El ‘caso Odebrecht’ se cobra al líder opositor en México y abre una nueva etapa en la derecha
La confirmación por parte de la Fiscalía de los presuntos sobornos que recibió el excandidato presidencial Ricardo Anaya para sacar adelante la reforma energética da un vuelco a la política
En México no existe el líder de la oposición. El portavoz del PAN en las Cámaras es distinto al candidato presidencial, no interpela al presidente en sede parlamentaria y tampoco dirige el partido. Se trata de un modelo copiado del estadounidense que ubicada al líder opositor al margen de los reflectores del día a día con la necesidad de hacerse un hueco en medio de la ‘grilla’ política diaria. Ese papel de líder de la oposición, sin embargo, lo ha desempeñado hasta ahora Ricardo Anaya, considerado el hombre mejor posicionado para...
En México no existe el líder de la oposición. El portavoz del PAN en las Cámaras es distinto al candidato presidencial, no interpela al presidente en sede parlamentaria y tampoco dirige el partido. Se trata de un modelo copiado del estadounidense que ubicada al líder opositor al margen de los reflectores del día a día con la necesidad de hacerse un hueco en medio de la ‘grilla’ política diaria. Ese papel de líder de la oposición, sin embargo, lo ha desempeñado hasta ahora Ricardo Anaya, considerado el hombre mejor posicionado para pelear por la presidencia en las elecciones de 2024. Su estrategia fue multiplicar su presencia en redes sociales y lanzarse a una larga gira por el país que se ha dado de bruces con la justicia y la mañanera.
La Fiscalía le acusa de recibir casi siete millones de pesos en sobornos de la constructora Odebrecht para aprobar la reforma energética en 2014 impulsada por Peña Nieto. A partir de ahí, anunció su exilio del país hasta que finalmente compareció vía Zoom ante un juez este jueves. Pero al margen de las repercusiones legales, la gravedad de la imputación- delitos que implican hasta 30 años de cárcel- el número de acusados- al menos 70 en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera- y los minutos que el presidente Andrés Manuel López Obrador le ha dedicado en las últimas ‘mañaneras’, hacen del caso Anaya un misil en la vida política del país y entre la oposición, al ver como el candidato de la derecha que logró 12 millones de votos en las últimas elecciones, coquetea con la posibilidad de convertirse en prófugo de la justicia.
El cambio de opinión al presentarse este jueves ante el juez confirman un errático discurso y los bandazos de una oposición política que no levanta cabeza desde la derrota de 2018 y no cuenta con nombres de peso capaces de reemplazarle. A pesar del tibio respaldo recibido de Vicente Fox y sus archienemigos Felipe Calderón y Margarita Zavala, quienes han puesto el acento en la utilización de las instituciones de López Obrador, otras destacadas voces de la derecha han levantado la ceja ante la maniobra del exilio.
Su propio partido, el PAN, ha tardado casi una semana en mostrar su apoyo a su candidato. Este jueves, la Comisión Permanente del partido conservador fundado en 1939, denunció el clima de polarización política y el “abuso de poder” desde la presidencia. “Cualquier señalamiento contra Anaya es un señalamiento para el PAN y para los mexicanos librepensadores que luchan por la democracia y el derecho a disentir”, dice su comunicado. Paralelamente, la embestida judicial, acompañada del aplauso presidencial, marca el tiempo político del país y la segunda etapa del gobierno de López Obrador quien mantiene aceptables niveles de popularidad y se frota las manos al ver como la presencia corruptora de Odebrecht en México decapita cualquier intento, tanto del PAN como del PRI, por levantarse.
Según el panista Marco Adame, exgobernador de Morelos, diputado y miembro de la comisión del partido, “Ricardo Anaya es víctima de la persecución política de López Obrador por haberle desafiado. Se está haciendo un uso de las instituciones judiciales como arma política para eliminar a los competidores. La atención presidencial es inusual y pretende desactivar a cualquier opositor con posibilidad de hacerle frente”, señaló en entrevista con EL PAÍS. Sobre la situación en que quedaría el partido en caso de que Anaya fuera encarcelado o decidiera marcharse del país, Adame señala que él solo es “uno más de los que quiere ser candidato”. Sobre el papel de la oposición conservadora durante estos tres años de gobierno de López Obrador, Adame reconoce que el papel del PAN ha sido “errático y desenfocado”. “No hemos recuperado del 2018 y el PAN ha estado en un proceso de reflexión para ser alternativa democrática hemos tenido triunfos y derrotas y habrá que seguir luchando”, dijo.
El diputado Jorge Arturo Espadas Galván, es de los que piensa que Anaya está saliendo victorioso del pleito con la presidencia al ver como le da una categoría hora no tenía. “Este ataque nos está haciendo más fuertes y nos está uniendo. Se trata de una descarada persecución contra rivales políticos, pero estamos más cohesionados que la semana pasada”, explica. “Estamos llevando esta nueva unidad al parlamento”, señaló a este diario. Sobre quien podría encabezar el partido en 2024, Espadas coincide en que Anaya “es uno más de los liderazgos”, pero esta crisis “ni va a matar a Anaya, ni va a matar al PAN”. Entre los “liderazgos capaces de sustituirlo” en la boleta electoral citó a Diego Sinhue, Maru Campos o el gobernador Francisco Domínguez, hasta ahora personajes desconocidos por el electorado.
Según un sondeo de la encuestadora Arias Consultores sobre los nombres preferidos de cara a la elección de 2024, en la que no estará López Obrador, dentro del PAN, Ricardo Anaya, encabeza las tendencias. El excandidato presidencial de 43 años tiene el 14.3%, por delante de la senadora, Lily Téllez, con el 6′5% de las preferencias entre el votante en general. Entre los simpatizantes del PAN, la imagen de Anaya roza el 47%.
Sin embargo, la irrupción de Odebrecht y las confesiones ante la Fiscalía de su hombre en México, Emilio Lozoya, han roto los equilibrios y hasta el momento hay 70 personas señaladas y diputados de todos los colores que podrían ser llamados a declarar en cualquier momento, entre ellos el expresidente Enrique Peña Nieto y su mano derecha Luis Videgaray.
Para el coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso, Juan Carlos Romero Hicks, el ataque contra Anaya es una violación flagrante del debido proceso “en el que López Obrador hace de ministerio público, de juez y de presidente” y criticó la falta de autonomía de la Fiscalía “estamos bajo un régimen enfermo que debilita las instituciones”. Hicks, sin embargo, se negó a dar su opinión a la decisión de Anaya de anunciar su exilio “y menos para ser publicada”, aclaró a este diario.
En la misma línea, el panista Raul Tortolero, también presidente del Movimiento Cristiano conservador latinoamericano y miembro del PAN, coincide en que los ataquen a Anaya han unido a la derecha y el mandatario “parece su jefe de prensa. Está permitiendo posicionarlo como líder de la oposición y dar a conocer en todo el mundo la persecución a opositores políticos en México”, señaló. Para Tortolero, “el exilio es una opción y un derecho Humano perfectamente entendible en este caso”. Sobre el papel del partido del que forma parte dijo “ha tenido problemas para ser competitivo y Morena ha ganado terreno. Para el próximo año quedarán pocos estados en manos de la oposición. Y no vemos cuadros en condiciones de ganar uno de ellos. Anaya era uno de ellos y por eso han querido despejar el camino”. Martín Arango García, secretario general del PAN insistió también en el respaldo absoluto a Ricardo Anaya y un repudio total al presidente. Sus declaraciones sonaban a nueva etapa en la que la oposición vuelve a ser oposición.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país