Francia aprueba una ley especial para prorrogar los Presupuestos a la espera de un nuevo primer ministro

Nada suele ser breve cuando se trata de la Administración pública francesa y el relato que esconde su legislación. La complejidad y la urgencia del momento, sin embargo, obligan a la concisión. De este modo, un Consejo de Ministros relámpago se ha reunido este miércoles para “garantizar la continuidad de la vida nacional”. Tras la moción de censura que hizo imposible la adopción de un Presupuesto para 2025, la “ley especial” presentada a los ministros reunidos por primera vez desde su dimisión colectiva tiene como único objetivo evitar que el Estado y la Seguridad Social se queden sin capacidad de actuación a partir del 1 de enero de 2025.

La ley, que no puede remplazar los futuros Presupuestos, permite evitar la parálisis de la Administración. De manera urgente, organiza el funcionamiento financiero provisional de Francia hasta que se voten unas cuentas formales. Francia solo se ha enfrentado a una ley especial de este tipo en 1979. Y como entonces, la redacción del primer artículo autorizará al Gobierno a “seguir recaudando los impuestos existentes” hasta que se apruebe el nuevo Presupuesto. Los dos artículos siguientes permitirán al Estado recurrir al endeudamiento, y a la Seguridad Social hacer lo mismo, aumentando el techo de endeudamiento de la Agencia Central de Organismos de Seguridad Social.

La norma —que fundamentalmente permitirá seguir cobrando impuestos— se redacta mientras el presidente de la República trata de encontrar un acuerdo con los partidos de centroderecha y de izquierda para elegir a un nuevo primer ministro. Macron, según los partidos que se reunieron con él, aseguró el martes que propondría un nombre en 48 horas, pero tras la comparecencia de esta mañana de la portavoz del Ejecutivo en funciones, Maud Bregeon, no parece que haya ninguna novedad. Además, aseguró que Macron no había dado “indicios sobre el momento de su decisión” durante el Consejo de Ministros de este miércoles.

Una de las claves de la negociación será contar con el veredicto positivo del Partido Socialista. Su líder, Olivier Faure, aseguró este miércoles por la mañana que desea “que los franceses sean escuchados, que la crisis política sea breve”. Sin embargo, consideró: “No se puede pasar la vida diciendo que no”. “A veces hay que avanzar. Mi brújula son los franceses. La primera guía nos muestra que votaron el 7 de julio. Deseo un primer ministro de izquierda que esté abierto al compromiso. Los franceses nos dieron ventaja, pero no una mayoría absoluta. Dijeron que el Parlamento debía trabajar respetando los equilibrios que ellos definieron. Debemos tener la iniciativa, nosotros, la izquierda, pero también aceptar la idea de que, como no tenemos mayoría absoluta, debemos aceptar compromisos y concesiones mutuas”.

Macron no tiene claro que los socialistas vayan a dar un paso adelante en ese sentido. De hecho, la portavoz del Gobierno, Maud Bregeon, explicó a la salida del Consejo de Ministros que el presidente “insistió en el hecho de que actualmente no existe una base más amplia que la que hubo para el Gobierno [del anterior primer ministro, Michel] Barnier”. Y que, por lo tanto, “ahora queda por ver si algunos están dispuestos a ampliar esta base o a acordar un principio de no censura”.