Mujica, Zapatero y Pablo Iglesias arropan a Morena y llaman a la unidad de la izquierda
Líderes progresistas latinoamericanos y europeos ensalzan el camino abierto en México por López Obrador en el segundo aniversario de su Gobierno y piden acabar con el neoliberalismo
La búsqueda de referentes lleva décadas acompañando las reflexiones de la izquierda a las dos orillas del Atlántico. Cuando esos referentes llegan al Gobierno su alcance simbólico se multiplica, ya que se convierten en un posible espejo. Hoy el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la formación que lo aupó al poder, Morena, son un foco de interés para los movimientos progresistas latinoamericanos y europeos: los q...
La búsqueda de referentes lleva décadas acompañando las reflexiones de la izquierda a las dos orillas del Atlántico. Cuando esos referentes llegan al Gobierno su alcance simbólico se multiplica, ya que se convierten en un posible espejo. Hoy el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la formación que lo aupó al poder, Morena, son un foco de interés para los movimientos progresistas latinoamericanos y europeos: los que gobiernan, los que gobernaron, los que nunca lo han hecho y los que buscan volver. En el segundo aniversario del arranque de la llamada Cuarta Transformación, una veintena de dirigentes arroparon este martes a ese partido, llamaron a la unidad de las fuerzas progresistas en el tablero internacional y pidieron acabar con el neoliberalismo.
Del expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero al actual vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, al exmandatario de Uruguay José Mujica o el ecuatoriano Rafael Correa; pasando por el líder opositor colombiano Gustavo Petro, el francés Jean-Luc Mélenchon, el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica; además de Mario Delgado, presidente de Morena, o el filósofo Enrique Dussel, secretario nacional de formación política de la organización. Todos señalaron en un homenaje virtual propiciado por el dibujante Rafael Barajas, El Fisgón, un camino que pretende llegar al “posneoliberalismo”. Un lugar de fronteras difusas que trataron de desentrañar durante casi cuatro horas y que, en última instancia, busca consolidar proyectos progresistas y romper con el pasado.
Iglesias, responsable de Derechos Sociales en un Gobierno, presidido por el socialista Pedro Sánchez, que tuvo fricciones con López Obrador después de que este solicitara unas disculpas por los crímenes de la conquista, intervino desde Madrid con un mensaje grabado en el que comparó el triunfo de Morena en 2018 con la presencia de Podemos en el Ejecutivo. En su opinión, “expresa un auge del empuje popular hacia la justicia social, abre enormes oportunidades para los pueblos de América Latina y también para los pueblos de España”. “Tenemos muchos retos que afrontar todos y todas juntos”, continuó.
Zapatero ahondó en lo que considera una prioridad, esto es, buscar plataformas comunes, sobre todo en América Latina. El expresidente socialista dijo que “la izquierda debe reafirmar y recuperar su visión internacionalista, esos han sido los mejores momentos de su historia, su visión de ser capaz de dar una respuesta global, coordinada”. Las crisis, señaló en referencia a las consecuencias de la covid-19, “son crisis globales, ya para siempre”. Y llamó a confiar, pese a todo, en el futuro. “El pesimismo nunca ha creado un puesto de trabajo. Necesitamos esa fuerza de la convicción para que los ciudadanos nos den la confianza. Este año estará marcado por una grave crisis global. Pero hace un siglo, en 1920 ya habíamos tenido la Primera Guerra Mundial y teníamos también una pandemia que fue devastadora”, dijo el exmandatario antes de plantear la necesidad de pensar una “gran reconstrucción”.
En la primera década del siglo América estaba dominada por un eje de izquierdas que no paraba de crecer. Después de la llamada revolución bolivariana iniciada por Hugo Chávez en Venezuela llegó al poder Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Néstor Kirchner, más tarde Cristina Fernández, en Argentina. José Mujica fue elegido presidente de Uruguay en 2010. Entonces el chavismo aún no había acelerado su deriva, que se precipitó con la muerte de Chávez y el Gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, en la última década algunos de esos proyectos comenzaron a dar señales de agotamiento. Hubo un cambio en Argentina que se saldó después con el regreso del peronismo. En Bolivia Morales fue derrocado a finales de 2019 por la presión del Ejército en medio de acusaciones de fraude en las últimas elecciones, pero su partido, el Movimiento al Socialismo, acaba de recuperar el poder. En Brasil gobierna el ultraconservador Jair Bolsonaro y en Ecuador el candidato afín a Correa, Andrés Arauz, quien también participó en el homenaje a la Cuarta Transformación, aspira a ganar en 2021.
Con estas premisas en el mapa político latinoamericano, Mujica hiló una reflexión autocrítica y afirmó que “el progresismo en América Latina ha logrado algunas cosas en el reparto, pero no ha cambiado lo esencial”. “Tenemos que luchar por el concepto de un Estado responsable de las cuestiones sociales”, consideró el político. Entre los demás ponentes, Monedero invitó a profundizar en las tareas de los partidos-movimientos como Morena. “El neoliberalismo está muerto, pero mucha gente no lo sabe y por eso va a morir matando”, advirtió. Mélenchon, líder de Francia Insumisa y opositor al Gobierno de Emmanuel Macron, también incidió desde París en la cooperación de las organizaciones de izquierdas para “salir del peligro juntos”. “Nuestras victorias no son posibles sin ustedes”, añadió dirigiéndose a López Obrador y Mario Delgado, que acaba de tomar las riendas del partido mexicano. Este lo había fijado minutos antes como meta: “Hoy más que nunca debemos estrechar nuestros lazos y caminar unidas y unidos. Hoy está más vivo que nunca el sueño de Bolívar y del Che de forjar una América unida, una patria grande”.