defiendo mi honor y lo hago con pasión”, dijo sobre su vehemencia a la hora de presentar sus argumentos. “¿Fui negligente e imprudente? No. A partir del momento en que todo el mundo me decía que todo estaba bien, no tenía motivos para preocuparme. Tendríamos que haber sido más exigentes, pero ¿hubo intención de fraude? No. ¿Cómo llegó el sistema Bygmalion a la campaña? No estoy aquí para acusar a nadie”, concluyó Sarkozy.