El necesario ascenso de la tecnología sanitaria africana
Las oportunidades de crecimiento en el ámbito de la innovación en salud en África son enormes, pero los emprendedores deben estudiar los éxitos y fracasos del pasado, a fin de ver qué funciona y qué no en el continente
Los sistemas sanitarios de África padecen graves ineficiencias. Los países del continente se enfrentan a interrupciones de los insumos médicos, de las cadenas de suministro de medicamentos, de la prestación de servicios sanitarios de proximidad, del almacenamiento y análisis médico de datos, y de la obtención de fondos. Pero las innovaciones en telemedicina, drones, análisis de big data, dispositivos y administración de la información han abierto la posibilidad de soluciones asequibles y eficaces que prometen mejorar los resultados sanitarios generales.
En los últimos años, las tecnológicas sanitarias africanas han experimentado un notable crecimiento. Solo en 2020 más de 40 empresas emergentes del sector recibieron financiación de serie A. Entre las firmas recientes cubren una variedad de ámbitos relacionados con la salud, incluidas la secuenciación genética, el aprovisionamiento de medicamentos y la alfabetización en salud.
El futuro de la atención sanitaria en África depende de la innovación. Ahora los emprendedores y los gobiernos deben sostener el impulso
Las oportunidades de crecimiento son enormes. Pero para que las compañías de tecnologías sanitarias prosperen, los emprendedores deben estudiar los éxitos y fracasos del pasado, a fin de ver qué funciona y qué no en el contexto africano.
Wisepill, fundada en 2007 en Sudáfrica, es uno de los ejemplos de empresas exitosas más tempranas. Desarrolló un recipiente de medicamentos que avisa a los usuarios a través de sus teléfonos móviles cuando se olvidan de tomarlas. Además, advierte al médico o investigador. Múltiples estudios en Sudáfrica y Uganda demuestran que Wisepill mejora en más de un 90% los índices de adherencia a los regímenes medicamentosos.
Wisepill tuvo éxito porque se mantuvo centrada en el problema que se proponía solucionar. El caso de Meditell, una emergente nigeriana que también quería mejorar la continuidad de los tratamientos farmacológicos, plantea la necesidad de una mayor cautela. Sus fundadores desarrollaron un software que permitiría a los hospitales el envío de mensajes de texto a los pacientes para recordarles que se tomen sus pastillas. Para atraer interés en el producto, entablaron complejas negociaciones con sistemas de seguros y compañías farmacéuticas. A medida que Meditell intentaba modificar su producto para satisfacer las exigencias de estos potenciales clientes, se fue alejando de su objetivo inicial y acabó por fracasar.
Es posible que las firmas tecnológicas sanitarias africanas se vayan ampliando si comienzan con un tamaño pequeño, crecen lento y responden a los clientes que ya tienen. El software de información sanitaria por distrito (DHIS), que administra datos de salud, comenzó registrando información de pacientes en su plataforma en tres pequeños distritos de Sudáfrica. A medida que iba creciendo el interés, sus programadores ampliaron sus características y mejoraron su usabilidad en distintos contextos. Hoy la plataforma se ha adoptado en 73 países.
Los emprendedores de emergentes tecnológicas sanitarias de África han demostrado un notable talento para aprovechar al máximo sus recursos disponibles. A mediados de la década del 2000 no estaba generalizada la conectividad a internet, cuando los fundadores de Frontline SMS se propusieron mejorar las comunicaciones entre los trabajadores sanitarios comunitarios y el personal de los hospitales. Adaptándose a las limitaciones de infraestructura, desarrollaron un programa para pasar información mediante la simple tecnología de mensajes de texto, que también se podía utilizar para enviar imágenes de muestras de sangre tomadas con una cámara básica de teléfono, permitiendo así que se diagnosticara a pacientes sin que estos tuvieran que desplazarse a un centro médico.
Los emprendedores de emergentes tecnológicas sanitarias de África han demostrado un notable talento para aprovechar al máximo sus recursos disponibles
Menos de una generación más tarde, esas limitaciones a las firmas tecnológicas sanitarias africanas están desapareciendo con rapidez. Hoy, África tiene una de las más altas tasas de penetración de internet y telefonía móvil del mundo. Y la respuesta a la covid-19 ha propagado la innovación –y la inversión– en el sector. La tecnología sanitaria en África atrajo en 2020 más financiación que nunca antes.
Las emergentes africanas de este ámbito pueden crecer con rapidez porque a menudo los sistemas sanitarios del continente enfrentan desafíos parecidos. Si un proyecto funciona bien en un país, puede imitarse velozmente en otros. Por ejemplo, el pionero en telesalud mPharma, fundado en Ghana, recibió hace poco fondos para crear 100 clínicas virtuales en siete nuevos mercados.
Para fomentar este tipo de innovación y crecimiento, los gobiernos africanos deben desarrollar y sustentar políticas que estimulen la innovación en tecnologías sanitarias. Sobre todo, eso implica señalar a los desarrolladores las reglas claras y el entorno de funcionamiento estable que necesitan para atraer capital “paciente”. Y los ministerios de salud deberían usar sus plataformas para difundir que trabajo que se esté haciendo.
Por su parte, los fundadores de estas empresas emergentes deben identificar brechas e insuficiencias que se puedan solucionar con nuevas tecnologías. Y para atraer usuarios y el apoyo de los gobiernos, se deben centrar inevitablemente en soluciones que hagan su tecnología accesible y asequible, y trabajar de manera constante para beneficiar a los usuarios.
El futuro de la atención sanitaria en África depende de la innovación. La adopción de una nueva tecnología puede crear oportunidades para mejorar la alfabetización en salud y el acceso a la atención para todos los africanos. La pandemia fue un catalizador del crecimiento de la tecnología sanitaria en el continente. Ahora los emprendedores y los gobiernos deben sostener el impulso.
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