La Casa Blanca lanza una ofensiva para desacreditar el posible ‘impeachment’ de los republicanos contra Biden
El equipo del presidente denuncia que los conservadores se han pasado todo el año investigándolo y “no han encontrado ninguna prueba, ninguna, de que haya hecho nada malo”
La Casa Blanca se ha lanzado a desacreditar las alegaciones contra Joe Biden, que han llevado al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, a ordenar abrir una investigación como paso previo a un posible procesamiento político (impeachment) del presidente. Así, se disponen a dar la batalla en el terreno de la opinión pública. El propio Biden prepara un discurso sobre las amenazas a la de...
La Casa Blanca se ha lanzado a desacreditar las alegaciones contra Joe Biden, que han llevado al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, a ordenar abrir una investigación como paso previo a un posible procesamiento político (impeachment) del presidente. Así, se disponen a dar la batalla en el terreno de la opinión pública. El propio Biden prepara un discurso sobre las amenazas a la democracia para el 28 de septiembre, al día siguiente del segundo debate entre los candidatos a las primarias republicanas. Pero antes, los equipos jurídicos y de comunicación del presidente han empezado a enviar argumentarios para combatir las acusaciones republicanas.
La batalla política se centra en la investigación por impeachment. La Casa Blanca prefiere no pronunciarse sobre la imputación de Hunter Biden, hijo del presidente, con tres cargos por la supuesta compra y posesión ilegal de un revólver. Considera que es un asunto privado. El papel de Biden en este caso es el de un padre que apoya a su hijo en un momento difícil.
Iam Sams, uno de los portavoces de la Casa Blanca, se está empleando a fondo en presentar la apertura de una investigación formal como una demostración del extremismo republicano. Su tesis es que McCarthy ordenó unilateralmente a los presidentes de tres comisiones abrir la investigación porque no contaba ni siquiera con el apoyo de los propios congresistas republicanos para someter la decisión al pleno. Es más, apunta que el paso del líder republicano es un intento de acallar las voces del ala dura que piden su cabeza y que le reclaman que incumpla el compromiso de habilitar las partidas presupuestarias para el año fiscal que comienza el 1 de octubre, como se había comprometido. Eso supondría el cierre de parte de los servicios del Gobierno federal.
Biden eludió hablar tanto de la investigación por impeachment como de la imputación de su hijo este jueves en un acto en Largo (Maryland), cerca de Washington, en el que dio un discurso sobre su política económica. Se centró en sus logros en creación de empleo y criticó las rebajas de impuestos de Trump a los más ricos.
El presidente se pronunció el miércoles por primera vez sobre la decisión de McCarthy a la salida de un acto de recaudación de fondos en McLean (Virginia), a las afueras de Washington. “No sé muy bien por qué, pero lo único que sabían es que querían someterme a un impeachment. Y ahora, lo mejor que puedo decir, es que quieren un impeachment porque quieren cerrar el Gobierno” dijo. “Todo el mundo siempre pregunta por el impeachment. No me levanto cada día, no es una broma, centrado en el impeachment. Tengo trabajo que hacer. Tengo que ocuparme de los asuntos que afectan al pueblo americano cada día”, añadió.
Es la misma tesis que ha repetido, una y otra vez, desde el atril de la sala de prensa de la Casa Blanca, la portavoz, Karine Jean-Pierre. “Acabo de hablar de que el presidente va a pronunciar un gran discurso sobre la economía y lo que estamos haciendo para mejorar las vidas de los estadounidenses”, mientras que “los republicanos en el Congreso se han pasado todo el año investigando al presidente y no han encontrado ninguna prueba, ninguna, de que haya hecho nada malo”, dijo el miércoles. “Estamos deseando trabajar con los republicanos de forma bipartidista para tratar los asuntos reales que importan a los americanos, no este esfuerzo infundado que siguen haciendo y que no muestra ninguna prueba”, añadió.
Aunque ahora se haya ordenado abrir una investigación formalmente dirigida a ver si hay motivos para presentar cargos en un juicio político contra el presidente, lo cierto es que los republicanos llevan investigando desde que asumieron en enero la mayoría de la Cámara de Representantes. McCarthy justificó su decisión con los indicios que han surgido de esos trabajos, que ya han incluido requerimientos, citaciones y declaraciones.
“Investigación basada en mentiras”
La Casa Blanca ha distribuido un informe de 14 páginas con el que trata de desmontar una por una las alegaciones. Además, bajo la premisa de que la mejor defensa es un buen ataque, ha escrito un mensaje a los medios diciendo que lo que tienen que escrutar es el comportamiento irresponsable de los republicanos: “Es hora de que los medios de comunicación intensifiquen su escrutinio de los republicanos de la Cámara de Representantes por abrir una investigación de impeachment basada en mentiras. Cuando incluso miembros republicanos de la Cámara de Representantes admiten que no hay pruebas de que Joe Biden haya hecho nada malo, y mucho menos que pueda ser sometido a juicio político. Eso debería hacer saltar las alarmas de las organizaciones de noticias”, dice el menaje remitido por Iam Sams.
Tanto el mensaje como el informe se apoyan en declaraciones de congresistas republicanos que admiten que no se han demostrado irregularidades. El documento más amplio va analizando las acusaciones y luego presentando lo que considera los hechos reales. Así, ante la alegación de que Biden “participó en una trama de sobornos con un extranjero”, explica que esa afirmación se basa en que la Oficina Federal de Investigación (FBI) documentó una denuncia anónima al respecto. Sin embargo, aclara que el propio FBI señala que para incluir algo así en un formulario no hace falta que esté documentado ni corroborado ni que valide su credibilidad. De hecho, la pista se revisó y se descartó y varios congresistas republicanos han admitido que dudan de su veracidad.
Con declaraciones de testigos que han comparecido ante el Congreso, informaciones de los medios de comunicación y opiniones de congresistas y senadores republicanos, el informe trata de desmontar otras siete alegaciones, con enlaces a las fuentes que se cita. Es un documento muy trabajado que concluye: “Una y otra vez, el presidente McCarthy, Marjorie Taylor Greene, James Comer y otros republicanos de la Cámara de Representantes han demostrado que persiguen una maniobra infundada de impeachment —a pesar de no haber revelado ninguna prueba de irregularidades por parte de Joe Biden— en un esfuerzo incesante por desprestigiar al presidente”.
McCarthy, mientras, se encuentra en una situación delicada y este jueves se ha mostrado desafiante con el ala más radical de su partido, que amenaza con una moción de destitución o censura para su puesto, pues no se conforma con el paso que ha dado. En público se ha mostrado dispuesto a pelear y en una reunión privada del grupo parlamentario republicano ha sido más tajante: “Si creéis que me asustáis porque queréis presentar una moción de censura, presentad la puta moción”, le dijo a sus colegas republicanos, según el representante Brian Mast, partidario de McCarthy.
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