Embalses, ríos y lagos ofrecen entornos naturales privilegiados donde refrescarse y practicar deportes náuticos. Una alternativa al mar en la que no faltan ni los clásicos chiringuitos
De albercas naturales de origen volcánico en Madeira a un balneario centenario en Budapest o una pileta olímpica con vistas a Barcelona, una ruta europea de lo más refrescante