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Un safari sin ruido de motores es posible en Kenia

Los coches eléctricos pueden transformar la experiencia de los visitantes en sitios como la reserva natural de Masái Mara

Kenia Coches Eléctricos
Coche eléctrico en un safari en Masái Mara (Kenia).Zeynab Mohammed

La quietud es esencial en la sabana: con ruido, las cebras se espantan, los elefantes desaparecen. Y los safaris a menudo llevan a los parques naturales todo lo contrario, ajetreo y ruido: solo hace falta recordar el vídeo del año pasado en el que 15 todoterrenos persiguen a un grupo de ñus y cebras en la reserva natural de Masái Mara, en Kenia. Pero quizá haya un futuro posible más respetuoso para la industria turística africana.

En Masái Mara, unos pocos alojamientos para turistas han empezado a usar flotas de vehículos de safari eléctricos. Uno de ellos es el campamento Emboo River Camp. William Ole Santian, uno de los cofundadores, asegura que sus huéspedes internacionales llegan atraídos por la idea de “un safari tranquilo”. Y opina que, además, la transformación de sus Land Cruiser diésel en vehículos de safari eléctricos ha ayudado al negocio. “Tomamos esta decisión no solo porque queríamos revolucionar la experiencia del safari, sino porque queríamos proteger el medio ambiente. Sin embargo, la decisión vino bien durante la pandemia, cuando el combustible escaseaba y muchos campamentos no podían disponer de él debido a los toques de queda y a las restricciones de movimiento en Kenia”, asegura. Los mecánicos tardan entre 10 y 14 días en transformar los viejos coches diésel, sustituyendo los motores por motores eléctricos e instalando un sistema de gestión de baterías (con las que estos coches tardan en cargarse unas ocho horas). El coste total: casi 28.000 euros, una inversión que se recupera en dos o tres años, asegura el dueño del alojamiento.

La industria del coche eléctrico está apenas dando sus primeros pasos en África. Sudáfrica, que tiene el mercado de movilidad eléctrica más avanzado del continente, contaba en 2022 con alrededor de 1.000 vehículos eléctricos, de una flota total de 12 millones de automóviles, según datos gubernamentales, aunque el objetivo es llegar a los 2,9 millones en el año 2050. El número de vehículos eléctricos en Kenia es mínimo: unos 350, frente al número total de vehículos registrados en el país, de unos 2,2 millones, pero el objetivo del Gobierno es que los vehículos eléctricos representen el 5% de todas las importaciones de automóviles de aquí a 2025. Para ello ha anunciado que reducirá los aranceles a la importación de vehículos eléctricos a la mitad, del 20% al 10%. Otros países del continente van por el mismo camino: Ghana, Ruanda, Seychelles y Mauricio también han reducido o eliminado los aranceles a la importación.

Carga de un coche eléctrico.
Carga de un coche eléctrico.Zeynab Mohammed

Roam Motors, una empresa de movilidad eléctrica en Nairobi, ha transformado vehículos eléctricos de safari para 15 campamentos en Kenia y trabaja en un autobús eléctrico de 51 plazas en un programa piloto. “El futuro del transporte público pasa por los vehículos eléctricos. El potencial sin aprovechar es enorme y podría crear un sector mucho más sostenible en el que, por ejemplo, un operador gane el doble de lo que ganaba antes en un día”, asegura el ingeniero de Roam Motors, Lumbi Muchui.

Uno de los retos para que el sector del vehículo eléctrico despegue es que existan suficientes puntos de carga. En 2021, la compañía de energía pública de Kenia anunció un proyecto para instalar puntos de carga de vehículos eléctricos a lo largo de las principales carreteras y centros comerciales de todo el país. La distribuidora de electricidad se suma a la empresa keniana de generación de electricidad KenGen, que también ha anunciado sus planes de invertir en la red, con el objetivo de hacerse con una nueva y lucrativa fuente de ingresos.

Durante la COP 26 en Glasgow, Kenia, junto con otros 30 países, se comprometió a normalizar los vehículos de cero emisiones, garantizando que sean accesibles, asequibles y sostenibles a más tardar en 2030 en los países líderes del mercado, y en 2040 en el resto del mundo. Antes tocará sobreponerse a la escasez de infraestructuras y al alto precio de los coches eléctricos. De media, un coche no eléctrico en Kenia ronda los 2.900 dólares (unos 2.700 euros), frente a los 37.000 dólares (34.200 euros) de uno eléctrico.

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