Rosa Jové, psicóloga: “Si tener al bebé en la cama entorpece la vida sexual de la pareja es que no tienen mucha creatividad”
Para la también autora se está perdiendo el significado de la crianza en tribu y la sociedad pone cada vez más impedimentos para incluir a niños en espacios de ocio
Amar y respetar a los hijos por encima de todo. Así es como Rosa Jové (Lleida, 62 años), licenciada en Psicología y ganadora del Premio Nacional de Psicología José Luis Pinillos en 2022 por su trayectoria, entiende la crianza, una crianza que debe ser sostenible y basada, sobre todo, en el cariño y en el respeto. La experta, especializada en psicología clínica infantil y juvenil, en psicopediatría (niños entre 0 y 3 años) y psicopedagoga, es, además, autora del superventas Dormir sin lágrimas (2006) —que ha superado las 30 ediciones—, de La escuela más feliz (2017) o de La crianza sostenible (2022). Todos ellos publicados por la editorial La Esfera de los Libros.
Para Jové, lo más importante es estar el máximo tiempo con los hijos porque eso fortalece los vínculos afectivos y mejora la convivencia: “Llevar a los niños a todos lados es muy positivo para la familia. Mejora la relación en el hogar. Además, los pequeños deben ser parte de la sociedad, una sociedad que no está hecha para ellos y que ha perdido el concepto de tribu. Y esto hay que cambiarlo”. Para esta psicóloga, el colecho o el amamantamiento, fundamentales para una crianza con apego, no deberían hacer que la pareja y su vida sexual se resintiesen.
PREGUNTA. ¿Considera usted que en la actualidad padres y madres pueden criar sin morir en el intento?
RESPUESTA. Sí que pueden porque cada día miles de padres lo demuestran, lo que pasa es que no es tarea fácil. Morir no, pero a los padres se les putea. Para mejorar la situación harían falta permisos de maternidad y paternidad más largos para poder estar más tiempo con los hijos. Las madres, además, si amamantan, no tendrían que sacarse la leche. Por otra parte, serían necesarias ayudas económicas para poder tener, si fuese necesario, una cuidadora o llevar al niño a la escuela infantil.
P. ¿Cree que se está perdiendo el significado de tribu en las familias?
R. Sí. Ya no criamos en tribu, básicamente porque las ciudades son muy grandes y en ocasiones los padres viven lejos de los abuelos. De perjudicar a alguien, eso perjudica a los progenitores. Los niños, con tal de estar con sus padres y de vez en cuando ver a los abuelos u otros familiares, y socializar con sus amigos del colegio, se sienten bien.
P. Usted que defiende la crianza con apego, ¿siente que la mayoría de los progenitores perciben esto como una carga?
R. Si alguien ve la crianza con apego como una carga es que no ha interiorizado lo que de verdad supone. Esto implica estar más con los hijos. Yo recuerdo disfrutar mucho pasando tiempo con los míos, lo que no me gustaba era irme a trabajar. Si algún padre o madre lo cree así, le diría que se lo replantease porque algo debe cambiar.
P. ¿Puede resentirse la pareja cuando hay que aceptar toda la demanda del niño y, además, suman colecho y lactancia materna?
R. No debería. Un padre se equivoca si le molesta que su hijo tome leche materna por el tiempo que emplee la madre, porque es lo mejor que ella puede hacer por él y de igual forma tendría que tomarse el mismo tiempo para darle papilla o biberón. La pareja no tiene por qué resentirse a causa del colecho, solo lo hará en aquellas personas que practiquen sexo solamente por la noche y en la cama de matrimonio. Estas personas deberían pensar en su juventud, cuando eran novios y no tenían casa ni cama de matrimonio y lo hacían en cualquier sitio. Con hijos deberían plantearlo de igual modo y hacerlo cuando el niño esté en la guardería o cuando los abuelos se lo lleven de paseo. Si a alguna pareja el hecho de tener un niño en la cama de matrimonio por la noche les dificulta mantener su vida sexual es que no tienen mucha creatividad.
P. En lo que respecta a pasar tiempo con los hijos, llevarlos a todos lados (tiendas, restaurantes, cines…), ¿lo ve razonable y positivo para los vínculos y las relaciones familiares?
R. Sí, lo bueno sería que los niños estuvieran siempre en la sociedad, el problema es que esta los aparta. Hay restaurantes donde los niños tienen acceso restringido, hay plazas donde no pueden jugar, zonas comunes en comunidades de vecinos donde tampoco, incluso bodas donde se pide que no vayan menores. Llevarlos a todos lados es muy positivo para los vínculos y la familia.
P. ¿Percibe que cada vez se da menos ocio en familia, como escapadas a la naturaleza o práctica de deporte, entre otros?
R. No. Creo que las familias con niños suelen hacer escapadas siempre que pueden y salen todos los días, al menos al parque, pero lo tienen más difícil por lo que decíamos antes. Considero que los padres son muy imaginativos y discurren mucho para preparar planes apetecibles para sus hijos.
P. ¿Se implican lo suficiente los padres en la crianza de sus hijos, esto es, conversan, se interesan, les atienden, se implican en sus actividades escolares y extraescolares?
R. Sí, y cada vez más. Cuando empecé en esto de la crianza natural o con apego a finales de los noventa, cuando hablaba de crianza respetuosa los padres me miraban extrañados, desconocían el término. Pero ahora, aunque no lo practiquen, saben qué significa y cada vez más. Hoy en día esto está mucho más integrado en la sociedad.
P. ¿Cuáles son las mayores quejas que escucha de madres y padres respecto al cuidado y educación de sus hijos en el hogar?
R. Va por edades. Antes del año y medio, aproximadamente, se refieren a: “No me come, no me duerme”. De los dos a los cuatro años es la etapa de las rabietas y se lamentan por sus protestas y enfados. A partir de los cinco, cuando se inician en el mundo escolar, rechistan por no querer ir al colegio o hacer los deberes.
P. ¿Cuáles diría que son las claves en los referentes positivos para los niños, tanto en profesores como progenitores?
R. Los adultos que están con el niño y lo educan deben tener para ese niño amor, lo segundo amor, lo tercero amor y después respeto. A los niños pequeños hay que quererlos mucho y respetarles y cuando el niño identifica eso se apega a esa persona. Por reñirles no van a obedecer más.
P. ¿Piensa que los niños aprenden de profesores apasionados que les contagian esa ilusión por aprender o realmente todo se centra en algo más magistral?
R. Un profesor ha de ser apasionado, incluso con chicos mayores. Cuando alguien te hace amar alguna materia eso te llega. Todos hemos tenido profesores que nos han encantado y otros que nos han hecho odiar alguna asignatura. La pasión de los profesores (que estén cualificados) es lo que nos hace tener ilusión por aprender.
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