Las mujeres afrodescendientes se plantan contra el racismo
Varias de ellas cuentan cómo gracias a sus esfuerzos a través de la plataforma AfricanDescent y la ONG Movimiento por la Paz han empujado medidas contra la discriminación racial en Europa y Latinoamérica que pueden ser modelo a seguir
Una mujer negra agarra a su bebé con fuerza. Es de noche y la lluvia y el frío arrecian. Las olas del océano Atlántico se mueven con fuerza. La patera en la que viajan se tambalea, pero no pasa nada. Si se ha mantenido hasta ahora en pie, lo hará los escasos metros que quedan hasta tierra. La mujer mira a la orilla del nuevo territorio que se extiende ante ella: España. Aprieta contra sí a su hijo y piensa en todo lo que ha dejado atrás. Siente tristeza, pero también esperanza.
Esta narrativa, que se repite una y otra vez en las costas de este país y en tantas otras del mundo, es una de las miradas con las que en muchas ocasiones se representa a las mujeres afrodescendientes. Sin embargo, no es este su único relato. Hay muchos más. Con la misma legitimidad, sus historias son diversas. Desde las que hablan de mujeres que ya nacen en España, a las que relatan las vidas de las que se quedan en sus países de origen, las que son médicos, las que son cómicas, las que escriben libros o las que luchan por los derechos humanos ya sea aquí o en Nigeria, aquí o en Colombia.
Este último es el caso de las mujeres que dan voz a este texto. Isabelle Mamadou, Rachel Baseme y Esther Mamadou se dedican a luchar por los derechos de las personas africanas y afrodescendientes y gracias a ellas y a la ONG Movimiento por la Paz [de ahora en adelante MPDL], de la que forman parte, ha sido posible aprobar la primera proposición de no ley [de ahora en adelante PNL] contra la discriminación de la mujer negra no solo en España, sino en Europa.
Una proposición no de ley contra la discriminación de la mujer negra
El 15 de abril de este año, el grupo Compromís presentó en las Cortes Valencianas una PNL cuyo propósito era reducir las barreras estructurales a las que este grupo minoritario se enfrenta en la comunidad. La iniciativa, que quedó aprobada, contó con el apoyo de Unidas Podemos, así como con el del Partido Socialista del País Valenciano. Ciudadanos y Vox votaron en contra, mientras que el PP se abstuvo. Pero, ¿cómo se fraguó esta proposición?, ¿qué busca conseguir?
Esta PNL, que llega como resultado de un fuerte trabajo de incidencia por parte de Movimiento por la Paz, se presentó en 2019, el 25 de julio, “el Día de la Mujer Afrodescendiente”, señala Isabelle Mamadou, coordinadora del Equipo del Decenio Internacional para los Afrodescendientes en España y responsable de la ONG en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, añade, “no se pudo tramitar hasta 2021 por el estado de alarma, la pandemia..”.
El Día de la Mujer Afrodescendiente se celebra en la comunidad desde el año 2017, siendo aquella vez la primera de la historia en la que se celebró oficialmente el día en el país. Así, desde Movimiento por la Paz, cada año la jornada se aprovecha para visibilizar y concienciar sobre la realidad de las mujeres negras. “Desde el primer momento invitamos a representantes de los distintos partidos políticos y en ese espacio dialogamos y hablamos un poco de nuestras demandas”, comenta Mamadou.
La portavoz adjunta de Compromís Mónica Àlvaro, que estuvo presente en la celebración aquel 2019, lo cuenta desde su propia óptica: “Recuerdo que era el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente. Yo soy la portavoz de igualdad de las Cortes, y pensamos que era el momento de visibilizar a estas mujeres, no como víctimas, sino como personas con derechos”. Fue entonces cuando el grupo político decidió lanzar la propuesta.
“A partir de ahí, se presenta esta proposición de no ley y hacemos un seguimiento, acompañamiento y orientación de las instituciones valencianas para que las políticas y las medidas que implementen tengan esa perspectiva no solo de género, sino también étnico-racial”, declara Isabelle Mamadou.
Un decenio para proteger a las personas afro
El Decenio Internacional para los Afrodescendientes es un periodo proclamado desde Naciones Unidas que comprende los años de 2015 a 2024. Su intención es la de centrarse en proteger los derechos de las personas afro, reconociendo sus aportaciones y la preservación de su rico patrimonio cultural. Por otra parte, el Plan de Acción de la Unión Europea contra el racismo y la discriminación, presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en 2020, presenta una serie de propuestas que pretenden garantizar la igualdad entre todos los ciudadanos y se insta a aplicar en los Estados miembro.
Uno de los objetivos que persigue la aprobación de la PNL es el de dar una mayor visibilidad a las realidades de las mujeres negras en España
La PNL aprobada en la Comunidad Valenciana lo que realmente pretende es añadir la perspectiva de género a estos planes que ya no hace falta diseñar, simplemente poner en marcha, entre los que también se encuentra la Estrategia Valenciana de Migraciones 2021-2026. “El Gobierno valenciano tiene ahora seis meses para responder y decir qué medidas va a adoptar dentro de esa solicitud general que se hace”, señala Isabelle Mamadou. Esther Mamadou, experta en migraciones forzadas y también parte del equipo del Decenio, apunta que “obviamente pedimos que se implemente todo el plan de acción y el Decenio, pero es porque apuntas alto para intentar que se implemente algo”.
Otro de los objetivos que persigue la aprobación de la PNL es el de dar una mayor visibilidad a las realidades de las mujeres negras en España, con la intención de que tenga un efecto multiplicador y sirva de precedente para otras comunidades. “Lo que ya no sé desgraciadamente es si el Gobierno de España se va a dar por aludido o no. Yo espero que sí”, comenta Mónica Àlvaro, visiblemente contenta tras la aprobación de la medida.
¿Cuántas personas afrodescendientes hay en España?
En España sabemos, gracias al INE, y otros que en 2019 vivían unos 750.000 inmigrantes africanos o afrodescendientes. Sabemos que la brecha salarial de género en 2019 se situaba en el 11,9% según Eurostat. Sabemos que más de 22.900 personas no tenían hogar en ese mismo año. Gracias a estas cifras se puede poner número a muchas situaciones. Se puede hacer tangible un problema y buscarle solución. Sin embargo, no podemos saber cuántas personas afrodescendientes disponen de la nacionalidad española. No podemos calcular el porcentaje de mujeres afro que se dedican a los trabajos de limpieza. No podemos contabilizar cuántas de ellas acceden a la educación superior porque no existe un censo étnico.
Y es que, si bien es cierto que algunos estudios calculan que hay entre uno y dos millones de personas afro en España, lo hacen desde la sociedad civil, pero no desde instancias oficiales. De hecho, según señaló el informe de 2018 del Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes acerca de su misión en España, “el personal del INE indicó que no pedía datos sobre la procedencia étnica o la raza”.
De esta forma, resulta difícil visibilizar con datos en mano las barreras institucionales a las que las mujeres negras se enfrentan. Así, ya hablamos de una primera barrera, esa que impide la concreción de un problema para su posible resolución. Existe un censo para contabilizar el número de mascotas que sufren maltrato al año, pero no uno para contabilizar el número de personas negras en España. A pesar de la carencia de estadísticas, las calles hablan.
Existe un censo para contabilizar el número de mascotas que sufren maltrato al año, pero no uno para contabilizar el número de personas afrodescendientes en España
Rachel Baseme, psicóloga y también colaboradora del Decenio, habla de barreras en el acceso a la salud, al trabajo y a la vivienda. “Cosas básicas que todos deberíamos tener”, señala. Para Isabelle Mamadou la barrera empieza en la educación: “Las escuelas no incluyen en su plan de estudios la historia de África ni la historia de las personas afrodescendientes”. Así, los planes de estudio ignoran la estrecha relación de España con la colonización, la raza negra de muchos de los fenicios y los árabes –representados habitualmente como blancos– o el origen africano de palabras como mandanga o mamarrachada.
“Cuando hablamos de mujeres afro también entra en juego el estatus migratorio”, apunta Esther Mamadou. “Hay barreras institucionales que afectan a la población en general, pero hay barreras que afectan a la población que no tiene permiso de residencia y de trabajo en España”. Así, comenta la también coordinadora del Programa de Asilo y Protección Internacional de Movimiento por la Paz, muchos de los migrantes terminan dedicándose al trabajo informal. En el caso de las mujeres, donde entra en juego además el género, “las vías de acceso al empleo hacen que se reproduzcan los roles dentro del patriarcado”. Muchas de ellas acaban dedicándose al cuidado de otras personas o a la limpieza en ámbitos mucho más privados y vulnerables.
El censo étnico en América Latina
En la región de América Latina las barreras mencionadas anteriormente cobran forma de porcentaje. Así, es posible saber, según señala el documento Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe: deudas de igualdad, que “en Ecuador, una de cada cinco mujeres afrodescendientes se encuentra ocupada en el trabajo doméstico remunerado y en Costa Rica, Brasil, Nicaragua y Honduras, más de un 10% de éstas se desempeñan como trabajadoras domésticas”.
El informe también indica que, por ejemplo, en Uruguay el porcentaje de mujeres negras que se enfrenta a la violencia de género en el ámbito social es de un 43,7% frente a un 35,3% en el caso de las no afros –por otro lado, ambas cifras temibles–. La diferencia es mucho mayor en el ámbito educativo, donde las mujeres negras sufren un porcentaje de violencia de más del doble respecto a sus compañeras. En este caso, es posible conocer los datos gracias a la existencia del censo étnico, que se ha implantado en al menos 12 Estados y se espera aumentar la familia con los años. Tras la implantación del censo en estos países está la acción, de nuevo, de un grupo de mujeres afrodescendientes.
El valor de las redes de mujeres
En este caso el impulso viene desde muchos años atrás. Concretamente desde el año 1992 y, posiblemente, desde antes. La responsable es la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, la primera red regional que se creó en América Latina sobre personas afrodescendientes. Nació, según indican, “como parte del cuestionamiento y la ausencia de las mujeres afrodescendientes al interior del movimiento feminista”. Asimismo, fue también esta red la que estableció el 25 de julio como el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente.
Paola Yañez, coordinadora general de la red, comenta que “en estos 29 años de trayectoria el trabajo de la red ha sido fundamental en la visibilización de las condiciones específicas de las mujeres afrodescendientes, pero también en poner sobre la mesa de diálogo los derechos humanos en todo lo que tiene que ver con la afrodescendencia”. La coordinadora, que afirma estar muy orgullosa del cometido y los logros de la entidad, señala que la influencia del organismo es internacional, aunque sobre todo inciden en la región de Latinoamérica: “Siempre somos parte de los procesos consultivos hacia afrodescendientes, sobre cualquier política que se vaya a integrar”.
Sobre el censo étnico, del que la coordinadora cree que aún queda mucho por conseguir, Yañez asegura que es un trabajo que les ha permitido visibilizar el racismo. “Ha sido un ejercicio de identificación que nos ha permitido generar datos e información sobre la población afrodescendiente y tener una mirada sobre lo que estaba pasando”, apunta.
“Cuando reconoces que el trabajo asalariado del hogar no es solo un tema de clases, de género, sino que también está ligado a la raza, creo que obliga a pensar en otras formas de generar empleo para las mujeres afrodescendientes”, continúa la coordinadora. “Entonces, creo que pasa por eso, por cómo vamos transformando el sistema a través de tener esa evidencia que nos proporcionan los censos étnicos”, concluye.
Día de la Mujer Afrodescendiente
Apenas quedan unas semanas para el 25 de julio, Día de la Mujer Afrodescendiente. Una vez más la ONG Movimiento por la Paz organizará el acto en la Comunidad Valenciana. “Habrá campaña de difusión y acto conmemorativo”, comenta Isabelle Mamadou. Pero, desvela, el elemento central este año será la publicación del estudio Mujeres africanas y afrodescendientes en España: análisis de los factores de discriminación en el acceso a la salud, la educación, el empleo, la vivienda y los servicios sociales, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Para Paola Yañez este día es especialmente importante: “Primero, hemos sido nosotras las que hemos creado el día y, además, también es la fecha de nuestro aniversario”. La coordinadora de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora señala que para ellas es un día que les permite abordar con mayor énfasis la situación sobre las mujeres afrodescendientes y medir los avances. “Nosotras elegimos cuándo iba a ser nuestro día y esto no vino de Naciones Unidas, no vino de ningún organismo… Fuimos nosotras y tiene un valor especial”.
Eva Gruss periodista y colaboradora del Equipo de Implementación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes en España.
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