Rusia emprende en la frontera marroquí las primeras maniobras militares con Argelia
La escalada de rearme y el despliegue de las potencias agudizan la tensión en el Magreb
Unidades de comandos de los Ejércitos de Argelia y Rusia han emprendido este miércoles las primeras maniobras militares conjuntas de ambos países. El ejercicio táctico Escudo del Desierto se desarrolla en la provincia de Bechar, cerca de la frontera con Marruecos, escenario hace seis décadas de la llamada Guerra de las Arenas, librada por tropas de Argel y Rabat a causa de disputas territoriales poco después de alcanzada la independencia.
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Unidades de comandos de los Ejércitos de Argelia y Rusia han emprendido este miércoles las primeras maniobras militares conjuntas de ambos países. El ejercicio táctico Escudo del Desierto se desarrolla en la provincia de Bechar, cerca de la frontera con Marruecos, escenario hace seis décadas de la llamada Guerra de las Arenas, librada por tropas de Argel y Rabat a causa de disputas territoriales poco después de alcanzada la independencia.
La operación de adiestramiento en la lucha antiterrorista Escudo del Desierto, que se prolongará hasta final de mes, coincide con una escalada de rearme regional. Argelia ha anunciado que va a incrementar un 130% su presupuesto militar en 2023 hasta llegar al 12% de su Producto Interior Bruto (PIB), según estimaciones de la prensa argelina, gracias al alza de precios del gas y el petróleo, su principal exportación. Marruecos, por su parte, se dispone a poner en marcha una industria de armamento propia con la construcción de drones, previsiblemente de tecnología israelí, y espera superar el 5% del PIB el año que viene en gasto de defensa. Las partidas militares de los países europeos se mueven en una horquilla de entre el 2% y el 4% del PIB.
Dos centenares de militares, que incluyen fuerzas especiales y paracaidistas de ambos países, se ejercitarán en la búsqueda, detección y eliminación de grupos terroristas en áreas desérticas en el campo de maniobras de Hammaguir, situado a más de mil kilómetros al suroeste de la capital argelina, y a pocas decenas de kilómetros de la frontera marroquí. La tensión entre Argelia y Marruecos, que en 1994 clausuraron su frontera terrestre común, se disparó en 2021 con la ruptura de relaciones diplomáticas en un clima de guerra fría que ahora parece enconarse.
Rusia, principal proveedor de armas de las Fuerzas Armadas argelinas, ya organizó unas maniobras conjuntas de comandos el año pasado en Osetia del Norte, en una conflictiva zona fronteriza con Georgia. Fuerzas argelinas participaron también hace dos meses en unas macromaniobras en las que se desplegaron 50.000 militares en Vostok, en el Lejano Oriente ruso, en el mar de Japón.
Aunque el Gobierno de Argel no ha informado oficialmente del inicio de las maniobras Escudo del Desierto, la agencia rusa Sputnik ha dado cuenta de su lanzamiento. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, aseguró el mes pasado que la actividad militar de Moscú en el Magreb, en la que participan fuerzas del norte del Cáucaso, “es un ejercicio habitual que no va dirigido contra terceros países”, según informó la agencia Tass.
Las maniobras rusas en Argelia son vistas como una respuesta al despliegue militar encabezado por Estados Unidos el pasado mes de junio en los ejercicios militares terrestres, aéreos y marítimos León Africano en Marruecos. En esa operación participaron 7.500 soldados de una docena de países, entre ellos Israel, según una información de medios de comunicación marroquíes no confirmada por el Africom, el mando militar de EE UU en la región.
El despliegue ruso en Argelia se vio precedido hace tres semanas por la presencia de dos buques de su Armada en el puerto de Argel tras participar en unas maniobras navales con la Marina de Guerra argelina y de la visita de altos cargos del Ministerio de Defensa de Rusia. Argelia, uno los mejores clientes de la industria militar rusa, busca un mayor acercamiento a Moscú. Hace una semana solicitó formalmente su incorporación a los BRICS, el bloque de economías de grandes países formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
El Gobierno de Argel se abstuvo de condenar en la ONU la invasión rusa de Ucrania y se espera que una visita del presidente argelino, Abadelmayid Tebún, a Moscú selle antes de año una alianza estratégica. La bonanza de los ingresos por la exportación de hidrocarburos le concede una posición de fuerza en la escena internacional, donde se ve cortejada por los países europeos precisamente como fuente alternativa al suministro de gas natural ruso.
Amenazas a la seguridad en la región
En Marruecos, el ministro a cargo de la llamada Administración de la Defensa Nacional, Abdelatif Ludiyi, ha reconocido ante el Parlamento que el presupuesto de defensa, que representa un 5,2% del PIB, es “insuficiente ante las amenazas a la seguridad en la región”. Rabat persigue el objetivo de fabricar aviones no tripulados en su propio territorio en el marco del acuerdo de cooperación en seguridad y defensa suscrito con Israel tras la normalización de sus relaciones, hace casi dos años, para empezar a dotarse de una industria de armamento propio.
“Marruecos va a desarrollar los sectores de fabricación de armas y municiones, así como la fabricación de drones capaces de llevar a cabo operaciones de información, vigilancia y ataques armados”, precisó el titular de Defensa, sin dar más detalles, según el diario de sesiones parlamentario, citado por la agencia France Presse.
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Naser Burita, admitió recientemente en Argel, donde asistía a la cumbre de la Liga Árabe, la existencia de un conflicto armado abierto desde que el Polisario rompió, hace dos años, el alto el fuego pactado con la mediación de la ONU en 1991. “Hay unas milicias armadas que atacan a diario posiciones marroquíes desde... les dejo a ustedes adivinar qué país”, declaró a la cadena Sky News Arabia en una nada velada alusión a Argelia. “Marruecos es un país pacífico”, apostilló el jefe de la diplomacia de Rabat, “pero tiene derecho a defender su integridad territorial”.
Rabat controla el 80% del territorio del Sáhara Occidental y ofrece un plan de autonomía bajo su soberanía en la que fue colonia española hasta 1975. Argel apoya al movimiento independentista Frente Polisario, a cuya dirección acoge en Tinduf (suroeste) junto a miles de refugiados saharauis, y defiende un proceso de descolonización mediante la voluntad de autodeterminación expresada en un referéndum.
Las fuerzas de Rabat han atacado con drones bomba a las milicias del Frente Polisario en el Sáhara Occidental y han sido acusadas por Argelia de utilizarlos además contra civiles, como en el caso de camioneros argelinos que atravesaban el territorio de la excolonia española. Marruecos ha adquirido hasta ahora estos aparatos a fabricantes israelíes, chinos o turcos. Según ha informado el portal digital marroquí Yabiladi, citando fuentes de los servicios de seguridad, ahora aspira a contar con “dos unidades industriales de fabricación de aviones no tripulados”.
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