Estos son los beneficios de implicar a los niños en las tareas del hogar

Resulta fundamental implicar a los niños desde pequeños en la realización de las diferentes labores, entre otras las tareas del hogar. Esto favorece el conocimiento de su entorno familiar y les proporciona una serie de importantes beneficios a nivel personal. “Los rendimientos son de gran valor para el desarrollo y la autonomía personal del menor. Le proporcionarán seguridad y límites”, asegura Alicia Santa Cruz Crespo, psicóloga general sanitaria, especialista en infancia y juventud. Los niños necesitan sentirse resguardados a través de hábitos o mecanismos de estabilidad.

Por norma general, la mayoría de padres quieren que sus hijos alcancen determinadas metas y trabajen métodos educativos tanto dentro como fuera de casa. “En la familia se establece el desarrollo de competencias emocionales, estilos de socialización y manejo de estrategias de afrontamiento, cualidades que interfieren directamente en las directrices de los padres a la hora de inculcar las tareas del hogar”, manifiesta Daniel Esteban, psicólogo y director en Clínica de Psicología Infantil y Juvenil.

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Una base democrática para las tareas del hogar

Debe existir una base sólida para que el niño alcance ciertos objetivos que se le planteen. “Para que el camino a esas acciones se produzca de un modo educativo e incluso lúdico y no autoritario o punitivo, considero que los padres deben resultar modelos para los hijos. Además debe existir una conexión entre el control y el afecto”, declara Esteban. Este experto se refiere a “un estilo parental controlador con autoridad, pero flexible y racional-democrático”. “Este tipo de padres tiene cuidado en proporcionar argumentos para que se obedezcan los límites que establecen y se aseguran de que sus hijos sigan ese camino. Se fomenta la comprensión emocional, la empatía y la autorregulación de los niños. Son adultos aceptadores y sensibles a los puntos de vista de sus hijos y a menudo buscan su participación en la toma de decisiones familiares”, incide Esteban,

Es un error sobreproteger a los niños porque les hará dependientes. Para el profesional, los beneficios de realizar los niños las tareas del hogar son" todos", “porque es la consecuencia positiva de una buena práctica educativa emocional y conductual”. Como adultos hay que dejarles colaborar y participar en casa, sin obligación ni imposición. Las actividades que realicen dependen de la edad biológica y de la psicológica del niño, en función de sus capacidades. “Es recomendable introducir al niño en estas tareas a partir de los dos años.

Al principio sobre todo, con supervisión y los padres deben facilitar que alcancen un cierto éxito”, explica Alicia Santa Cruz Crespo. “Se le puede animar con frases como: ¿Me ayudas? o vamos a hacer esto juntos”, añade la profesional. Para Santa Cruz Crespo, algunos ejemplos de tareas del hogar sencillas y de iniciación para los niños, donde se impulsa la motricidad fina, la creatividad, tolerancia, atención y concentración, serían:

• Recoger sus juguetes.
• Llevar el pijama al aseo a la hora del baño.
• Colaborar en la cocina con la persona que esté preparando la comida. Por ejemplo, pelar los huevos cocidos, remover con la cuchara, rociar con sal… Siempre con la supervisión del adulto para evitar peligros.
• Poner su vaso, plato y cubiertos en la mesa.
• Tirar las sobras de comida del plato a la basura.
• Si tiene una escoba pequeña (de juguete) “ayudar a barrer” las migas que hayan caído al suelo.

Posteriormente y cuando interiorice algunas de estas tareas, pueden inculcársele otras de mayor responsabilidad, considerando siempre su desarrollo evolutivo:

• Elegir su ropa.
• Asearse: lavarse la cara, los dientes…
• Supervisar a un hermano pequeño.
• Cuidar de la mascota y vigilar que tenga comida.
• Hacer la cama.
• Organizar y limpiar su habitación.

Beneficios que se generan del cumplimiento de las ocupaciones

Con estas prácticas el niño se sentirá un integrante esencial y útil dentro del núcleo familiar y social, fomentándose su autonomía y resiliencia. En referencia a los beneficios que se originan en la realización de las tareas del hogar para los niños, Santa Cruz Crespo subraya los siguientes:

Fomento de la autoestima y el autoconcepto: El niño se siente valorado e importante. Esto incrementa su motivación para hacer las cosas correctamente. Asimismo, le provoca ganas de asumir tareas más relevantes. Resulta significativo que los progenitores tengan paciencia y adapten los quehaceres al nivel progresivo del niño para que le resulte más sencillo alcanzarlos.

Motivación y concentración. Cuando se segmentan las faenas, haciéndolas más pequeñas, se contribuye a la atención y concentración del niño. Sin embargo, si no ven las actividades atractivas o lúdicas, no sentirán el deseo de llevarlas a cabo. En este caso, la mejor manera de conseguirlo es a través del ejemplo.

Desarrollo motor. Sobre todo, en niños en edad preescolar, las tareas del hogar ayudarán al desarrollo del equilibrio, la coordinación mano-ojo y la utilización de las dos manos de forma conjunta. Esto ayudará en el uso de la pinza digital (control de los dedos índice y pulgar para manejar objetos), fundamental para siguientes años y para conseguir un conveniente desarrollo académico.

Desarrollo del lenguaje. En el inicio de la producción y la enseñanza de tareas al niño, sin apenas darse cuente, se le facilitan multitud de palabras, hasta el momento, desconocidas para él.

Implantación de rutinas individuales y colectivas. Un horario de cometidos sirve tanto para la implantación de rutinas como para la organización y manejo de los tiempos. Se fomenta y potencia también la colaboración y el trabajo en equipo.

Hábitos de cuidado y autonomía. Cuidado de uno mismo como de los demás, que contribuirá, a la autonomía y al fomento de la empatía.

Fomento de la igualdad de género. La realización de actividades que impliquen limpiar, cocinar y cuidar de otros, deben ser asignadas a todos los niños y no realizar distinciones por género. Será así como se críen hijos tolerantes y solidarios, alejados de las desigualdades.

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