Bielorrusia traslada al disidente Protasevich y a su pareja a arresto domiciliario
Los dos disidentes viven en pisos separados en la capital bielorrusa
Las autoridades bielorrusas han excarcelado a Roman Protasevich, el periodista de 26 años crítico con el régimen de Alexandr Lukashenko, y a su pareja, Sofia Sapega, para recluirlos en arresto domiciliario en pisos separados en Minsk, según las familias de ambos. El padre del disidente, Dmitri Protasevich, ha informado de esta decisión a la cadena británica BBC, no sin matizar que aún no ha recibido ninguna prueba oficial que confirme este cambio del régimen de reclusión de la pareja. Serguéi Dudich, padrastro de Sofía Sapega, ha asegurado, también a la BBC, que la estudiante rusa de 23 años se encuentra en un piso alquilado en la capital bielorrusa donde vive sola. “Estamos en estado de shock”, comentó el familiar de la joven.
“El régimen de Sofia Sapega se ha cambiado a arresto domiciliario, bajo condiciones definidas por orden judicial. Solo puede desplazarse en un convoy policial y no puede usar dispositivos de comunicación. Creemos que esto ha sucedido principalmente gracias a la reunión [el 28 de mayo] de los presidentes [el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko] en Sochi. Es un acontecimiento muy positivo, que ayudará a tomar una decisión positiva sobre su destino en el futuro cercano“, declaró Anton Gashinsky, abogado de Sapega. Gashinsky ha considerado “muy positivo” el cambio de régimen y cree que “ayudará a tomar una decisión positiva sobre su destino en el futuro cercano”, ha declarado el letrado. Mientras tanto, se espera que funcionarios del consulado ruso en Minsk puedan reunirse pronto con Sapega.
El padrastro de la joven aseguró que la familia confía en que se retiren las acusaciones contra ella. Dmitri Protasevich, padre del periodista detenido en Minsk cuando volaba en un avión de Ryanair que hacía la ruta Atenas-Vilnius el pasado 23 de mayo se mostró menos optimista y aseguró que los cargos aún se mantienen contra su hijo y su novia. “El abogado no dice nada, las autoridades no dicen nada”, agregó el progenitor de Protasevich a la BBC. “Si la forma de detención ha cambiado, es una mejora en sus condiciones de vida. De lo contrario, no sabemos qué vendrá después”.
El Comité de Investigaciones de Bielorrusia ha confirmado la noticia y ha asegurado que la excarcelación se debe a que tanto Protasevich como Sapega están dando “testimonios consecuentes” en los que reconocen su culpa y “se han comprometido a colaborar en el desenmascaramiento de sus cómplices” y “hacer todo lo posible por minimizar el daño que han causado con sus delitos”. Además, la pareja habría pedido llegar a un acuerdo previo al juicio. Precisamente “tomando en cuenta esto se ha considerado posible” cambiar el régimen carcelario por el arresto domiciliario, señaló el citado comité.
Tras su detención a finales de mayo, tanto el periodista como Sapega fueron acusados de haber organizado manifestaciones ilegales para derrocar al régimen de Lukashenko, delitos que podrían valerles hasta 15 años de cárcel. Ambos han aparecido después en diversos vídeos difundidos por la televisión pública bielorrusa en los que confesaban los cargos en su contra. Tanto los familiares del periodista como la oposición bielorrusa han denunciado que estas grabaciones se obtuvieron bajo coacción, una acusación confirmada a finales de mayo por el portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, que denunció entonces que en algunas de esas imágenes se apreciaba lo que parecían señales de golpes en el cuerpo del disidente.
La comunidad internacional ha exigido desde el primer momento la liberación inmediata del periodista crítico con Lukashenko y de su pareja. En respuesta al “secuestro” ―según lo calificó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen―, del avión por parte de Minsk, la UE acordó ampliar las sanciones contra el régimen del presidente bielorruso, cerrar el espacio aéreo con ese país y recomendar a las aerolíneas comunitarias evitar sobrevolar ese país.
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