Giorgia Meloni busca reactivar la cooperación con China tras abandonar el plan de nueva Ruta de la Seda
La primera ministra italiana insiste en una visita a Pekín en que “el sistema de reglas” en las relaciones comerciales “permanezca estable”
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, considera a China “un interlocutor muy importante” en un contexto de “creciente inseguridad a nivel internacional”, según ha transmitido este lunes al presidente chino, Xi Jinping, recoge la agencia de noticias italiana Ansa. La mandataria ultraderechista se encuentra de viaje oficial en China con el objetivo de “relanzar” la cooperación con el gigante asiático e “iniciar una nueva fase”, medio año después de que Italia abandonase la participación en la Nueva Ruta de la Seda, el megaproyecto de infraestructuras e inversiones con el que Pekín busca cimentar su influencia a nivel global. En su primera visita a la segunda economía del planeta, Meloni busca estabilizar los lazos bilaterales antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, en las que una hipotética victoria de Donald Trump podría alterar las relaciones de Washington con la Unión Europea.
Al inicio de su encuentro con Xi en la residencia de invitados de Diaoyutai, en Pekín, y aún con las cámaras delante, Meloni ha expresado: “Podemos pensar juntos cómo garantizar la estabilidad, la paz y el libre comercio”. Pero también ha subrayado que es necesario que “el sistema de reglas” en el que se mueven “permanezca estable”. Desde que llegó al poder en 2022, la primera ministra italiana ha intentado presentarse como una diplomática capaz de negociar con líderes de todo el espectro ideológico, desde el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, al canciller alemán, Olaf Scholz.
De acuerdo con el comunicado emitido por el Palazzo Chigi, la sede del Gobierno italiano, Meloni y Xi “abordaron las cuestiones prioritarias de la agenda internacional, desde la guerra en Ucrania hasta los riesgos de una nueva escalada de la situación en Oriente Próximo y las crecientes tensiones en el Indo-Pacífico”. De momento, ninguna de las dos partes ha aportado más detalles al respecto.
“Creo que Italia también puede desempeñar un papel importante en las relaciones [de China] con la Unión Europea” en “el intento de crear relaciones comerciales lo más equilibradas posible”, ha señalado Meloni. De acuerdo con la lectura de la reunión publicada por la agencia china Xinhua, la premier italiana ha expresado que su país “se opone a la desvinculación y el proteccionismo”. En el último año, los Veintisiete han adoptado una postura más dura respecto al comercio con China con el objetivo de nivelar una maltrecha balanza comercial, que en 2022 llegó a ser deficitaria por casi 400.000 millones de euros, el máximo anual en una relación tradicionalmente equilibrada; se redujo en 2023, aunque se situó en 291.000 millones.
La Comisión Europea ya ha pasado a la acción y, desde principios de julio, los vehículos eléctricos fabricados en China pagan hasta un 47,6% de aranceles provisionales al llegar a las aduanas de los Estados miembros. En respuesta, China anunció una investigación antidumping contra las importaciones de cerdo europeo y las conclusiones de otra indagación sobre bebidas alcohólicas de alta graduación europeas se conocerán a principios del año que viene.
El viaje de Meloni se produce después de que Roma hiciera un gran desaire a Pekín el pasado diciembre, cuando hizo oficial su salida de La Franja y la Ruta, nombre oficial del plan estratégico con el que China busca conectarse al mundo y que lleva el sello del presidente Xi. Italia era la única nación del G-7 que se había unido al megaproyecto. Lo hizo en 2019, bajo la Administración de Giuseppe Conte, apoyado por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, pero desde la toma de posesión de Meloni se supo que no se renovaría el acuerdo, que decaía al término de cuatro años.
Su Gobierno afirmó que el pacto —que originalmente estipulaba colaboraciones por valor de hasta 20.000 millones de euros— no había aportado ningún beneficio a Italia. El comercio entre ambos países tuvo en 2023 un valor de 66.800 millones de euros (es su segundo socio comercial fuera de la Unión Europea, por detrás de Estados Unidos), pero la balanza comercial está muy inclinada en favor de Pekín.
La retórica de los medios chinos es que la decisión se tomó por la “gran presión” de Washington “y otros poderes occidentales”, y afirman que su actual viaje tiene como objetivo “aclarar algunos malentendidos”. Según la prensa oficialista china, el reciente “acercamiento” demuestra a otros países europeos los “beneficios de mejorar la cooperación con China”, así como las “desventajas de desvincularse”. Bruselas ha manifestado en repetidas ocasiones que no pretende desligarse por completo de Pekín, sino reducir los riesgos asociados a las actuales dependencias comerciales y de suministro.
“China se adhiere a una vía de desarrollo pacífico, no persigue la hegemonía y está dispuesta a compartir sus oportunidades de desarrollo con todos los países”, ha indicado Xi, según ha emitido la cadena de televisión estatal CCTV.
Meloni, que se reunió el domingo con su homólogo chino, Li Qiang, se marcha de la capital china con la firma bajo el brazo de un Memorando de Colaboración Industrial que incluye sectores estratégicos, como la movilidad eléctrica y las energías renovables, además de seis acuerdos en diversos ámbitos, desde la industria hasta la seguridad alimentaria y la educación. Mañana parará en Shanghái, el corazón financiero del país, donde se reunirá con Chen Jining, el secretario del Partido Comunista de la ciudad.
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