Un viaje con “gastos pagados a China” y un tratado comercial: la nueva estrategia internacional de Daniel Ortega

Nicaragua se apresta a firmar un nuevo acuerdo de libre comercio con su socio asiático tras la ruptura con Taiwán en diciembre de 2021

Laureano Ortega, hijo de Daniel Ortega, acompañado de Wang Yi, Consejero de Estado de China, durante una visita diplomática en el país asiático, el pasado 9 de febrero.CORTESÍA

“¿Querés ganar computadoras, celulares y relojes inteligentes? ¿O incluso un viaje pagado a China?”, pregunta la propaganda del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en sus redes sociales, donde están rifando un viaje al gigante asiático. Los interesados deben “enviar un video de menos de tres minutos hablando sobre la amistad de China y Nicaragua”. La convocatoria no ha tenido mayor respuesta porque los nicaragüenses...

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“¿Querés ganar computadoras, celulares y relojes inteligentes? ¿O incluso un viaje pagado a China?”, pregunta la propaganda del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en sus redes sociales, donde están rifando un viaje al gigante asiático. Los interesados deben “enviar un video de menos de tres minutos hablando sobre la amistad de China y Nicaragua”. La convocatoria no ha tenido mayor respuesta porque los nicaragüenses tienen poco que ver con China, tanto a nivel cultural como comercial. Transcurren los primeros días de agosto y el Gobierno sandinista publicita con énfasis su relación con Pekín, capital con la que Managua reanudó lazos diplomáticos en diciembre de 2021. La rifa del viaje con gastos pagos ocurre días antes que China y Nicaragua oficialicen un tratado de libre comercio (TLC), cuya letra chica es poco conocida.

Tras romper con Taiwán en diciembre de 2021, Managua y Pekín firmaron un memorándum de entendimiento para establecer un “mecanismo de consultas políticas”, un acuerdo de “apoyo mutuo”, exoneración de visas y cooperación comercial. El intercambio entre ambos países –separados por más de 14 mil kilómetros– fue de 760 millones de dólares en 2022.

La balanza es deficitaria para Nicaragua. En la primera mitad de 2023, las exportaciones a China fueron de 6,7 millones dólares. Una cifra que resulta ínfima en comparación a la relación de Nicaragua con su principal socio comercial: Washington. Sólo para dar una idea, en el mismo periodo de tiempo las exportaciones de Managua a Estados Unidos alcanzaron casi los 1.000 millones de dólares. El TLC con China es visto con mucho escepticismo por analistas nicaragüenses e internacionales. Sobre todo porque no creen que vaya generar ingresos significativos a la economía de Nicaragua y, en cambio, tensará aún más las relaciones con Estados Unidos.

De hecho, la pareja presidencial sandinista ha estrechado relaciones diplomáticas con dictaduras y regímenes autoritarios, como Corea del Norte, Irán y Siria en los últimos meses. Ante el aislamiento internacional, los mandatarios “buscan legitimarse con estas alianzas” que retan a Washington. Esta política exterior deja casi nulos beneficios financieros y comerciales al Estado nicaragüense.

China promete crecimiento

La cartera china de Comercio defendió el TLC con Nicaragua. Dijo que “proporcionará una garantía institucional para los intercambios económicos y comerciales” entre los dos países y “ayudará a mejorar el nivel de los acuerdos económicos”. Los cálculos de Pekín es que podría aumentar al menos en dos puntos adicionales el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nicaragüense, proyectado originalmente a entre 3,4% y 3,5% para el periodo 2023-2026.

Se sabe poco de los detalles del acuerdo. En principio, los productos que Managua podrá exportar sin aranceles están divididos en siete sectores: carne bovina y despojos comestibles de animales; crustáceos; hortalizas de vaina secas desvainadas; cacahuete; ron y otras bebidas obtenidas de la destilación de la caña de azúcar; prendas de vestir; y cables y conductores eléctricos.

En cambio, para China es más oneroso: podrá exportar a Nicaragua sin aranceles, entre otros productos, insecticidas, herbicidas, plásticos y materias primas para la producción de textiles, tecnologías y juguetes. La lista de 78 productos chinos está dividida en más de 20 grupos que incluyen plantas vivas, hortalizas frescas o refrigeradas, preparaciones y conservas de pescado, artículos de confitería, extracto de malta, pastas alimenticias, cereales, galletas, hongos, salsas, condimentos y mucho más.

Margaret Myers, directora del Programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, participó la semana pasada en un foro llamado China en América Latina: Realidad y Tendencias en Costa Rica y Centroamérica, promovido por Expediente Abierto y la Fundación Friedrich Naumann en la capital tica. La experta resaltó que el tamaño del mercado de Centroamérica es minúsculo como para obtener beneficios de China. “A Pekín le interesa la región por una razón geopolítica de avanzar en la zona de influencia directa de Estados Unidos, el verdadero competidor de China en el mundo”, sostuvo.

Incluso, hasta un aliado de los Ortega-Murillo es escéptico de la relación con China: el presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, dijo que los países centroamericanos no han obtenido ninguna ganancia significativa de su relación con China en materia de comercio inversiones después de romper con Taiwán.

China vende más de lo que compra

Felix Maradiaga, preso político desterrado y ex asesor de inversiones para una firma privada en China en 2015, puso de ejemplo el intercambio comercial entre China y Costa Rica. “San José sólo coloca en ese mercado el 2,5% de sus exportaciones, que el año pasado totalizaron 17.901 millones de dólares. Sin embargo, China le abastece el 13,2% de sus importaciones, factura que el año pasado totalizó 24.744 millones”, dijo el excandidato presidencial.

“Eso es significativo”, continuó Maradiaga, “porque Costa Rica es un mayor productor de bienes y servicios que Nicaragua y tiene una economía más sólida. ¿Cuánto le podrá vender Ortega a China en comparación a Costa Rica? No creo que supere los 300 millones de dólares en ventas, mientras que el comercio entre Estados Unidos y Nicaragua alcanzó en 2022 un récord de 8.304 millones de dólares, con lo cual no creo que Pekín vaya a sustituir a Washington en esa balanza”, dijo Maradiaga.

Por lo que los expertos coinciden que Managua será un socio “comercial barato” para los chinos, quienes buscan, además, aniquilar el reconocimiento de Taiwán y asegurar el voto de Nicaragua en foros internacionales como Naciones Unidas. Hernán Alberro, investigador independiente y administrador de la plataforma China Index, agregó que los TLC con China no “son acuerdos de libre comercio, sino de restricción comercial de productos que China no va permitir ingresar a su territorio”.

“Son acuerdos generalmente más favorables a Pekín, que vende productos baratos y de baja calidad que no puede vender a Europa o Estados Unidos por los controles de calidad de esos mercados”, explicó Alberro. “En América Latina y los países africanos, los TLC con China generan un flujo contrario de comercio, es más lo que China vende que lo compra”.

Sin embargo, al margen de estos cuestionamientos, la rifa de un viaje pagado a China ha ocupado a la propaganda del régimen Ortega-Murillo. Es un intento, dice el exdiputado opositor Eliseo Núñez, de fabricar una sensación de que los nicaragüenses salen ganando con esta “cercanía” con la lejana China. “Es una manipulación (...) quieren decir que Estados Unidos no rifa viajes, pero China sí. Sin embargo, las transacciones de Nicaragua con China no resuelven el problema económico del país. Son transacciones infinitamente menores en comparación con las de Estados Unidos”, puntualiza Núñez, exiliado en Costa Rica.

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