“La oficina antidesahucios es mi mesa. Llamo yo al banco y los paro”
El exministro de Felipe González, con una apabullante mayoría absoluta en Vigo y más de 30 años de carrera, anima a los partidos emergentes a aprender de su "nueva política"
El alcalde de gran ciudad más votado de España en las elecciones del cambio es un exministro de Felipe González que se sentó por primera vez en un escaño del Congreso en 1982. El socialista Abel Caballero (Ponteareas, 1946) pide a los suyos y a los partidos emergentes que miren a Vigo porque es allí donde se está haciendo "la nueva política". Se levanta "todos los días a las siete de la mañana para comerse la ciudad" y en sus ocho años de regidor en Vigo, primero en coalición y luego en minoría, no se ha cogido "ni un solo día de vacaciones". "Aguanto y todo funciona", resume tras obtener su primera y apabullante mayoría absoluta con el 52% de los votos 17 de los 27 concejales. Propulsado por su triunfo, advierte ya que será candidato a la reelección en las próximas elecciones y, si gana, en las siguientes: "La limitación de mandatos es una muy mala medida".
Pregunta. ¿Qué ha pasado en Vigo para que en las elecciones con las mayorías absolutas más cotizadas logre usted una tan aplastante?
Respuesta. Vigo tuvo el mejor resultado para un partido en las cien primeras ciudades de España y porque no hemos mirado más. En los últimos ocho años hemos elaborado un proyecto a través de un diálogo físico y permanente con toda la ciudad. Yo voy todas las semanas a las tres cadenas importantes de radio y abro micros media hora. Una hora a la semana estoy en las cadenas de TV con una audiencia de 100.000 personas. Esto es la nueva política.
Los nuevos partidos que vengan a Vigo y entenderán algunas cosas
P. En Vigo han pasado las mismas cosas que en el resto de España: la gente se ha empobrecido y usted ha llevado a un imputado en las listas.
R. Correcto. Pero le hicimos frente a la crisis. Abrimos un albergue y pagamos 1.000 alquileres [a personas sin recursos]. Aquí no hay desahucios. La oficina de desahucios es la mesa del alcalde. Si es de un banco, llamo yo personalmente y paro al banco. Paramos todos los desahucios. Si es un particular, pagamos el alquiler. Pagamos la luz a 800 familias y damos 800 tarjetas de crédito a familias sin recursos para su alimentación. Aquí no duerme nadie en la calle desde que soy alcalde.
P. Hay denuncias de que los servicios sociales están colapsados y que los expedientes de rentas sociales se acumulan.
R. ¿Quién lo dice? Se llama Izquierda Unida.
P. Lo denuncian colectivos sociales.
R. Claro, IU disfrazada de asociaciones. En el barrio de la asociación que dice eso [el distrito populoso y obrero de Coia] tuvimos el 54% de los votos. ¿Cuánto tuvo IU? El 12%. ¿Cuánto tuvo el PP? 17%. Son mentiras de grupos políticos que han quedado pulverizados.
P. ¿Qué le aconseja a sus compañeros de partido tras su éxito?
R. Yo no aconsejo nada a nadie, tengo unos compañeros magníficos. Aquí tenemos un modelo que es la nueva política. Esos que entran ahora en la política en nuevos partidos que vengan a Vigo y entenderán algunas cosas. Yo antepongo la ciudad a cualquier cuestión política o ideológica. Cuando alguien de mi partido nos apoya, como está haciendo Pedro [Sánchez], es un campeón; pero cuando alguien se pone enfrente como hizo [Joaquín] Almunia [oponiéndose al tax lease del naval], lo declaramos persona non grata.
De Podemos sabemos poco. Es [Julio] Anguita un poco ampliado.
P. ¿Qué responsabilidad tiene Alberto Núñez Feijóo en el batacazo que se dio el PP en Vigo el 24-M?
R. Toda. Hizo de su lucha contra Vigo una de sus banderas políticas.
P. ¿Por qué va a atacar Feijóo a una ciudad? Le atacaría a usted…
R. Claro, pero la ciudad depositó en mí la confianza para defenderla y por pelearse con Abel Caballero atacó duramente a Vigo. Nos quitó una caja de ahorros [por Caixanova]. Pactó con Gallardón quitarnos el partido judicial pero le ganamos. Nos impuso un hospital privado. Apoyó a otros aeropuertos y castigó al de Vigo. Feijóo siguió la vieja política, que es considerar que Galicia solo es Santiago y A Coruña, pero la Galicia de la modernidad se llama Vigo. El derrotado fue Feijóo.
P. ¿Lo ve sucediendo a Rajoy?
R. Feijóo se presentó indirectamente a una alcaldía como la de Vigo: quien iba en su contra sacó el 52% [de los votos] y él el 20%. No sé si ese es un buen aval para ir a algún sitio.
P. ¿Qué le responde a quienes lo acusan de localista y populista?
R. Le tendrían que decir lo mismo a Pasqual Maragall por conseguir las Olimpiadas para Barcelona, o a Tierno Galván, o a Paco Vázquez. Yo hago lo mismo en Vigo porque es la función de un alcalde.
P. Dígame tres ejemplos de demandas prioritarias por las que luchará con la fuerza que le han dado las urnas.
R. Del Gobierno de España reclamaremos que no puede dejar sin AVE a la cuarta ciudad industrial y la 14º en población.
P. El AVE pasa por Santiago desde Ourense y no va directamente a Vigo. ¿Tanta diferencia hay?
R. Eso se tiene que hacer porque en el futuro será un AVE Oporto-Vigo-Madrid. Son tres cuartos de hora que son claves en alta velocidad. A lo mejor no se tiene que hacer ahora pero los proyectos requieren tiempo. A la Xunta le pedimos un área metropolitana como la de Barcelona. Y que no se prime a otros aeropuertos [por los de A Coruña y Santiago] con ayudas públicas contra el de Vigo, que funciona con el mercado. Vigo es una fuerza de la naturaleza, tiene una industria de la automoción que compite con los mejores del mundo, la industria naval privada más importante de Europa y la pesquera de altura más importante del mundo.
P. ¿Cómo ve al PSOE en España y en Galicia?
R. En España lo veo recuperándose y generando ilusión. Ya sabemos que Pedro Sánchez va a ser candidato y no sabemos qué pasará con Rajoy, hay más certeza en el PSOE que en el PP y tenemos más poder institucional. El PSdeG está en ese camino pero le queda un poquito más de tiempo. La eclosión extraordinaria de Sánchez en España está sucediendo también en Galicia pero las elecciones autonómicas serán dentro de tiempo [en 2016]. Hay un escenario político nuevo con un giro a la izquierda muy marcado y la gente quiere que esa izquierda la vuelva a liderar el PSOE.
P. ¿Debe girar también a la izquierda el PSOE?
R. ¡No! Está en el sitio perfecto, donde siempre, en el socialismo. No tenemos que estar en la izquierda comunista de IU o Podemos.
Yo voy todas las semanas a las tres cadenas importantes de radio y abro micros media hora
P. ¿Han estado siempre ahí?
R. Siempre ocupamos el centroizquierda, donde se sitúa la mayoría de la población española. En las últimas generales [el electorado] se movilizó hacia la derecha porque la visión de la crisis culpabilizó a la socialdemocracia. Pero las cosas vuelven a su sitio porque la gente ya sabe que la crisis gobernada por la derecha es infinitamente más dura que la gobernada por Zapatero. Yo estudié con los discípulos de Keynes en Cambridge y para salir de la crisis se necesita cooperación activa desde la crisis. Zapatero pensó que la crisis iba a ser más corta y primero no recortó. Pero luego se alargó y el conservadurismo de Europa le marcó otra senda. Por eso tiene que ganar ahora la socialdemocracia en España, para ganar esa batalla en Europa. El Banco Central Europea ya ha tenido que girar.
P. ¿Es un buen aliado Podemos para hacer más fuerza?
R. No lo sé porque de Podemos sabemos poco. Es [Julio] Anguita un poco ampliado. Habrá que ver si son fiables, han cambiado sus posiciones a velocidad de vértigo.
P. ¿Son las mareas una amenaza al bipartidismo en Galicia?
R. En Vigo no. Si Vigo demostró que no, será posible demostrarlo en el resto de Galicia.
P. El golpe en tradicionales bastiones socialistas como A Coruña y Santiago ha sido duro. Han rebajado al PSdeG a tercera fuerza.
R. Hay un modelo para pararlos, el de Vigo. Aquí el PSOE logró tantos votos como las mareas en A Coruña, Santiago y Ferrol juntas.
P. En los dos mandatos anteriores gobernó en coalición y en minoría sin ser la lista más votada. ¿Qué opina de las críticas del PP a estos modelos?
R. Gobernar en coalición, si se hace bien, es extremadamente estable.
P. Su socio de entonces, el BNG, se ha quedado fuera de la corporación.
R. Porque se equivocaron no entrando en el gobierno. Se presentaron para que gobernásemos juntos si no había mayoría y luego dijeron que no. Si hubieran seguido con nosotros hoy en Vigo no habría mareas y habría Bloque.
P. ¿Están sus aspiraciones políticas colmadas con la alcaldía de Vigo?
R. Totalmente. Yo podría pensar en optar a la Xunta, en irme a Madrid… No, lo único que me planteo es ser alcalde de Vigo. Me presentaré a las siguientes y si las gano, seguramente a las otras.
P. ¿No está de acuerdo con la limitación de mandatos?
R. Es una muy mala medida. Los ciudadanos votan, ¿por qué hay que limitar un mandato? Yo compito abiertamente. A mí me votó el 52% de los ciudadanos en una ciudad de 300.000 habitantes, ¿por qué no me puedo presentar? Es distinto en un sistema presidencialista como el de Francia o EE UU porque hay menos control. Pero en España, ¿por qué no? Esta ciudad, permítame que lo diga, es la leche: desde 1990, cada cuatro años, ha echado a un alcalde. Ahora parece que encontró el que quería.
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