_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sátiro

Picasso se sirvió del cubismo para descuartizar el cuerpo de sus mujeres o someterlo a un contorsionismo sádico

Varios visitantes frente a 'Las señoritas de Avignon', de Pablo Picasso, en el MoMA de Nueva York.
Varios visitantes frente a 'Las señoritas de Avignon', de Pablo Picasso, en el MoMA de Nueva York.Robert Alexander (Getty Images)
Manuel Vicent

Picasso decía que si un cuerpo no cabe entero en un cuadro se le cortan las piernas y los brazos, y se colocan alrededor de la cabeza. Picasso se sirvió del cubismo para descuartizar el cuerpo de sus mujeres o someterlo a un contorsionismo sádico. Era la forma que adoptó para revelar el misterio femenino, que fue su principal obsesión estética. Tal vez a Picasso le gustaba imaginarse como un minotauro trasmisor de una formidable fuerza genésica; en cambio, su imagen más apropiada es la del sátiro con cuernos de chivo dedicado a perseguir ninfas por el bosque sustituyendo en este caso el caramillo embaucador por los pinceles. “Me gusta tu rostro, quisiera hacerte un retrato”. El rostro y el cuerpo femenino constituían su único paisaje. Cayeron en sus redes una tras otra las siete mujeres que compartieron todas las turbulencias amorosas del artista, Fernande Olivier, Eva Gouel, Olga, Marié-Thèrése, Dora Maar, Françoise Gilot y Jacqueline, cuyos cuerpos fueron asaltados y conquistados como bastiones. Si llevadas por el puritanismo galopante que envuelve hoy a la cultura estas siete mujeres formaran un tribunal, sin duda Picasso sería condenado por misógino, machista y maltratador. Pero llegado a este punto hay que preguntarse en qué lado de la balanza ponemos a Las señoritas de Aviñón, al Guernica y al resto de la obra de Picasso que en el fondo no es más que una neurosis insuperable frente a la mujer a la que adora, somete, ensalza, posee, libera y encadena sin que logre salir de ese laberinto. Françoise Gilot fue la única que lo abandonó; las demás se peleaban entre ellas y no hay nada que a un sátiro le excite más. Ahora, mientras el feminismo lo condena por machista y maltratador, puesto que el mercado no tiene moral, se da la paradoja de que cualquiera de las mujeres de Picasso que salen a subasta, las más troceadas y vulneradas, alcanzan la puja más alta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_