Nuevas maneras de intervenir el espacio en un asentamiento urbano en India
Una iniciativa pionera en un barrio de Ahmednagar, en el estado de Maharashtra, propone reurbanizar con una visión centrada en la comunidad local y atendiendo a las necesidades de cada familia
India se enfrenta a un elevado déficit habitacional, rozando los 47 millones de viviendas, según datos de Habitat for Humanity. Adicionalmente, más de 93 millones de personas viven en barrios marginales sin acceso a agua potable, saneamiento ni seguridad de arrendamiento. Como consecuencia de las circunstancias socioeconómicas, muchos habitantes de estas zonas suelen ser descartados como beneficiarios de iniciativas, programas y proyectos gubernamentales y necesitan la ayuda de profesionales independientes o entes de voluntariado para mejorar sus condiciones habitacionales.
Un caso interesante es el del asentamiento urbano de Sanjaynagar, situado en la ciudad de Ahmednagar, en el estado indio de Maharashtra, donde 298 familias que ocupan dos hectáreas de terreno municipal han sido elegidas para implementar un ambicioso programa de viviendas promovido por el estudio Community Design Agency. Se trata de una iniciativa pionera que nació en 2018, y consiste en reurbanizar parte del asentamiento con una visión centrada en la comunidad local. Porque, a pesar de que en sus 40 años de historia muchos de los vecinos han podido acogerse a varios programas gubernamentales de vivienda, ninguno ha atendido realmente sus necesidades.
Tal y como asegura la arquitecta Sandhya Naidu Janardhan, directora y fundadora de Community Design Agency, el modus operandi para intervenir en este tipo de asentamientos siempre ha seguido el mismo patrón: un grupo de burócratas sentados en sus despachos dictaminando lo que hay que hacer. Sin embargo, el panorama cambia radicalmente cuando uno observa desde cerca a los residentes del sector: el modo en el que se crean espacios compartidos, cómo se resuelven los conflictos que surgen de estos y cómo son capaces de convivir, puesto que se descubre que estos barrios son muy ricos en resiliencia y cohesión social.
El mayor reto de las ciudades indias es, sin duda, el espacio. A pesar de que este es considerado una limitación, los moradores de Sanjaynagar han demostrado cómo el hecho de diseñar fuera de lo común puede ayudar a los profesionales a abrir nuevas maneras de entender la arquitectura y replantear, incluso, el significado de la palabra habitar. Por experiencia, cuando los arquitectos y planificadores urbanos trabajamos con este tipo de comunidades vulnerables, solemos introducir ineficiencias en muchos aspectos porque estamos condicionados a diseñar lo que nos parece correcto. Por ejemplo, proyectar dos estancias –la sala de estar y el comedor–, en vez de plantear un único espacio para cocinar, comer y estudiar; o colocar el baño dentro de la vivienda en vez de en el exterior.
Los habitantes de Sanjaynagar han demostrado cómo el hecho de diseñar fuera de lo común puede abrir nuevas maneras de entender la arquitectura
En este caso, este programa trabaja con la ONG Snehalaya y busca construir viviendas flexibles y seguras para los residentes de Sanjaynagar, demostrando que la importancia de la participación y de la vida comunitaria son vitales en los procesos de desarrollo de este tipo de proyectos. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Curry Stone y está también subvencionada por el programa gubernamental Pradhan Mantri Awas Yojana (PMAY). Además, los vecinos están representados por el Comité de Barrios Marginales de Sanjaynagar, en coordinación con la Corporación Municipal de Ahmednagar.
Para formar parte de este proyecto, cada familia debe contribuir con un lakh –lo que equivale a 100.000 rupias, es decir, 1.231 euros– en la construcción, y tiene la opción de pagar más para construir servicios adicionales en sus viviendas. Cada vivienda es de 28,4 metros cuadrados y consta de una sala de estar, cocina, un dormitorio con baño integrado y un balcón; pero tal como se explica en la web de la agencia, es posible personalizar la vivienda acorde a las circunstancias individuales del propietario.
Como comenta la arquitecta encargada, “hay un caso concreto en el que una madre y sus tres hijos cumplían los requisitos para acceder a una casa. Sin embargo, todos los hijos tenían familia. Les dimos la opción de conectarse a través de una escalera interna, así que mantuvimos las unidades familiares juntas. Solo necesitaban una cocina para todos, lo que significaba que dos de ellas podían reutilizarse para cumplir otras funciones. La matriarca tenía una tienda, y pidió que su cocina se convirtiera en un escaparate, con un mostrador y una sección de almacenamiento. La segunda se convirtió en una sala de estudio”.
Este proyecto puede recordarnos al conjunto de viviendas sociales Quinta Monroy, diseñado por Alejandro Aravena en la ciudad de Iquique (Chile), donde cada una partía de 36 metros cuadrados construidos y podía crecer hasta los 72. Sin embargo, la diferencia fundamental es que esta iniciativa india está íntegramente implementada y diseñada desde dentro de la comunidad.
A pesar de que por ahora únicamente se han entregado 33 apartamentos, el equipo tiene por delante una importante campaña de recaudación de fondos, ya que, como consecuencia de la pandemia y los retrasos en la construcción debido a las fuertes lluvias, los costes han aumentado casi un 40%. Sin embargo, mientras este proyecto se está llevando a cabo, se está codificando todo el proceso para poder convencer a los gobiernos de introducir cambios severos en su política, puesto que la idea de diseñar desde arriba no funciona.
El proyecto es particularmente interesante porque replantea el proceso de intervención en barrios vulnerables en la India, propone un diseño desde dentro, pone en valor la necesidad de cambio por parte de los entes de poder y realza la inquietud y el debate político sobre cómo vivir mejor en comunidad.