¿Qué hay detrás de un niño que quiere constantemente llamar la atención?
Los expertos coinciden en la importancia de lo que significa el refuerzo positivo en su desarrollo como personas valiosas en el futuro
Algunos niños piensan que son el centro del universo, y se comportan como si absolutamente todos debieran girar a su alrededor. A veces pasa. ¿A qué madre o padre no le hemos escuchado decir la clásica frase refiriéndose a su hijo de “déjale, que solo quiere llamar la atención”? Puede que tu hija de 10 años pretenda de cualquier forma y treta ser el centro a toda costa, o que tu hijo adolescente haga un drama por todo y pague sus frustraciones y rabia cada vez que tiene cualquier problema por mínimo que este sea. Entonces ¿dónde están los límites? Porque, a veces, se trata de comportamientos que pueden llegar a ser agotadores y abrumadores para los padres. Y ¿cuándo se convierte en un problema real? ¿Es posible que algunos niños lleguen a sentir un vacío porque de verdad sus padres no les hacen caso?
“El hecho de que los niños llamen la atención es una conducta totalmente normal. Es un reclamo para que les ofrezcamos seguridad y confianza en sus avances, ya que necesitan asentar esos conocimientos y autovalorarlos como algo positivo, por tanto, se refuerzan”, nos cuenta Javier Barreiro, psicólogo clínico y especialista en terapia familiar y con adolescentes en Barreiro Psicología. Las complicaciones vienen cuando existen problemas en el niño a nivel emocional. “Los especialmente inseguros, o aquellos que necesitan la supervisión constante de un adulto es porque sus padres no han reforzado correctamente la conducta independiente o las conductas positivas”, continúa.
¿Se potencian más las conductas negativas de los niños de manera habitual?
Puede que un niño se comporte mal precisamente para llamar la atención de sus padres, hasta el punto de que no le importen ni los castigos ni las regañinas o las broncas que esto les pueda llegar a acarrear. “El menor comprueba que así hablamos de él, nos hacemos cargo de lo que ha hecho o dicho, comentamos lo que ha hecho con nuestra pareja y profesores, y al final, nos centramos en él de una manera equivocada porque focalizamos la atención en el mal comportamiento, y no en lo bueno que hace nuestro hijo a lo largo del día, por eso, puede que le demos a entender que necesita portarse mal para que sus padres se den cuenta de que está ahí”, dice la psicóloga infantil Sara Tarrés, autora del blog Mamá Psicóloga Infantil.
Para Barreiro, si potenciamos lo negativo al final es como un bucle, una rueca que no tiene fin. “Al final potenciar lo negativo parece que es la forma más tradicional en educación; nos fijamos más en lo que el niño no debe hacer, y así creamos niños inseguros y potenciamos sus conductas negativas, les castigamos más, por lo que se repite siempre la parte negativa”, comenta. Además, si se llega al extremo de no reforzar en absoluto lo positivo, “el niño crecería seguro con problemas de autoestima y desarrollo psicosocial”, agrega.
La importancia de la atención positiva: cuando las cosas más pequeñas son las más importantes
¿Por qué es importante la atención positiva? Al final, desde que nacen, los niños necesitan experiencias y relaciones que les muestren que son seres humanos valiosos y capaces de hacer cosas valiosas por los demás. Desde Child Mind Institute, indican que la atención positiva, las reacciones y las respuestas de los adultos son clave para ayudar a los niños a construir una imagen de lo valiosos que son. En esto, no importa cuál sea la edad de tu hijo, hay cosas simples que puede hacer todos los días para enviar el mensaje de que su hijo es especial e importante. Así, ¿cómo podemos reforzar con gestos simples las conductas positivas de nuestros hijos?
Mira a tu hijo y sonríele, muestra interés en lo que tu hijo está haciendo, y pídele que te lo cuente si puede, préstale atención y escúchale atentamente cuando hable contigo, crea algunos rituales familiares especiales y que podáis compartir juntos, tómate tiempo para estar con tu hijo haciendo cosas que disfrutéis juntos, elogia a tu hijo cuando te muestre una nueva habilidad o haga un esfuerzo con algo, por ejemplo, ya sea un dibujo, cantar una canción o cualquier cosa que haya aprendido nueva en el colegio.
¿Alguna vez te has tomado un momento para detenerte y pensar en lo que significa dar y recibir atención? Desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), advierten de que la atención es una necesidad muy básica, que todo el mundo requiere y necesita. Si bien no tiene por qué ser necesariamente malo que un niño busque atención todo el rato, a menudo se interpreta como algo negativo, cuando en realidad, están buscando amor, apoyo y cuidados.
Desde esta institución recomiendan tratar de darle más abrazos, mostrarle más empatía, y verbalizar cualquier cosa que le pueda ocurrir para ayudarle a encontrar una manera más productiva o efectiva de satisfacer sus necesidades. Y, sobre todo, que se sienta entendido, porque, al final, es en los detalles donde radica la diferencia. Por ejemplo, si tu hijo se enfada porque no puedes llevarle a casa de un amigo, puedes mostrarle tu apoyo, dándole una explicación coherente, diciéndole que le entiendes y que haces lo posible porque se sienta bien, y no se aburra, pero que ese día determinado no va a ser posible.
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