Raúl Martín del Campo: “El narcotráfico lava dinero a través de remesas, criptomonedas y compras por internet”
El miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU cree que se necesita más transparencia en el sector privado para evitar el blanqueo de capitales
La cantidad de dinero que lava el narcotráfico cada año en el mundo resulta inquietante. Y los mecanismos que utilizan, también. Una estimación de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas la cifra en 25.000 millones de dólares. El cómo varía con habitualidad. Raúl Martín del Campo, miembro del organismo internacional, asegura que con la llegada de la pandemia los cárteles se han volcado a internet, donde encontraron nuevos métodos para blanquear capitales. La prueba está, dice, en el trabajo que hace la Unidad de Inteligencia Financiera de México (UIF), que ha rastreado criminales en el último tiempo a través de transacciones con criptomonedas. Pese a la novedad, son los viejos mecanismos los que no dan tregua: en su mayoría el lavado de dinero se sigue haciendo a través de los bancos. Para dar una lucha que al menos parezca equitativa, asegura, se necesitan mejores regulaciones de transparencia.
Pregunta. ¿Cómo llegan al dato de los 25.000 millones de dólares al año?
Respuesta. Es una estimación que publica Reuters y viene de la UIF. Lo incluimos en el informe del 13 de marzo porque nos parece una cifra muy fuerte y queremos sensibilizar a los gobiernos. Ahora hay nuevos métodos que ha permitido las tecnologías y el internet y los gobiernos tienen la obligación de darle seguimiento a esos flujos financieros. Es una excelente manera de combatir al narcotráfico, porque al final del día es un negocio y si les pegas en la cartera les estás pegando donde más les duele. Hemos visto que las escaladas de violencia y la militarización tienen efectos muy dolorosos para la población. Entonces la inteligencia cibernética es lo que lo que puede dar una buena opción.
P. Dice nuevos métodos… ¿cómo lavan los cárteles esa cantidad de dinero?
R. Están incluidos antiguos y nuevos métodos. Los tradicionales son los bancos, los casinos, la compra de bienes, la creación de empresas fantasma, la compra de oro, diamantes o bienes inmuebles. Pero ahora se les suman nuevos sistemas de remesas, como Hawala, que tiene toda una serie de intermediarios de manera tal que el dinero pasa por muchas manos difíciles de rastrear. Están las criptomonedas y las compras en plataformas de Internet. Vemos un maridaje muy importante entre las criptomonedas y el lavado de dinero porque el espíritu de esas monedas es evitar ser identificados y la delincuencia organizada busca eso.
P. ¿Hay una estimación de cuánto lavan a través de criptomonedas?
R. Lamentablemente aún no. La ley mexicana que le está permitiendo rastrear los movimientos a la UIF es una ley reciente, que se promulgó en 2018, con la que apenas están empezando a encontrar esos datos.
P. ¿Siguen siendo los bancos el método que más utilizan los cárteles?
R. Posiblemente sí, por eso es que estamos pidiéndole a los gobiernos que promulguen mejores leyes de transparencia, que en general están mucho más enfocadas a los organismos públicos, pero hace falta una cultura de transparencia de lo que hacen bancos y las empresas. Se necesita más transparencia en el sector privado.
P. ¿Han investigado lo que se conoce como la uberización de la droga?
R. Nosotros llamamos la atención sobre dos cosas: el tráfico de drogas por internet y la promoción de drogas por influencers. Respecto a lo primero, levantamos una alerta sobre estos nuevos modus operandi que, a raíz de la pandemia, tuvieron un boom. Los carteles vieron la manera de adaptarse mediante plataformas de envío, a través del teléfono celular. En la cuestión de los influencers, nos preocupa ver cada vez más páginas web, blogs o videos de jóvenes hablando de sus experiencias positivas con las sustancias. Esto genera una normalización o glamourización del consumo en los adolescentes, que ven algo aspiracional, y plantea uno de los temas de mayor controversia de la actualidad: cómo regular las redes sociales respetando el derecho a la libertad de expresión.
P. ¿Cuáles son los aciertos de la política sobre drogas de este Gobierno?
R. México es uno de los cuatro países en el mundo junto con Canadá, China y Estados Unidos, que a la hora de hacer la regulación de las sustancias lo está haciendo de manera genérica, que es una de nuestras recomendaciones. Porque cada año hay entre 40 y 70 drogas nuevas, y si te pones a pelear en carrera con el narcotráfico, ellos van más adelantados. Así te adelantas tú un poquito. Además, México tiene una iniciativa para hacer una política de adicciones de género, que es importantísima porque una de cada tres usuarios es mujer.
P. ¿Y en qué falla o qué le falta?
R. México tiene un gran reto: es el vecino de el principal consumidor de drogas del mundo. Entonces necesita fortalecer el control sobre los puertos del Pacífico porque por ahí es por donde entran los precursores de fentanilo y de metanfetamina. Esto implica capacitar a los oficiales de aduana, quizás se necesite una ley que sea más ágil para poder hacer las investigaciones y uno de los grandes retos es la regulación de los envíos postales. Este último es un modus operandi nuevo: los cárteles se contactan vía internet con una compañía de químicos o fármacos de China o India y les piden una sustancia específica, estas empresas no saben o hacen como que no saben que esa sustancia es para producir drogas y entonces la mandan por correo. El narcotráfico ya no se necesita ni avionetas ni submarinos, sino un servicio de paquetería.
P. ¿Cree que la legalización de las drogas puede ayudar a combatir el narcotráfico?
R. Las convenciones internacionales permiten que los países despenalicen del consumo sin tener que llegar a un esquema de legalización que genera una industria privada. Un esquema de despenalización, en cambio, podría ofrecer mejores servicios de salud y tratamiento a los usuarios.
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